Aliados del presidente de Níger piden a EEUU y a otros que salven su vida
Tras casi tres semanas de apelar a Estados Unidos y otros aliados para que ayuden a restablecer al presidente de Níger en el poder, amigos y simpatizantes del mandatario elegido democráticamente hacen ahora una súplica más simple: salven su vida.
El presidente Mohamed Bazoum, líder de la única democracia aliada de Occidente que queda en una vasta extensión del Sahara y el Sáhel de África, se encuentra confinado con su familia en un sótano oscuro de su complejo presidencial, sin suministro de alimentos, electricidad ni gas para cocinar por órdenes de la junta que lo derrocó, le dijo a The Associated Press el embajador de Níger en Estados Unidos.
“Lo están matando”, denunció el embajador Mamadou Kiari Liman-Tinguiri, un colaborador cercano que sostiene conversaciones telefónicas diarias con el mandatario detenido. Ambos han sido colegas durante tres décadas, desde que el presidente de 63 años era un joven profesor de filosofía, líder del sindicato de maestros y un defensor de la democracia que se destacaba por su elocuencia.
“El plan del jefe de la junta es matarlo de hambre”, explicó Liman-Tinguiri a la AP, en una de sus primeras entrevistas desde que los soldados amotinados presuntamente le cortaron las entregas de alimentos al presidente, su esposa y su hijo de 20 años, hace casi una semana.
“Esto es inhumano, y el mundo no debería tolerar eso”, agregó el embajador. “No puede ser tolerado en 2023”.
El sábado, los captores del presidente permitieron que un médico visitara a la familia por primera vez y llevaron algo de comida, dijo un asesor presidencial a la AP. El asesor, quien no estaba autorizado para hacer declaraciones y habló bajo condición de guardar el anonimato, declinó dar detalles.
Bazoum está confinado en el sótano oscuro, dijo el embajador. Contesta el teléfono cuando entra una llamada de un amigo o de alguien más con quien quiere hablar. El presidente y su embajador, a quien los miembros de la junta han declarado sin empleo, hablan una o más veces al día.
Bazoum no ha sido visto en público desde el 26 de julio, cuando vehículos militares bloquearon las puertas del palacio presidencial y las fuerzas de seguridad anunciaron que tomarían el poder. No es posible determinar de manera independiente las circunstancias en que se encuentra el presidente. Estados Unidos, las Naciones Unidas y otros han expresado reiteradamente su preocupación por lo que llamaron el deterioro de las condiciones en la detención de Bazoum, y advirtieron a la junta que la responsabilizarían por el bienestar de Bazoum y su familia.
Por otra parte, Human Rights Watch reportó el viernes que había hablado directamente con el presidente detenido y con otras personas de su círculo, y que recibió relatos similares de malos tratos.
No obstante, Insa Garba Saidou, un activista que apoya en sus comunicados a los nuevos gobernantes militares de Níger, dijo que los informes sobre el terrible estado del presidente eran falsos. Saidou sostuvo que estaba en contacto con algunos miembros de la junta, pero no explicó cómo tenía conocimiento del estado del presidente.
“Bazoum tuvo suerte de que no lo llevaran a ningún lado”, declaró Saidou. “Lo dejaron en su palacio con su teléfono. Quienes hicieron eso no tienen la intención de lastimar a Bazoum”.
El golpe militar de Níger y la grave situación de su gobernante destituido han atraído la atención mundial, pero no porque ese tipo de agitación sea inusual en África occidental. Tan sólo Níger ha tenido unos seis golpes de Estado desde su independencia en 1960. Los gobernantes de Níger ya han sufrido en golpes previos, entre los cuales se destaca el de 1999, en el que un líder instalado por el ejército fue asesinado por la misma unidad de la guardia presidencial que instigó el golpe actual.
La vuelta de Níger a los golpes de Estado por parte de militares descontentos está repercutiendo en Estados Unidos y en el ámbito internacional por dos razones clave: una es que Bazoum llegó al poder en una inusual elección presidencial democrática en los inestables Sahara y Sahel de África, en la única transferencia de poder pacífica y democrática que Níger ha logrado.
