Arqueólogos quedan boquiabiertos al descubrir la primera comunidad de Europa centrada en las mujeres
Los científicos analizaron el ADN de un conjunto de tumbas halladas en Dorset, Inglaterra
Se acaba de descubrir el primer orden prehistórico europeo centrado en la mujer, después de que los científicos analizaran el ADN de un conjunto de enterramientos en el condado de Dorset, Inglaterra.
Genetistas del Trinity College de Dublín, en colaboración con arqueólogos de la Universidad de Bournemouth, hicieron el descubrimiento analizando el ADN de los enterramientos hallados en el pueblo de Winterborne Kingston (Dorset), que se remontan a la conquista romana del año 43 d. C.
Tras examinar 50 genomas de los restos, descubrieron que la comunidad se centraba en torno a una línea de descendencia femenina.
El estudio, publicado en la revista Nature, afirma que es la primera vez que se encuentra un orden tan centrado en las mujeres en la prehistoria europea.
Lara Cassidy, profesora adjunta del Departamento de Genética del Trinity College, explicó: “Este era el cementerio de un gran grupo familiar. Reconstruimos un árbol genealógico con muchas ramas diferentes y descubrimos que el linaje materno de la mayoría de los miembros se remontaba a una sola mujer, que habría vivido siglos antes. En cambio, las relaciones por línea paterna eran casi inexistentes”.
“Esto nos dice que los esposos se trasladaban para unirse a las comunidades de sus esposas al casarse, y que posiblemente la tierra se heredaba por línea femenina”, continuó Cassidy.
“Es la primera vez que se documenta este tipo de sistema en la prehistoria europea, y predice el empoderamiento social y político femenino. Es relativamente raro en las sociedades modernas, pero puede que no siempre haya sido así”, añadió.
El director de la excavación, Miles Russell, de la Universidad de Bournemouth, explicó que el cementerio pertenecía a una comunidad denominada por los romanos como los durotriges.
Según Russell, en excavaciones anteriores se había descubierto que las tumbas durotrigias más ricamente decorados eran las de las mujeres.
Luego, agregó: “Más allá de la arqueología, el conocimiento de la Gran Bretaña de la Edad de Hierro procede principalmente de los escritores griegos y romanos, quienes no siempre se consideran las fuentes más fiables”.
“Dicho esto, sus comentarios sobre las mujeres británicas llaman la atención a la luz de estos resultados. Cuando llegaron los romanos, se asombraron al ver que las mujeres ocupaban puestos de poder. Dos de los primeros gobernantes de los que se tiene constancia eran las reinas Boudica y Cartimandua, que dirigían ejércitos”.
“Se ha sugerido que los romanos exageraron las libertades de las mujeres británicas para describir a esta tribu como una sociedad indómita. Pero la arqueología, y ahora la genética, dan a entender que las mujeres influían en muchas esferas de la vida de la Edad del Hierro. De hecho, es posible que la ascendencia materna fuera el elemento esencial de las identidades de grupo”.
Los investigadores también descubrieron, analizando datos de otros estudios genéticos de la Gran Bretaña de la Edad del Hierro, que esta “matrilocalidad” no ocurría solo en el área de Dorset.
Dan Bradley, catedrático de genética de poblaciones del Departamento de Genética del Trinity College y coautor del estudio, afirmó: “Por toda Gran Bretaña hemos visto cementerios en los que la mayoría de los individuos descendían maternalmente de un pequeño conjunto de antepasadas femeninas”.
“En Yorkshire, por ejemplo, se había establecido una línea materna dominante desde antes del 400 a.C.”, continuó, y añadió: “Para nuestra sorpresa, se trataba de un fenómeno generalizado y muy arraigado en la isla”.
El antropólogo y especialista en huesos Martin Smith, de la Universidad de Bournemouth, afirmó que los resultados permitían hacerse una idea de cómo se vivía hace 2.000 años.
“Vemos que esta gente tenía un profundo conocimiento de su propia ascendencia: se produjeron múltiples matrimonios entre ramas distantes de esta familia que posiblemente eran incentivados, pero se evitó la endogamia estrecha”, explicó.
Traducción de Sara Pignatiello