Como un distrito de California se convirtió en un modelo de aprendizaje virtual
Lindsay Unified en California adoptó el aprendizaje basado en competencias, lo cual ayudó a los estudiantes y los educadores a la hora de adaptarse al aprendizaje virtual, escribe Charlotte West de The Hechinger Report
Una reciente mañana de otoño en Washington Elementary, un niño, sentado con cinco compañeros alrededor de una mesa, agarraba una tableta mientras construía un muñeco de nieve digital — una actividad refrescante dado que afuera de su aula con aire acondicionado hacía un calor de 85 grados.
Su vecina, una niña con una cola de caballo amarrada con una cinta roja, usaba su dedo índice para manipular figuras en su pantalla. En otra mesa, una estudiante con una mascarilla de arcoíris miraba detenidamente su libro de tareas y coloreaba meticulosamente con un marcador verde.
En otra parte del salón, una instructora se arrodillaba para hablar con dos niños que jugaban con bloques, mientras otra maestra supervisaba a un grupo de cinco estudiantes que completaban hojas de ejercicios.
Cada niño de 4 o 5 años en esa aula de kinder transicional estaba haciendo algo distinto e individualizado, de acuerdo a su desarrollo académico. Es una escena que se reproduce en las siete escuelas primarias y dos escuelas secundarias en esta comunidad agrícola de aproximadamente 13,500 habitantes en el Valle Central de California.
Hay pocas hileras de escritorios en las escuelas de este distrito, Lindsay Unified. Y son pocas las veces que un maestro se para al frente del aula. En lugar de ello, los estudiantes se enfocan en la tarea que sigue para ellos, que suele ser muy distinta a la que emprenden los otros niños en el mismo salón.
Los niños cuentan con acceso a dispositivos que pueden llevarse a casa y planes de aprendizaje individualizados que les permite avanzar con el material de la clase a su propio paso.
Es un modelo que ha rendido dividendos para el distrito. Desde que estableció un sistema basado en el rendimiento a mediados de los años 2000, Lindsay Unified ha visto grandes mejoras en los logros académicos, índices de graduación y en el número de estudiantes que se inscriben en la universidad. Dicho modelo también ha ayudado a los estudiantes y a los educadores a afrontar los altibajos de la pandemia con más facilidad que otros distritos escolares del país. Aunque aún así la pandemia causó estragos aquí, adaptarse al aprendizaje virtual fue menos difícil en Lindsay debido a la infraestructura preexistente e historial de adaptación.
Durante años, Lindsay ha experimentado con la educación basada en competencias, un método educativo más personalizado que permite que los niños aprendan con computadores por lo menos durante parte del día. A mediados de marzo del 2020, las escuelas en Lindsay Unified cerraron debido a la pandemia del coronavirus. Y, como sucedió con millones de estudiantes y maestros en todo el país, la enseñanza se trasladó en línea.
Pero al superintendente Tom Rooney le gusta decir que, aunque las escuelas cerraron en Lindsay, “el aprendizaje nunca paró”.
Ahora que se ha reanudado la enseñanza en persona en muchas partes del país, la experiencia de Lindsay a la hora de mantener a los niños encaminados, aun en los momentos más caóticos, ofrece lecciones para otros distritos. Los maestros en Lindsay están listos para cambiar de enseñanza en persona a enseñanza a distancia con poco tiempo de preparación, si hay un brote de coronavirus que requiere una cuarentena, por ejemplo, o un desastre natural obliga el cierre de las escuelas.
“Con aproximadamente un día de preparación, [los maestros] pueden hacer la transición a la enseñanza a distancia”, dijo Rooney.
Abriéndole camino a un nuevo modelo
Ubicado cerca de las faldas de los parques nacionales Sequoia y Kings Canyon, al pueblo de Lindsay se le conocía por dos cosas: aceitunas y naranjas. Pero la comunidad comenzó a sufrir económicamente tras el cierre de varios empleadores importantes a principios de la década de 1990, incluyendo lo que una vez fue la procesadora de aceitunas más grande del mundo.
Hoy, más de un 90 por ciento de los 4,000 niños inscritos en el distrito Lindsay Unified están considerados socioeconómicamente desfavorecidos, y aproximadamente un 40 por ciento de los estudiantes están aprendiendo inglés. Un 95 por ciento de los estudiantes del distrito son de origen hispano.
