¿Cuáles son los síntomas de la nueva variante de covid-19? Lo que sabemos de FLiRT
Algunas de las nuevas variantes han comenzado a expandirse por Europa, y algunos de los síntomas de estas, son la tos constante y un dolor de garganta intenso
Tal como lo pronosticó la comunidad científica en el pasado mes de mayo, la temporada de virus respiratorios pudo haber llegado a su fin; sin embargo, tras el arribo del verano, la familia de variantes del covid-19, FLiRT, está desatando una ola de infecciones.
En aquellas semanas, la variante que estaba en la mira de los médicos era la KP.2 que, días antes, había desbancado a la JN.1; la subvariante de Ómicron que provocó un aumento considerable en las infecciones en el invierno pasado en EE. UU.
De acuerdo con estimaciones de los CDC (Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de EE. UU.), la cepa KP.2 se extendió a tal magnitud que, actualmente, prevalece como la responsable de 1 de cada 4 infecciones en dicha nación.
Y es que, tal como explican los CDC, las variantes de FLiRT son ‘parientes lejanas’ de las variantes de Ómicron; pero al ser tan recientes, aún se desconocen todas sus características.
Lo cierto es que, algunos de sus síntomas pueden ir desde el dolor de cabeza, hasta fiebre y dolor de cabeza; otros más son la tos constante y un dolor de garganta intenso. Los pacientes recuperados han padecido pérdida del gusto o del olfato, dificultad para respirar, náuseas, vómitos y diarrea.
En el caso de algunas de las variantes de FLiRT, las vacunas pueden ofrecer una protección parcial. Esto se debe a que la enfermedad sigue mutando y, de acuerdo con estudios científicos, la estructura de la proteína spike confiere una mayor resistencia a los fármacos, según explicó la firma bioRxiv.
En semanas recientes, las nuevas variantes de FLiRT comenzaron a expandirse por Reino Unido, también conocidas como N FLiRT y LB.1. Estas mismas podrían evadir la inmunidad que otorgan las vacunas, pues las personas continúan enfermándose.
De momento, se tiene conocimiento que las personas infectadas con estas cepas tienen casi los mismos síntomas que otras variantes; y en el caso de la recuperación, el tiempo podría ser el mismo de una a tres semanas si permanecen en completo aislamiento después de haber contraído la enfermedad.
Los expertos han sugerido que, para mantener un estado de salud óptimo, es necesario contar con un esquema de vacunación actualizado, incluidos los refuerzos.