El Mar de los Sargazos: la “selva tropical flotante” atrapada entre corrientes en el Atlántico

El Mar de los Sargazos está cubierto de sargazos, algas de color marrón amarillento que desprenden un olor desagradable

Harriet Brewis
Martes, 17 de septiembre de 2024 18:23 EDT

Olvídate de la playa; existe un vasto cuerpo de agua en la Tierra que no toca ningún litoral: el Mar de los Sargazos, un lugar único en el océano Atlántico Norte.

A diferencia de otros mares, el Mar de los Sargazos no está delimitado por costas, sino por corrientes oceánicas. Esto lo convierte en un mar excepcional, ya que no encontrarás una playa a la que puedas llegar.

Incluso si pudieras llegar, no es un lugar que querrías visitar. El Mar de los Sargazos está cubierto de sargazos, algas de color marrón amarillento que desprenden un olor desagradable. Además, en sus aguas flota una siniestra isla artificial llamada el Parche de Basura del Atlántico Norte.

A pesar de todo, es un sitio de verdadera relevancia ecológica, histórica e incluso cultural.

Una organización especial establecida para proteger este mar único lo describe como un “santuario de biodiversidad” que desempeña un papel fundamental en el ecosistema del Atlántico Norte.

La Comisión del Mar de los Sargazos destaca que este mar juega un papel crucial en la vida marina. Es el destino de las anguilas en peligro de extinción, que se dirigen allí para reproducirse. Además, ballenas como los cachalotes y las jorobadas migran a través de sus aguas, al igual que el atún y otras especies de peces.

De igual manera, el Mar de los Sargazos es crucial para el ciclo de vida de diversas especies amenazadas y en peligro, como el tiburón cailón y varias especies de tortugas.

En palabras de la renombrada bióloga marina Dra. Sylvia Earle, el Mar de los Sargazos es una “dorada selva tropical flotante”.

Además de su importancia para los oceanógrafos, este mar también dejó una huella en el folklore.

Cristóbal Colón fue el primero en documentar los encuentros con las extrañas alfombras de sargazo durante su expedición en 1492.

En sus diarios, relató cómo sus marineros temían que las algas pudieran enredar sus barcos y arrastrarlos al fondo del océano. También escribió sobre las zonas de calma ecuatorial, que enfrentaron en el Mar de los Sargazos, y cómo temían que estas condiciones les impidieran regresar a España.

Estos temores quedaron arraigados en el folklore marítimo durante siglos y la reputación del Mar de los Sargazos se vio aún más oscurecida por su asociación con el enigmático Triángulo de las Bermudas.

El triángulo, conocido por ser un área en la que aviones y barcos desaparecen de repente sin razón aparente, se encuentra en el área suroeste del Mar de los Sargazos, entre Bermuda, Florida y Puerto Rico.

El mar se forma gracias a cuatro corrientes: la corriente del Atlántico Norte en el norte, la corriente de Canarias en el este, la corriente ecuatorial del Atlántico Norte en el sur y la corriente de las Antillas en el oeste.

Estas corrientes circulares, conocidas como giros oceánicos, atrapan el cuerpo de agua en su interior. Así, se forma lo que Julio Verne describió en Veinte mil leguas de viaje submarino como “un lago perfecto en el Atlántico abierto”.

Sin embargo, hoy en día, este “lago” está lejos de ser perfecto.

El Mar de los Sargazos enfrenta amenazas significativas debido a la navegación, que incluyen el ruido submarino, el daño a las alfombras de sargazo, la liberación de productos químicos, la sobrepesca, la contaminación por escombros flotantes y, por supuesto, el cambio climático.

Los movimientos de los giros oceánicos hacen que el plástico se agrupe en el mar y se integre en el repugnante parche de basura presente en la zona.

Este enorme símbolo de la devastación humana se extiende por cientos de kilómetros y tiene una densidad estimada de 200.000 piezas de desechos por kilómetro cuadrado.

Y la situación solo empeora.

Según un estudio publicado el 8 de diciembre de 2021, el mar muestra niveles de temperatura, salinidad y acidez más altos que en cualquier momento desde que comenzaron los registros en 1954. Este fenómeno podría provocar un impacto significativo y de amplio alcance en otros sistemas oceánicos.

El autor principal del informe, el oceanógrafo químico Nicholas Bates, advirtió que el océano ha alcanzado su temperatura más alta en “millones y millones de años”. Este calentamiento podría tener consecuencias graves para la vida marina local y para el ciclo global del agua, además de influir en “dónde llueve y dónde no”.

En una entrevista con LiveScience, el profesor Bates admitió que el calentamiento global podría haber alcanzado un punto de no retorno, cuyas consecuencias podrían perdurar durante un período prolongado.

Traducción de Leticia Zampedri

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