En el 2007, los administradores estaban frustrados con los resultados del distrito y el bajo índice de graduación. Hasta sus alumnos más exitosos tenían dificultades: 8 de cada 10 de los estudiantes que se graduaron de la secundaria con las mejores calificaciones de su clase fueron colocados en cursos correctivos de inglés cuando llegaron a la universidad, según funcionarios del distrito.
El distrito convocó una serie de reuniones con maestros, líderes escolares, padres de familia, funcionarios municipales y miembros de la comunidad para hablar sobre la clase de sistema educativo que necesitaba la comunidad. El resultado fue la implementación de un método “personalizado y basado en competencias que gira alrededor del aprendiz” que le permite a los estudiantes alcanzar sus metas de aprendizaje en sus propios términos, dijo Rooney.
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El nuevo método eliminó muchos de los aspectos tradicionales de la educación, como las calificaciones con la escala de A-F y el aprendizaje basado en el tiempo, en el que los estudiantes avanzan a un nuevo grado todos los años. Junto con esos cambios ha surgido una nueva jerga: los maestros son “facilitadores de aprendizaje”, mientras que los estudiantes son “aprendices”, los grados son “niveles de contenido” y las escuelas son “ambientes de aprendizaje”.
A los estudiantes se les califica usando una escala del 1 al 4, y se necesita una calificación de 3 o más para demostrar dominio en una materia. Los educadores dicen que una calificación de 1 o 2 no significa que un estudiante ha fracasado, sino que le queda más trabajo por hacer para avanzar al siguiente nivel.
Gaby León, estudiante de tercer año en Lindsay High School, contó que otros estudiantes que conoce quedan fascinados al enterarse de que ella jamás ha recibido una calificación de letra. “No estoy familiarizada con los ABCs, porque toda mi vida he recibido números”, dijo.
¿Qué es la educación basada en competencias?
Lindsay es un precursor entre un número creciente de escuelas y distritos en Estados Unidos que han adoptado una estrategia educativa basada en el desempeño o la competencia, dijo Susan Patrick, presidente y máxima ejecutiva del Aurora Institute, una organización sin fines de lucro que estudia y fomenta la educación basada en competencias. (El superintendente Rooney forma parte del consejo del Aurora Institute.)
Según Patrick, hace 10 años, solo un pequeño número de estados en EE.UU. utilizaban la educación basada en competencias. Su organización calcula que ahora, 6 de cada 10 distritos escolares públicos en el país están probando o planificando el uso de dichos métodos.
La ejecutiva cree que ese número va a seguir creciendo después de la pandemia.
“Vimos un cambio con el que, al eliminar las restricciones de tiempo y espacio, se desató mucha creatividad a la hora de proveerles más flexibilidad a los estudiantes”, dijo Patrick. “Después de la pandemia, está creciendo la demanda para que los sistemas escolares en EE.UU. aprendan a hacer el cambio de sistemas tradicionales basados en el tiempo … hacia uno que está más organizado alrededor del aprendiz”.
Entonces, ¿qué es exactamente la educación basada en competencias?
Tiene muchos nombres, dijo Patrick, pero fundamentalmente, es un método que permite que los estudiantes tomen control de su propio aprendizaje, a la vez que trabajan para lograr un grupo común de metas. Los estudiantes reciben evaluaciones valiosas sobre su progreso y apoyo, hasta cumplir esos objetivos. Demuestran su dominio de una materia presentando evidencia, como un trabajo o proyecto, que destaca lo que saben y lo que son capaces de hacer.
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Una de las críticas más frecuentes de la educación basada en competencias es que consume mucho tiempo, dijo Patrick. También hay poca evidencia de que el aprendizaje personalizado mejora el aprendizaje estudiantil, en parte porque se utilizan muchos métodos distintos.
Pero los educadores en Lindsay afirman que, aunque hay más trabajo al principio, a la larga el modelo del distrito hace que la enseñanza sea más fácil.
“Cada maestro en el distrito crea lo que llamamos un plan de aprendizaje personalizado con cada uno de nuestros estudiantes, por lo menos dos veces al año”, dijo Maria Ernest, una maestra de teatro y de artes de lenguaje en inglés en Lindsay High School. “Sé que suena como mucho trabajo, pero en realidad te libera de gran parte de la planificación, porque estás haciendo pequeñas lecciones, en lugar de tener que llenar un espacio de 90 minutos”.
