“Todos somos culpables”: Quintana Roo, de paraíso turístico a campo de batalla del narco
El dramático tiroteo en una playa de Cancún es solo el más reciente de una serie de violentos asesinatos entre pandillas que han inquietado a las autoridades en la tradicionalmente segura provincia de Quintana Roo
En su apogeo idílico en la edad de oro de Hollywood, la ciudad turística mexicana de Acapulco fue sede de las vacaciones de John Wayne, la boda de Elizabeth Taylor y el yate de lujo de Errol Flynn.
Pero para 2012 se había convertido en la ciudad más mortífera de México, un título que mantuvo durante los siguientes cinco años mientras poderosos cárteles de la droga y pandillas de barrio luchaban violentamente por el control.
Ese es el destino que podría aguardar a Cancún y al resto de la costa caribeña de México si el tiroteo frente a la playa ocurrido el jueves entre narcotraficantes rivales se convierte en algo rutinario.
Cuatro turistas estadounidenses resultaron heridos y dos presuntos traficantes fueron asesinados a tiros cuando unos delincuentes armados llegaron para “ejecutar” a sus rivales, justo en frente de un resort de lujo de cinco estrellas donde se encontraba un grupo de aproximadamente 750 viajeros parte de la población LGBTQ+.
Apenas dos semanas antes, el 20 de octubre, una bloguera de viajes californiana y una turista alemana murieron en un fuego cruzado similar entre delincuentes callejeros en la cercana Tulum, donde las esperanzas del presidente Andrés Manuel López Obrador de impulsar la economía turística ahora están amenazadas.
“De verdad espero que no tenga el mismo efecto aquí”, dijo Dan Howell, un agente de viajes en Cincinnati, Ohio, que se encontraba entre los viajeros obligados a refugiarse en el hotel Hyatt Ziva Riviera Cancún cuando estalló el tiroteo.
Howell también solía viajar a Acapulco en los noventa, pero dice que la violencia del narcotráfico ha “prácticamente acabado” con el turismo del lugar.
“He estado promocionando esta área durante 25 años, traigo a mi familia aquí todos los años, y parte de eso es porque siempre nos hemos sentido muy seguros aquí”, dijo. “Prácticamente ha escapado de la violencia de otras partes de México.
“En esta área no hay otra industria, el turismo es la forma con la que esta encantadora gente se gana la vida. Han enfrentado el Covid y han sufrido, y dependen de las propinas. No veo cómo esto no perjudica al turismo”.
Un ‘tranquilo pueblo de pescadores’ atrapado en el aumento de la delincuencia
Howell mencionó que estaba particularmente sorprendido por el incidente sucedido cerca de Puerto Morelos, un “pequeño y tranquilo pueblo de pescadores” a más de 30 minutos en automóvil de Cancún o Playa del Carmen que atrae a los bañistas que buscan una experiencia más tranquila.
Al principio, los huéspedes no sabían lo que estaba sucediendo y a algunos les preocupaba que se tratara de un tiroteo masivo o un ataque deliberado contra personas LGBTQ+. El gobernador de Quintana Roo, Carlos Joaquín González, señaló inicialmente que los hombres armados habían llegado en barco, recordando los ataques terroristas de Mumbai en 2008, pero otro funcionario aseguró que los sujetos llegaron por tierra en vehículos.
El Departamento de Estado de EE.UU. ha advertido al menos desde 2018 que los viajeros deben “tener más precaución” cuando visiten Quintana Roo, la provincia de la península de Yucatán en México que alberga a Cancún, Tulum y Playa del Carmen.
“Si bien la mayoría de estos homicidios parecían tener un objetivo concreto, las batallas territoriales entre grupos criminales han dado pie a que se cometan crímenes violentos en áreas frecuentadas por ciudadanos estadounidenses. Se han producido balaceras donde los transeúntes han resultado heridos o muertos”, previno el Departamento.
Quintana Roo suma 1.000 asesinatos este año, según datos oficiales, y ocho de cada 10 residentes mencionaron en una encuesta del gobierno que se sienten inseguros. La inseguridad encabezó la lista de problemas que les preocupan, superando con creces el desempleo o el acceso a la atención médica.
La misma encuesta sugiere que la delincuencia le costó a Quintana Roo más de 7.400 millones de pesos (364 millones de dólares) en 2020, un 43 por ciento más que el año anterior.
“Ciertamente es lo que uno consideraría un suceso dañino para la marca”, dijo Brad Bonnell, un ejecutivo hotelero veterano que trabajó con frecuencia en México durante sus 18 años como jefe global de seguridad para Intercontinental Hotels Group (IHG), propietario de las cadenas Holiday Inn y Crowne Plaza.
En 2011, Bonnell fue enviado a México luego de un atroz ataque en Monterrey, en el que miembros del cártel de Los Zetas irrumpieron en un casino y le prendieron fuego, matando a 52 personas (incluido un joven director de ventas del IHG).
