Atlanta aprueba la financiación para el polémico proyecto "Cop City"

El consejo municipal de Atlanta aprobó el martes el financiamiento para la construcción de un centro de formación de policías y bomberos, rechazando los pedidos de los cientos de activistas que llenaron el ayuntamiento y hablaron durante horas en una firme oposición a un proyecto que llaman “Cop City”.

La votación, que salió adelante por 11 votos frente a 4, es una victoria importante para el alcalde, Andre Dickens, quien convirtió el proyecto de 90 millones de dólares una parte importante de su primer mandato, a pesar de la importante oposición que generó. El movimiento descentralizado “Stop Cop City” ha reunido a manifestantes de todo el país, especialmente tras la muerte por disparos policiales de Manuel Paez Terán, un activista de 26 años apodado “Tortuguita” que había acampado en los bosques próximos a la ubicación del edificio en el condado de DeKalb.

Durante unas 14 horas, los residentes se sucedieron en el estrado para denunciar el proyecto y apuntaron que la construcción del enorme edificio en un gran bosque urbano de una zona de mayoría negra y pobre sería una grave malversación de fondos públicos.

“Estamos aquí para defender nuestro caso ante un gobierno que ha sido indiferente, cuando no hostil, a un movimiento sin precedentes en la historia de nuestro ayuntamiento", dijo Matthew Johnson, director ejecutivo de Beloved Community Ministries, una ONG local de justicia social. “Estamos aquí para frenar el racismo medioambiental y la militarización de la policía (...) Tenemos que volver a cubrir las necesidades básicas en lugar de utilizar a la policía como única solución a todos nuestros problemas sociales".

El centro fue aprobado por el ayuntamiento en septiembre de 2021 pero se necesitó una votación adicional para conseguir más fondos. Los funcionarios municipales dicen que las nuevas instalaciones, de 34 hectáreas (85 acres), reemplazaría a un centro de capacitación inadecuado y ayudaría a abordar las dificultades para contratar y retener a los policías, que se agravaron tras las protestas nacionales contra la brutalidad policial y la injusticia racial de hace tres años.

Pero los contrarios, a los que se han unido activistas de todo el país, temen que conduzca a una mayor militarización de la policía y que su construcción agrave los daños medioambientales. Los manifestantes estaban acampados en la zona desde al menos el año pasado, y la policía alegó que causaron daños y agredieron a agentes y a otras personas.