Estudio científico confirma que los gatos tienen la habilidad de volverse líquidos
Los felinos parecen analizar su anatomía al detalle antes de aventurarse en espacios reducidos
Los gatos tienen una sorprendente habilidad para percibir la forma y tamaño de su propio cuerpo, lo que les permite adaptarse a los espacios más estrechos. Así lo concluyen los científicos tras un estudio que demuestra su asombrosa capacidad para comportarse, literalmente, como si fueran líquidos.
Muchos animales evalúan su capacidad para atravesar espacios en función de su conocimiento sobre su propio tamaño y forma.
Sin embargo, Peter Pongracz, científico del comportamiento animal en la Universidad Eötvös Loránd de Hungría, destaca que hasta el momento no se había investigado cómo los gatos emplean esta autoconciencia para adaptarse a tales espacios.
Los gatos poseen una variedad notable de capacidades cognitivas: responden a señales humanas para encontrar alimento, reaccionan a diversas indicaciones y reconocen la forma en que los humanos les hablan.
Para ello, empleó un método similar al utilizado recientemente para evaluar este comportamiento en perros.
“En los perros, observamos que reducían la velocidad y mostraban dudas antes de intentar atravesar aperturas demasiado pequeñas. Sin embargo, en el caso de los gatos, no detectamos ningún cambio en su comportamiento, ni siquiera ante las aperturas más estrechas”, explicó Pongracz.
Se consideró que los gatos “saltaban por encima” porque se negaban a utilizar la abertura.
Los gatos, sin embargo, disminuyeron la velocidad antes de atravesar las aperturas más estrechas, como si evaluaran sus propias características anatómicas. Según el estudio, seguían una estrategia cautelosa para moverse en estos espacios reducidos y, con frecuencia, recurrían al método de prueba y error para lograr pasar.
“Es probable que los gatos no tomaran decisiones claras basadas en el tamaño antes de acercarse a aperturas estrechas, pero suficientemente altas”, comentó el Dr. Pongracz, señalando que esto sucedía incluso cuando las aperturas eran más angostas que el ancho de su pecho.
En cambio, al enfrentarse a la apertura más pequeña e incómoda, los felinos parecían confiar en lo que Pongracz denominó su “capacidad para representar el tamaño de su cuerpo” para atravesarla.
A medida que las aperturas se volvían más bajas que la altura de los hombros, los gatos empezaban a mostrar cierta vacilación al acercarse.
“Esto sugiere que los gatos perciben de manera distinta la importancia de las dimensiones verticales y horizontales de una”, señaló el Dr. Pongracz.
Con un toque de humor, añadió: “¡Es como si fueran líquidos! Los gatos calculan cuidadosamente su tamaño cuando deben pasar por aberturas reducidas”.
El estudio deja algunas preguntas abiertas, como por qué los gatos prefieren usar el método de prueba y error al enfrentarse a aperturas altas y estrechas. También resulta un misterio por qué titubean y parecen confiar en su percepción corporal para atravesar las aperturas más bajas.
Asimismo, se cuestiona la creencia de que los gatos reducen la velocidad para usar sus bigotes como una herramienta que les ayude a evaluar si pueden pasar por los espacios más estrechos.
El Dr. Pongracz espera investigar más a fondo si los gatos dependen de otras formas de conciencia corporal, como su peso, al enfrentarse a desafíos espaciales similares.
Traducción de Leticia Zampedri