Matt Diggle se encuentra en su 28vo año como educador. Luego de asumir su cargo como nuevo director de Washington Elementary en agosto, ha quedado impresionado con lo mucho que necesitan saber los maestros sobre sus estudiantes bajo el modelo de Lindsay.
“Vine de un sistema basado en calificaciones”, dijo. “Esto requiere mucha más profundidad y conocimiento a la hora de explorar las metas de aprendizaje y entender realmente lo que el niño necesita lograr”.
El rol de la tecnología
La habilidad de Lindsay de hacer la transición rápidamente al aprendizaje a distancia en septiembre del 2020 fue gracias en gran parte a la infraestructura preexistente. A diferencia de muchos distritos en los cuales la falta de dispositivos y Wi-Fi irregular hicieron difícil adaptarse al aprendizaje virtual, casi todos los estudiantes de Lindsay ya tenían acceso a sus propias tabletas o computadores portátiles, las cuales son apropiadas para sus edades y reemplazadas cada tres años, y Wi-Fi comunitario.
Llegar a ese punto no fue fácil. En los primeros años del experimento de Lindsay, pocos estudiantes tenían acceso al internet en casa. “Llegaba al trabajo a las 7 de la mañana y había más de 60 niños en el césped frente a la oficina del distrito porque había un punto de acceso”, dijo Barry Sommer, director de la fundación del distrito.
Luego de intentos en vano por comunicarse con compañías grandes de internet, el distrito decidió tomar cartas en el asunto y le pidió permiso a la ciudad de Lindsay para instalar antenas en los edificios más altos de la comunidad. Luego se instalaron puntos de acceso en 500 hogares en Lindsay. Para finales del 2016, casi 90 por ciento de los estudiantes del distrito y sus familias tenían acceso gratis al internet en sus hogares.
Hoy, los estudiantes pueden acceder a sus tareas en sus dispositivos móviles. León, la estudiante de tercer año de secundaria, tendió su teléfono mientras demostraba cómo avanzó en su clase de matemática este año. “Puedes aprender donde sea,” dijo. “Puedes completar las tareas en carretera o en el aeropuerto”.
Pero los educadores dicen que no es solamente la tecnología lo que hace que el modelo de Lindsay funcione, sino la combinación de un método pedagógico personalizado con la tecnología.
El “sistema de gestión de aprendizaje”, Empower, es un portal virtual que les permite a los maestros subir, calificar y llevar un registro de las tareas de su clase. También contiene listas de reproducción que pueden incluir videos y tareas de lectura que los estudiantes completan a medida que van avanzando en la clase.
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Los estudiantes, padres de familia y maestros pueden entrar a Empower en cualquier momento para revisar el progreso en una clase. En cualquier momento, los estudiantes pueden ver lo que han completado y lo que les queda por hacer para terminar una materia. Los cursos siguen estando basados en los estándares estatales de California, y los estudiantes siguen completando evaluaciones externas como iReady.
Empower también les permite a los administradores escolares ver informes colectivos sobre el ritmo que llevan los estudiantes — es decir, si están progresando en sus respectivas materias y cuán rápido lo están haciendo.
“Podemos ver el ritmo en general para los facilitadores de aprendizaje y los aprendices, y luego podemos investigar más si es necesario, para ver los aprendices individuales y el progreso que están haciendo hacia completar antes de que termine el año”, dijo Jorge Ramos, director de enseñanza en Washington Elementary.
Entrenando a los maestros
La mayoría de los maestros no aprenden métodos basados en competencias en la universidad, por lo que hubo problemas de desarrollo cuando el distrito adoptó el modelo basado en desempeño a mediados de la década de los 2000, dijo Sommer. Varios maestros se marcharon porque no pudieron adaptarse al nuevo sistema, agregó.
“Los programas de capacitación de maestros no preparan a los maestros para los modelos de enseñanza personalizados basados en competencias”, dijo Patrick, del Aurora Institute.
Como respuesta, el distrito estableció oportunidades para el desarrollo profesional y esos programas continuaron durante la pandemia. Los educadores usan Empower, la misma plataforma que utilizan los estudiantes, para su entrenamiento.
“Utilizan el método basado en desempeño con nosotros también”, dijo Guadalupe Álvarez, quien enseña octavo grado. A los maestros nuevos también se les acomoda en pares con maestros veteranos como Ernest, la maestra de inglés, que ayudan a instruirlos.
