Pacientes de covid prolongado “viajan para [recibir] un tratamiento experimental de lavado de sangre”
“La gente podría ir a la quiebra si accede a estos tratamientos, para los que la evidencia de eficacia es limitada o nula”, advierte un investigador experto
Los investigadores han descubierto que miles de enfermos de covid-19 prolongado viajan al extranjero para someterse a un tratamiento de “lavado de sangre” no probado pero sí costoso.
Los pacientes viajan a clínicas privadas de Chipre, Alemania y Suiza para recibir un tratamiento anticoagulante, así como aféresis, un servicio de último recurso que elimina de la sangre las proteínas, sustancias químicas o células que provocan las enfermedades.
Normalmente el tratamiento se utiliza sólo en pacientes con trastornos lipídicos que no han respondido a los fármacos.
Pero los expertos advierten que la eficacia de este tipo de terapias invasivas, que pueden suponer costos astronómicos, es “limitada o nula”.
Los pacientes de covid-19 prolongado suelen sentir fatiga extrema, debilidad muscular, confusión, dificultades para respirar y dormir, problemas de memoria, ansiedad, dolores en el pecho y pérdida de olfato o gusto.
La Organización Mundial de la Salud estima que hasta una de cada cinco personas que han tenido el coronavirus sigue sufriendo síntomas durante semanas o meses después.
Casi dos millones de personas en el Reino Unido declararon tener la enfermedad a principios de mes, según los últimos datos.
Pero no existe un tratamiento estándar para ello.
La aféresis consiste en introducir agujas en cada brazo para pasar la sangre a través de un filtro, separando los glóbulos rojos del plasma. El plasma también se filtra antes de recombinarlo con las células y devolverlo al organismo.
El tratamiento se basa en algunas investigaciones limitadas que han sugerido que los “microcoágulos” del plasma podrían estar relacionados con los síntomas del covid-19 prolongado, pero los médicos dicen que se necesitan más estudios y que no se sabe si los microcoágulos causan la enfermedad o se producen por separado.
La investigación, realizada por The BMJ e ITV News, descubrió que una clínica privada de Chipre que cobraba decenas de miles de libras ofrecía el tratamiento sanguíneo y aconsejaba a la gente que comprara hidroxicloroquina, un fármaco que no ha demostrado ayudar a los enfermos.
Gitte Boumeester, una practicante neerlandesa de psiquiatría cuyo covid-19 prolongado la obligó a dejar el trabajo, pagó allí más de £42.376 (US$50.000) por seis rondas de aféresis, pero sus síntomas no mejoraron.
A Boumeester, que se enteró del tratamiento de “lavado de sangre” a través de un grupo de Facebook para pacientes, se le pidió que firmara un formulario de consentimiento en el Centro Long Covid antes de someterse a la aféresis, que los abogados y los médicos calificaron de inadecuada.
Recibió nueve rondas de oxigenoterapia hiperbárica y un goteo de vitaminas por vía intravenosa en la clínica Poseidonia, situada al lado.
También se le aconsejó que comprara hidroxicloroquina como tratamiento precoz en caso de que se reinfectara con covid-19, aunque los científicos afirman que es poco probable que ayude.
Shamil Haroon, profesor clínico de atención primaria de la Universidad de Birmingham e investigador de un ensayo de terapias para el covid-19 prolongado, dijo que los tratamientos “experimentales” deberían hacerse solo para ensayos clínicos.
“No es de extrañar que personas que antes eran muy funcionales y que ahora están debilitadas, no pueden trabajar y no pueden mantenerse económicamente, busquen tratamientos en otros lugares”, afirma.
“Pero la gente podría arruinarse al acceder a estos tratamientos, cuya eficacia es limitada o nula”.
El costo de la aféresis y de los viajes es tan elevado que los pacientes están recaudando fondos en sitios web como GoFundMe.
Chris Witham, de 45 años, un enfermo de covid-19 de Bournemouth que el año pasado gastó alrededor de £7.000 (US$8.300) en el tratamiento, incluyendo el viaje y el alojamiento, en Alemania, dijo: “Habría vendido mi casa y la habría regalado para mejorar, sin pensarlo dos veces”.
Marcus Klotz, cofundador del Centro Long Covid, declaró para The BMJ: “Nosotros, como clínica, no hacemos publicidad ni promoción”.
“Aceptamos pacientes que tienen problemas de microcirculación y quieren ser tratados...”.
“Si un paciente necesita una prescripción, es evaluado individualmente por nuestro médico o el paciente es derivado a otros médicos especializados cuando es necesario”.
Un portavoz de Poseidonia dijo que los tratamientos “se basan siempre en la evaluación médica y clínica de nuestros médicos y nutricionistas clínicos, y en el diagnóstico mediante análisis de sangre con seguimientos de laboratorio según la buena práctica médica”.
Robert Ariens, profesor de biología vascular en la Facultad de Medicina de la Universidad de Leeds, dijo: “Puede que [los microcoágulos] sean un biomarcador de la enfermedad, pero ¿cómo sabemos que son causales?”.
“Si no conocemos los mecanismos por los que se forman los microcoágulos y si son causantes de la enfermedad, parece prematuro diseñar un tratamiento para eliminar los microcoágulos, ya que tanto la aféresis como la triple anticoagulación no están exentas de riesgos, siendo el más evidente la hemorragia”, añade.