“Estoy seguro de que hay personas que están cancelando sus reservaciones”, lamentó tras las muertes de esta semana.
De hecho, Keith Jackson, un londinense que salió de la playa justo antes del tiroteo, dijo el viernes: “No estamos seguros de regresar. No estamos seguros de volver después de esto”.
El turismo, impulsando la creciente demanda de drogas
El tiroteo mortal en Tulum el mes pasado fue solo el más reciente de numerosos incidentes. Un taxista y un guardia de seguridad fueron asesinados a balazos en esta ciudad en septiembre, mientras que otro hombre murió tras recibir un disparo en el cuello en agosto.
La misma semana que los turistas fueron asesinados, un hombre fue encontrado muerto y atado en un parque en Cancún. Y en Playa del Carmen, la policía arrestó recientemente a 26 personas en una serie de redadas desatadas tras el asesinato de un policía, al cual hallaron encerrado en el maletero de un automóvil.
Los fiscales señalaron que la delincuencia ha aumentado debido a la “extorsión [y] la venta de drogas a extranjeros y mexicanos”.
“En Tulum tenemos unos 10 grupos de narcotraficantes y aquí en Puerto Morelos hay dos grupos peleando entre ellos”, dijo el viernes el fiscal general de Quintana Roo, Oscar Montes de Oca, a la emisora Imagen Radio.
El titular de la Fiscalía del Estado precisó que los 20 millones de turistas que visitan Quintana Roo cada año están impulsando una fuerte demanda de drogas que alimenta la violencia, con el Cártel Jalisco Nueva Generación y una filial del Cártel del Golfo en juego. Según los informes, el enfrentamiento del jueves fue provocado por el intento que hicieron las víctimas de tomar el control de un lucrativo territorio para la venta de drogas en la playa de Puerto Morelos.
Los políticos se están dando cuenta de la situación. Claudia Anaya, exsenadora mexicana, describió el caos del jueves como una “película de terror”. “¿Creen que los turistas quieran seguir viniendo para compartir nuestra tragedia?”, cuestionó.
En el epicentro se encuentra el gobernador Carlos Joaquín González, quien supeustamente tardó seis horas en pronunciarse sobre el ataque. Cuando lo hizo, lo calificó como “un duro golpe para el desarrollo y la seguridad del estado... poniendo en grave riesgo la imagen del estado”.
Tan solo el martes, Joaquín González dio un discurso lamentándose por no detener las muertes en Tulum. “Tenemos hoy más de 500 elementos de seguridad en Tulum, pero tuvimos que esperar a que suceda un acontecimiento para alcanzar esos números”, dijo.
“Todos somos culpables, todos tenemos de alguna manera una parte de responsabilidad, y es por eso que el reto es recobrar esa imagen de un destino de éxito y seguro”.
El Gobernador agregó: “Ese mismo día por la mañana, el Secretariado Ejecutivo Nacional de Seguridad informó que Quintana Roo era uno de los tres estados que más había disminuido en los índices de criminalidad. Es irónico, ¿verdad? Pero así es”.
México pone sus esperanzas en la “Riviera Maya”
Hay mucho en juego dados los planes de López Obrador para la llamada “Riviera Maya”, llamada así por su proximidad a ruinas mayas como Chichén Itzá. Además del aeropuerto de Tulum, se está construyendo un circuito ferroviario interurbano alrededor de toda la Península de Yucatán.
Esa es exactamente la razón por la que Bonnell cree que Quintana Roo puede evitar el destino de Acapulco. “El gobierno mexicano hace todo lo posible para proteger esa zona turística”, dijo. “Ellos lo construyeron, y genera una cantidad extraordinaria de ingresos para el país”.
Bonell describió las afectaciones a los turistas extranjeros como un “incidente aislado”: “A los cárteles, los criminales, los secuestradores, no les gusta meterse con los estadounidenses. Hay muy pocas ganancias y atrae un tipo de atención que no quieren.
“Su objetivo, principalmente, será su propia competencia... Yo diría que los gringos no tienen nada que temer”.
Jim Berkeley, director de la agencia de viajes Destinations and Adventures International, coincide al respecto: “No creo que vayas a ver una pelea de bandas de narcotraficantes en la playa de un hotel Hyatt en Cancún muy a menudo”.
Vacaya, la agencia de viajes LGBTQ+ que organizó el viaje en el Hyatt, fue enfática al señalar la “resistencia” de los huéspedes y el personal, proporcionando un video de un turista estadounidense que resultó herido en el enfrentamiento y regresó “triunfalmente” del hospital al resort.
Por su parte, Howell aseguró que las fuerzas gubernamentales respondieron “instantáneamente” al tiroteo, enviando rápidamente helicópteros y cubriendo el complejo Hyatt con elementos armados.
Para el momento en que Howell habló con The Independent el viernes, las cosas ya habían vuelto a la normalidad: los huéspedes de Vacaya estaban reunidos alrededor de la piscina, vitoreando mientras calificaban a los participantes de un concurso de caminata en tacones.