Ayotzinapa: quién era el estudiante 43, que pasó de espía a víctima
Durante ocho meses, la Sedena entrenó en labores de inteligencia a Julio César López Patolzin para infiltrarlo como espía en la escuela normal Raúl Isidro Burgos; el joven desapareció en la noche de Iguala y hoy se sabe que murió a manos de policías y del crimen organizado
Uno de los aspectos que no se ha investigado a fondo en el caso Ayotzinapa es la infiltración del Ejército mexicano en la normal Raúl Isidro Burgos, el plantel donde estudiaban los 43 jóvenes desaparecidos en Iguala la trágica noche del 26 de septiembre de 2014.
Como parte de las revelaciones que se han dado a conocer sobre este caso, hoy se sabe que, durante ocho meses, la Sedena (Secretaría de la Defensa Nacional) entrenó en labores de inteligencia al soldado de infantería Julio César López Patolzin para infiltrarlo como espía en la escuela Raúl Isidro Burgos.
López Patolzin tenía apenas 36 días de haber ingresado a ese plantel, donde se ofrece formación para profesores de educación primaria, cuando se integró al grupo estudiantil que el 26 de septiembre fue a secuestrar autobuses a Iguala para ir a la marcha del 2 de octubre en la Ciudad de México, en la que se conmemora la matanza de Tlatelolco, ocurrida en 1968.
Pese a sus lazos con el Ejército, López Patolzin no recibió protección alguna. Esa noche corrió con la misma suerte que el resto de los 42 normalistas que fueron reportados como desaparecidos. Desde entonces se le conoce como el estudiante número 43.
Documentos del Ejército, que habían permanecido resguardados, pero fueron obtenidos por la FGR (Fiscalía General de la República) para investigar lo ocurrido en la noche de Iguala revelan que el joven soldado, nacido el 29 de enero de 1989, tenía cinco años con nueve meses de haber ingresado al 50 Batallón de Infantería de Chilpancingo, Guerrero, cuando murió a manos del grupo criminal Guerreros Unidos y de policías municipales.
López Patolzin era considerado “órgano de búsqueda de información”
Informes atribuidos al general de división, Alejandro Saavedra Hernández, que en ese entonces era comandante de la 35 Zona Militar en Chilpancingo, indican que a López Patolzin se le identificaba como OBI (Órgano de Búsqueda de Información) con fachada de alumno y que se encargaba de “remitir la información obtenida, por medio de mensajes y llamadas telefónicas esporádicamente, cada vez que se lo permitía la situación”.
De acuerdo con los informes del general Saavedra, dados a conocer por el diario Reforma, no hay consistencia en la fecha en la que se obtuvo la última noticia del joven. Un reporte indica que la última comunicación que se tuvo con López Patolzin fue el 27 de septiembre, un día después de la trágica noche de Iguala. Otro señala que tuvieron noticias de él por última vez el 26 de septiembre de 2014, a las 11:30 p.m.
Cabe recordar que, en un principio, el Ejército negó que López Patolzin trabajara como espía para los militares. El general Salvador Cienfuegos, que cuando ocurrió la desaparición de los estudiantes era el titular de la Sedena, dijo que no era algo inusual que los miembros de la milicia fueran, al mismo tiempo, alumnos de la normal Raúl Isidro Burgos.
“No es algo raro, los comandantes de diferentes niveles tienen la autorización para permitir que los jóvenes que quieran estudiar lo hagan si eso no interfiere con su servicio”, afirmó en una entrevista para la prensa.
Pero Cienfuegos negó de manera categórica que López Patolzin fuera informante del Ejército. “Lo aclaro porque dicen que era alguien que hacía de espía y en dos o tres meses que estuvo ahí [en la escuela normal] no nos hubiera servido”, subrayó.
Sin embargo, desde 2019, el periodista Humberto Padgett, de Fórmula Radio, dio a conocer un video que confirmaba que el joven soldado sí estaba activo como informante para la Sedena, al momento de haber desaparecido.
En el vídeo, con fecha del 29 de septiembre de 2014, se ve a la madre del soldado, Joaquina Patolzin de la Creu, dentro del 50 Batallón de Infantería en Chilpancingo, Guerrero, cuando le dan la noticia de que su hijo falleció, así como el pago de su último salario.
“Todavía estamos viendo a dónde nos mandan, a dónde vamos a ir. Tu hermana también puede venir a dar seguimiento a la situación.. Aquí pongo 5.557 pesos, lo correspondiente a la quincena. Necesitas el dinero”, le dice el coronel Gregorio Espinoza Toledo a la madre del joven militar.
López Obrador insiste en defender al Ejército
Para muchos observadores y familiares de los jóvenes normalistas que, según el informe de la (Covaj) Comisión para la Verdad y el Acceso a la Justicia de Ayotzinapa, fueron ultimados por Guerreros Unidos con la ayuda y complicidad de policías municipales y militares, el caso de López Patolzin demuestra la participación directa que tuvo el Ejército en los hechos.
Pese a las acusaciones, el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien encargó el informe de la Covaj, insiste en que se trata solo de unas cuantas manzanas podridas y que, de ninguna manera, debe mancharse al Ejército como institución.
En su conferencia mañanera de hoy advirtió que detrás de las acusaciones contra militares en el caso Ayotzinapa hay intereses de quienes buscaban una rebelión en el Ejército.
“Hay intereses, buscaron reventar la investigación hablando de más personas, en el caso, por ejemplo, de los militares, responsabilizando a 20, cuando en la investigación son cinco, de alto grado. Los otros 15 no sé, pero me imagino”, dijo en respuesta al hecho de que la FGR retiró varias órdenes de captura contra miembros de las fuerzas armadas que habían sido giradas por quien era, hasta hace unos días, el fiscal especial del caso Ayotzinapa, Omar Gómez Trejo.
Debido a las diferencias que tuvo con sus superiores de la FGR sobre los procedimientos para que se aprobaran esas órdenes de aprehensión, Gómez Trejo presentó su renuncia, lo que ha puesto de relieve las claras divisiones que hay dentro del mismo gobierno para llevar adelante la investigación sobre este caso emblemático.