Piraña vegetariana y serpiente ‘DiCaprio’: el Museo de Historia Natural nombra 200 especies en 2024
Nombrar nuevas especies ayuda a entender los ecosistemas, su biodiversidad y su adaptación al cambio climático
Una piraña vegetariana del Amazonas y un dinosaurio volador hallado en la isla de Skye son algunas de las especies desconocidas hasta ahora que fueron identificadas este año.
Los científicos del Museo de Historia Natural (NHM) y sus colaboradores de todo el mundo otorgaron el nombre de casi 200 especies en los últimos 12 meses.
Entre los nuevos descubrimientos destaca una serpiente del Himalaya indio, bautizada en honor al actor y ecologista Leonardo DiCaprio, así como una piraña nombrada en referencia al villano de El señor de los anillos, Sauron. Este último fue elegido debido a las distintivas marcas naranjas y negras en su cuerpo, que evocan el temible “Ojo de Sauron”.
Otro hallazgo notable de este año es el Comptonatus chasei, el dinosaurio británico más completo descubierto en un siglo. Sus restos, inicialmente desenterrados en la isla de Wight en 2013, fueron encontrados por el cazador de fósiles local Nick Chase.
Al desvelar la lista para 2024, los científicos del NHM destacaron la importancia de nombrar y describir las especies para comprender los ecosistemas y cómo se ven afectados por el impacto humano.
La destacada botánica Sandra Knapp declaró a la agencia de noticias PA: “Cada espécimen de nuestra colección y cada cosa con nombre tiene una historia asociada, y tener un nombre te permite contar esa historia”.
Knapp afirmó que este trabajo es un “paso más en la cadena” para determinar cómo se adapta la naturaleza al cambio climático y cómo se ve amenazada la biodiversidad, con el fin de informar mejor a la política, la conservación y la ciencia.
“No vamos a curar el cáncer poniendo nombre a un nuevo pez del Amazonas, pero contribuye a la conversación sobre cómo gestionamos nuestro medio ambiente y cómo avanzamos como especie entre otras especies, porque nosotros también lo somos”, afirmó.
“Podemos utilizar los conocimientos que producimos aquí describiendo cosas y nombrándolas y trabajando en cómo interactúan entre sí para crear realmente esas soluciones de la naturaleza para nosotros, pero también soluciones de nosotros para la naturaleza”.
Mientras se desarrolla la incipiente industria minera de los fondos marinos, la bióloga marina Eva Stewart bautizó y describió dos especies de anfípodos carroñeros del fondo del océano Pacífico central.
“Todavía estamos descubriendo más cosas sobre estos animales porque históricamente no se han realizado muchos muestreos en las profundidades marinas”, afirmó.
“Cada año hay más, así que vamos aprendiendo más sobre estas especies”.
El trabajo forma parte de una labor más amplia para determinar qué vive en el lecho marino, lo que a su vez puede servir de base para determinar dónde deben establecerse zonas marinas protegidas y cómo puede funcionar la legislación para frenar la pérdida de biodiversidad causada por la minería.
Explicó Stewart: “Las unidades fundamentales de la biodiversidad y la ecología son las especies, así que si se quiere entender el ecosistema en su conjunto, cómo interactúan las comunidades y cómo cambia la biodiversidad en todo el paisaje, lo primero que hay que saber son las especies”.
La bióloga marina dijo que era “bastante emocionante” poner nombre a las especies, y añadió que llamó a una como su abuela.
Adrian Glover, que también trabaja en el laboratorio de aguas profundas del NHM, afirmó que, más allá de la ciencia aplicada y la resolución de problemas de la sociedad moderna, “sigue habiendo un elemento de asombro y descubrimiento en lo que hacemos”.
“El punto es encontrar cosas nuevas y sorprendentes, describirlas y conectar a la gente con la naturaleza que les rodea”, afirma.
“La gente y los niños vienen al museo para inspirarse y asombrarse: la curiosidad natural del ser humano es asombrosa”.
Esto también tiene que ver con el trabajo del paleontólogo del NHM Paul Barrett, que ayudó a dar nombre a un pterosaurio volador del Jurásico medio tras el hallazgo de sus huesos fosilizados en una roca de una playa de la isla de Skye en 2006.
“Tenemos relativamente pocos pterosaurios del Jurásico medio de cualquier parte del mundo”, dijo.
“Así que ayuda a llenar un poco un vacío en nuestro conocimiento más amplio de dónde estaban los reptiles voladores en este momento y los tipos de reptiles voladores que estaban realmente alrededor”.
Barrett afirmó que poner nombre a los nuevos hallazgos de dinosaurios es, del mismo modo, un pequeño paso en la cadena de comprensión del mundo natural y de cómo la vida antigua respondió a los acontecimientos climáticos del pasado.
“Nuestra intención es establecer una base de referencia de cómo eran antes los ecosistemas y cómo han cambiado a lo largo del tiempo, y al comprender algunos de los factores que han influido en esos ecosistemas podemos utilizar esos ejemplos para aplicarlos a lo que sabemos que ocurre hoy en día”, explicó.
Los científicos también han dado nombre este año a dos dinosaurios herbívoros: un sauropodomorfo de Zimbabue y un estegosaurio de China, además de nuevas arañas fósiles, un reptil parecido a un lagarto y un par de mamíferos.
Traducción de Michelle Padilla