Mordidas de león en esqueleto prueban que existió el combate entre gladiadores y animales

Según los autores de un nuevo estudio, las marcas halladas en el esqueleto de un joven gladiador en York, Reino Unido, coinciden con las mordidas de un gran felino

Shweta Sharma
Jueves, 24 de abril de 2025 01:19 EDT
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El esqueleto de un gladiador romano ha proporcionado la primera prueba física de un combate entre un humano y un gran felino, según un grupo de arqueólogos.

El esqueleto, probablemente de un hombre que murió entre los 26 y los 35 años, muestra marcas de mordeduras de un gran felino en la pelvis, que podría haber sido un león, según afirman los arqueólogos en un nuevo estudio publicado en la revista PLOS ONE.

Los restos fueron descubiertos en el cementerio de Driffield Terrace, a las afueras de la ciudad de York, Reino Unido. Fue uno de los más de 80 esqueletos excavados allí en 2004.

Los enterramientos del yacimiento oscilaban entre principios del siglo II d. C. y finales del siglo IV d. C., lo que significa que el hombre fue enterrado hace entre 1.825 y 1.725 años.

Gracias a un examen forense del esqueleto, se hallaron unos “inusuales” agujeros profundos y marcas de mordiscos en la pelvis, en lo que el estudio describió como un “hallazgo enormemente emocionante”.

“Creemos que es la primera vez que se ha identificado una marca de mordedura en restos de este tipo”, declaró el profesor Tim Thompson, de la Universidad de Maynooth (Irlanda), autor principal de la investigación.

Los restos óseos de un gladiador romano muestran indicios de combate con un gran felino
Los restos óseos de un gladiador romano muestran indicios de combate con un gran felino (PLOS ONE)

Afirmó que los arqueólogos solo habían encontrado unos pocos restos confirmados de gladiadores en las regiones que antaño formaron el Imperio Romano.

“Durante años, nuestra comprensión de los combates de gladiadores romanos y de los espectáculos con animales se ha basado en gran medida en textos históricos y representaciones artísticas”, afirmó el catedrático de antropología, y añadió: “Este descubrimiento proporciona la primera prueba física directa de que tales acontecimientos tuvieron lugar en este periodo, lo que reconfigura nuestra percepción de la cultura de entretenimiento romana en la región”.

Los investigadores utilizaron un escáner 3D para examinar las heridas en los restos del gladiador, quien había sido decapitado. Lo que les intrigó fue observar inusuales agujeros circulares a lo largo de los huesos de su cadera.

Los restos óseos de un gladiador romano muestran indicios de combate con un gran felino
Los restos óseos de un gladiador romano muestran indicios de combate con un gran felino (PLOS ONE)

Escanearon las marcas y las compararon con las que dejan los animales de zoológico al roer huesos. Descubrieron que las marcas de guepardos, leones, tigres y leopardos coincidían estrechamente con las del esqueleto del hombre.

Llegaron a la conclusión de que las heridas se produjeron en el momento de la muerte, cuando el gran felino arrastró al hombre por el suelo.

“Podríamos decir que las mordeduras se produjeron más o menos en el momento de la muerte”, dijo el profesor Thompson. Continuó: “Así que esto no era un animal encontrando carroña después de que el individuo murió. Estuvo relacionado con su muerte”.

Dijo que la pelvis no era una parte del cuerpo que un león atacaría habitualmente, lo que sugiere que el gladiador había estado luchando y estaba incapacitado antes de que el león lo mordiera y lo arrastrara desde la cadera.

Restos óseos de un gladiador romano
Restos óseos de un gladiador romano (PLOS ONE)

El esqueleto se descubrió en una fosa con otros dos restos humanos y superpuesto a los huesos de un caballo. Los análisis previos de los huesos sugirieron que era el de un bestiarius, un gladiador enviado a participar en el espectáculo de combate con bestias.

Malin Holst, profesora de osteoarqueología de la Universidad de York y coautora del estudio, dijo que nunca había visto nada parecido en sus 30 años de análisis de esqueletos.

“Las marcas de mordedura fueron probablemente hechas por un león, lo que confirma que los esqueletos enterrados en el cementerio eran gladiadores, y no soldados o esclavos, como se pensó inicialmente, y representan la primera confirmación osteológica de la interacción humana con grandes carnívoros en un escenario de combate o entretenimiento en el mundo romano”, dijo Holst en un comunicado.

El casco Hawkedon es la única pieza de equipo de gladiador romano que se conserva en Gran Bretaña
El casco Hawkedon es la única pieza de equipo de gladiador romano que se conserva en Gran Bretaña (The Trustees of the British Museum)

Los análisis adicionales de los restos mostraron que el hombre tenía lesiones en la columna vertebral y los hombros por sobrecarga de la espalda. También tenía signos de inflamación en los pulmones y los muslos, y sus huesos mostraban que se había recuperado de la desnutrición infantil.

“Se trata de un hallazgo enormemente emocionante, porque ahora podemos empezar a hacernos una mejor idea de cómo eran estos gladiadores en vida, y también confirma la presencia de grandes felinos, y potencialmente de otros animales exóticos, en las arenas de ciudades como York, y el hecho de que ellos también tenían que defenderse de la amenaza de muerte”, afirmó Holst.

“A menudo tenemos la imagen mental de que estos combates se producían en los grandiosos alrededores del Coliseo de Roma, pero estos últimos hallazgos demuestran que estos acontecimientos deportivos tenían un alcance lejano, mucho más allá del centro de los territorios romanos centrales. Probablemente existió un anfiteatro en la York romana, pero aún no se ha descubierto”, explicó.

Traducción de Sara Pignatiello

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