Marjorie Taylor Greene intenta entrar a cárcel donde se encuentran detenidos del 6 de enero
Al final se les denegó el acceso a los congresistas
La congresista conservadora Marjorie Taylor Greene y el congresista Louis Gohmert intentaron ingresar a una cárcel en Washington DC donde se encuentran detenidos los acusados por los disturbios en el Capitolio del pasado enero.
Los prisioneros se han quejado de las condiciones de la cárcel, pero una inspección reciente llevada a cabo por alguaciles estadounidenses encontró que las instalaciones eran adecuadas para los alborotadores acusados.
Greene y Gohmert intentaron ingresar a la cárcel, pero un trabajador penitenciario los detuvo en la entrada.
“¿Qué están escondiendo? En serio, ¿qué están escondiendo?” cuestionó Greene al empleado.
El trabajador se negó a permitir que la pareja de congresistas entraran y les recomendó que llamaran al director de la cárcel si querían recorrer las instalaciones.
Greene hizo una serie de afirmaciones incorrectas mientras intentaba conseguir entrar al sitio.
En cierto punto, aseguró que como miembros del Congreso tienen “control sobre el Distrito”, lo cual es cierto, pero no significa que miembros del Congreso puedan individualmente hacer lo que quieran dentro del distrito.
La congresista también afirmó que el trabajador penitenciario no podía negarles visitas a los reclusos.
“Estas personas están en prisión preventiva, todavía no han tenido oportunidad de defenderse, no se les puede negar visitas”, dijo. “Estás completamente fuera del lugar que te corresponde”.
El encarcelamiento previo al juicio no solo es extremadamente común para los acusados en todo Estados Unidos, sino que los oficiales penitenciarios pueden negar las visitas por prácticamente cualquier motivo. La Constitución de los Estados Unidos no garantiza a los presos derechos de visita, y muchas instalaciones solo permiten la que éstas las realicen miembros de la familia inmediata o la representación legal de un preso.
Hay que destacar que los legisladores republicanos no habían expresado antes preocupación por la población carcelaria de Estados Unidos hasta que los acusados por el asalto al Capitolio fueron a prisión.
“Me gustaría ver todas las instalaciones, estoy preocupada por cada persona que se encuentra en este lugar”, afirmó Greene.
Gohmert, por su parte, comparó el complejo con “una tumba”.
Más de 113 millones de estadounidenses han tenido al menos un familiar cercano en la cárcel o prisión, donde la violencia es rampante. Las tasas de reincidencia sugieren que el 68 por ciento de los reclusos serán arrestados nuevamente dentro de los tres años siguientes a su liberación. Según el Centro Brennan para la Justicia, después de nueve años, ese número aumenta al 83 por ciento.
Los legisladores conservadores como Greene han intentado impulsar una narrativa alterna sobre los defensores de los disturbios en el Capitolio, planteando que eran en gran parte manifestantes pacíficos que fueron atacados y encarcelados injustamente.
Greene afirmó que el ataque al Capitolio fue "sólo un motín" y que la Declaración de Independencia llama a los estadounidenses “a derrocar a los tiranos”.