Ernest dijo que los maestros tienen que tener la mentalidad indicada para ser exitosos en Lindsay. “Tienes que contar con un personal que esté abierto al aprendizaje de por vida y realmente abierto a fluir con los cambios”, dijo Ernest. “Porque con este modelo, nada es fijo. Siempre estás buscando la mejor práctica. Como maestra, no puedes aferrarte a “así es como hago las cosas”.
La maestra de cuarto grado Nelly López dijo que antes pensaba que el salón de clases perfecto era uno en el que los estudiantes se mantenían callados, con sus manos dobladas, y la maestra era el centro de atención.
“Ahora es un cambio completo bajo el cual el enfoque está en ellos”, dijo. “Nada de que todo sea igual para todos”.
Estudiantes avanzan a su propio paso, con mucho apoyo
Una de las ventajas de la forma en que Lindsay afronta el aprendizaje y la tecnología es que se adapta a las necesidades de diferentes poblaciones, como los estudiantes con discapacidades y los que están aprendiendo inglés. El método también reduce el estigma para los estudiantes que quizás estén “atrasados” en un sistema tradicional, porque todos los estudiantes trabajan a su propio ritmo, sea que evolucionan rápidamente o necesiten ayuda adicional.
Sin embargo, una de las lecciones tempranas que aprendió el distrito fue que existe un balance delicado entre dejar que los niños hagan lo suyo y mantenerlos encaminados. Sigue siendo preciso que los maestros se aseguren de que los estudiantes no se estén quedando atrás.
John Woods, director de educación especial de Lindsay, dijo que es importante establecer fechas de entrega graduales para que los estudiantes no esperen hasta el último minuto para tratar de terminar todo. “Decimos que no estamos basados en el tiempo, [pero] hay que tener urgencia,” dijo. “Hay ciertos niños que son muy autodirigidos, pero hay otros que no lo son si los dejamos solos”.
Dependiendo de la materia, los estudiantes trabajan de manera independiente o se trasladan a otra clase con otra maestra. Dentro de cada clase, los estudiantes son colocados en grupos de acuerdo con en el objetivo de aprendizaje que intentan alcanzar y su progreso hacia la satisfacción de esos objetivos.
El sistema también permite tener en cuenta a los estudiantes que están progresando más rápido que sus compañeros. “Los maestros siempre llevan la clase a cierto paso, pero con el sitio Empower, los estudiantes pueden avanzar más en el curso trabajando independientemente y fuera del salón de clases”, dijo el estudiante de cuarto año Connor Dunbar.
Álvarez dice que cuando tiene estudiantes que “corren rápido”, se reúne con los administradores para elaborar el mejor plan para satisfacer las necesidades académicas del estudiante. “He tenido grupos de estudiantes de octavo grado que van a la escuela secundaria para matemática e inglés y luego simplemente regresan conmigo para su materia de historia como ciencia”, dijo.
León pudo tomar cursos adicionales porque completó su curso de historia en un semestre. “Eso me permitió agregar un curso universitario a mi programa para el siguiente semestre”, dijo.
Ernest contó que enseña tres clases de inglés, cada una a un nivel distinto, en las que los estudiantes están agrupados de acuerdo con el progreso que han hecho hacia una meta de aprendizaje. Sigue dando lecciones de 15 o 20 minutos sobre temas relevantes para toda la clase, pero dedica el resto del tiempo a trabajar con estudiantes en grupos pequeños o de manera individual.
“Sigo haciendo la misma cantidad de calificación que siempre he hecho”, dijo. “No crea más trabajo. Simplemente crea otros tipos de trabajo”.
Jennifer Keeton, una madre que trabaja en la división de servicios económicos del distrito, dijo que el modelo de Lindsay ha ayudado a satisfacer las necesidades de sus dos hijos. Su hijo, que se graduó en el 2020, se encuentra en el espectro autista. “Que todo el mundo [tuviera un plan] personalizado … ayudó a que no llamara la atención”, dijo.
La hija de Keeton es una estudiante de tercer año que está en camino de recibir su diplomado de College of the Sequoias, un colegio comunitario, antes de graduarse de la secundaria el próximo año. Keeton dijo que el sistema ayudó a su hija “porque no se vio obligada a esperar por los demás. Debido a que es una lectora ávida… Siempre terminaba las cosas rápidamente, pero podría trabajar en otros proyectos para darle un mayor entendimiento de los conceptos”.
¿Funciona?