Washington ha invertido cerca de 1.000 millones de dólares en Níger en los últimos años para apoyar su democracia y brindar ayuda, además de desarrollar fuerzas nacionales capaces de contener a las agrupaciones armadas aliadas del grupo Estado Islámico y de Al Qaeda en el norte y oeste de África.
La presencia antiterrorista respaldada por Estados Unidos es la segunda razón clave por la que resuena el golpe de Níger. Los estadounidenses tienen una fuerte presencia de seguridad con 1.100 soldados y han construido bases en la capital y en el norte del país africano, en sus principales puestos de avanzada, para contrarrestar a los grupos yihadistas armados de África occidental. El gobierno del presidente Joe Biden aún no ha llamado “golpe de Estado” a lo sucedido en Níger, aduciendo que hay leyes que obligarían a Estados Unidos a cortar muchas de sus asociaciones militares con ese país.
La región de Níger está dominada por gobiernos militares o alineados con militares, y un número creciente de ellos ha establecido asociaciones de seguridad con el grupo mercenario Wagner de Rusia.
Los soldados que destituyeron a Bazoum han anunciado una estructura de gobierno, pero dijeron poco públicamente sobre sus planes. Victoria Nuland, subsecretaria de Estado de Estados Unidos, se reunió esta semana con miembros de la junta de Níger en la capital, pero señaló que habían sido poco receptivos a sus exigencias de restablecer la democracia en el país.
“Se mostraron bastante firmes sobre cómo quieren proceder, y no es en apoyo de la Constitución de Níger”, dijo Nuland a los periodistas después.
La junta también le advirtió a Nuland que Bazoum moriría si la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO) interviene militarmente para restablecer la democracia, dijeron funcionarios estadounidenses a la AP.
Esta semana, el embajador restó importancia a esa amenaza, y señaló que la junta ya está en camino de matar a Bazoum al retenerlo a él y su familia con poco más que un suministro cada vez menor de arroz seco y sin medios para cocinarlo.
El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, ha hablado varias veces con el presidente detenido y expresado su preocupación por su seguridad y la de su familia. Estados Unidos dice que ha recortado parte de la ayuda al gobierno y ha suspendido la cooperación militar. Blinken ha expresado un apoyo amplio a la CEDEAO, cuyas gestiones diplomáticas han sido rechazadas por la junta de Níger y que ha advertido que recurrirá a la fuerza militar como último recurso.
Blinken dijo en un comunicado el viernes que estaba “particularmente consternado” de que los soldados amotinados de Níger se hubieran negado a liberar a la familia de Bazoum como gesto de buena voluntad. No dio detalles.
Si bien Saidou, el asesor de la junta, negó que ésta amenazara con matar a Bazoum si la CEDEAO invadía, manifestó que la muerte de Bazoum sería inevitable si eso sucediera.
“Incluso si los altos oficiales de la junta no tocan a Bazoum, si se dispara un arma en una de las fronteras de Níger para restituir a Bazoum, estoy seguro de que habrá soldados que pondrán fin a su vida”, declaró.
Bazoum le dijo a Human Rights Watch que a familiares y amigos que le llevaban comida les negaban la entrada, y que la junta le había negado atención médica a su hijo, que padece una enfermedad del corazón.
Bazoum y sus aliados no detenidos desean la intervención de socios regionales, de Estados Unidos y de otros. Con Bazoum vulnerable en cautiverio, ni él ni los embajadores especifican qué quieren que hagan Washington y otros aliados.
Bazoum pertenece a la pequeña minoría de árabes nómadas de Níger, en un país de culturas diversas ricas en tradiciones. A pesar de su carrera política, el mandatario ha conservado la devoción de su pueblo por la ganadería, criando camellos que adora, refirió Liman-Tinguiri.
A pesar de todas sus privaciones, dijo el embajador, Bazoum se mantiene de buen ánimo.
“Es un hombre mentalmente muy fuerte”, agregó. “Es un hombre de fe”.
____
El periodista de The Associated Press Sam Mednick contribuyó desde Niamey, Níger.