Las calificaciones de exámenes en Lindsay Unified incrementaron bastante luego de que el distrito implementó el aprendizaje basado en competencias. El número de estudiantes considerados aptos bajo los estándares académicos de California aumentó de 26 por ciento en el 2014-15 a 47 por ciento en el 2018-19. Los índices de graduación aumentaron de 69 por ciento en el 2010-11 a 90 por ciento en el 2017-18. A la vez, los índices de estudiantes que van a la universidad aumentaron de 66 por ciento a 70 por ciento, y más estudiantes se están matriculando en universidades de cuatro años, según datos del distrito.
Durante la pandemia, los resultados fueron más mixtos. Los maestros y estudiantes sintieron el mismo agobio que enfrentaban todos los distritos, incluyendo grandes estragos en la salud social y emocional. Los estudiantes de Lindsay igual progresaron en matemáticas y lectura, aunque menos que durante un año escolar normal.
En marzo del 2020, luego de que los expertos de currículo les dieran a los maestros un curso intensivo de fin de semana sobre la instrucción virtual, los estudiantes y maestros regresaron a la escuela a tiempo completo, en sus salones virtuales. Rápidamente aprendieron a evitar clases virtuales de día entero a favor de trabajo en grupos pequeños y atención individual de los maestros, algo que ya venían haciendo en persona antes de la pandemia.
Y en las primeras semanas de la pandemia, el distrito tuvo que reforzar sus conexiones de Wi-Fi porque de repente más niños y padres estaban conectados las 24 horas, dijo Rooney.
Después de un año de pandemia, los estudiantes de Lindsay habían avanzado menos en la lectura que en años anteriores, pero aun así progresaron más que estudiantes en otros distritos del país con demográficas parecidas, especialmente entre los estudiantes más jóvenes, según un informe reciente de Learning Accelerator, una organización sin fines de lucro.
“Vimos mucho menos crecimiento para los niños en los grados más altos que en los de grados más bajos”, dijo Beth Rabbitt, máxima ejecutiva de Learning Accelerator y una de las autoras del informe.
Eso quizás se deba a que es más probable que los estudiantes de más edad tengan responsabilidades como trabajar o cuidar de hermanos pequeños, según el estudio.
El estudio también halló que los estudiantes clasificados como aprendices del idioma inglés, migrantes o sin hogar, y aquellos que reciben servicios de educación especial, demostraron una evolución positiva, gracias al contacto frecuente con consejeros, servicios de traducción, bancos de alimentos y servicios sociales y oportunidades para un “regreso temprano” a la escuela en el otoño del 2020.
Y a los estudiantes que volvieron en persona como parte del modelo de regreso temprano les fue mejor que los que permanecieron en casa, lo cual podría servir de lección en un futuro cuando haya interrupciones. Estos niños siguieron el mismo currículo virtual que sus compañeros estudiando en casa, pero trabajaron en la escuela en grupos pequeños con tutores que le podrían brindar apoyo adicional.
“Eso habla del poder de que los niños tengan adultos que, aunque no sean los maestros de contenido principales, los puedan ayudar a conectarse y a que se mantengan encaminados”, dijo Rabbitt.
Ernest señaló que la transición al aprendizaje a distancia fue más difícil para los inmigrantes recientes con los que trabaja. “Tratar de llegar al punto de que puedan seguir los pasos con una computadora cuando nunca han tenido una fue algo muy difícil durante los primeros meses”, dijo Ernest.
Pero una vez que los estudiantes se acostumbraron a la tecnología, dijo Ernest, el programa fue “el modelo perfecto para alguien que apenas comienza a aprender el idioma”. Algunas de sus estudiantes de secundaria comenzaron con un nivel de kinder en inglés, pero porque no estaban conscientes de que estaban empezando a un nivel tan básico, pudieron “avanzar al nivel indicado, progresar y no sentirse avergonzados”, dijo.
En general, en Lindsay la pandemia reafirmó el rol del aprendizaje basado en competencias y la enseñanza basada en tecnología, dijo Ernest. “Venimos haciendo enseñanza semipresencial bajo este modelo por tanto tiempo [que] la única diferencia para nosotros fue que los [estudiantes] no estaban en el aula con nosotros”.
Este reportaje sobre la adaptación al aprendizaje virtual fue producido por The Hechinger Report, una organización de noticias independiente sin fines de lucro enfocada en la desigualdad y la innovación en la educación. Lea sus otros artículos en español.