Blinken reitera el "férreo" apoyo de EEUU a Filipinas ante sus choques con China en aguas disputadas
El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, subrayó el martes el “compromiso férreo” de Washington de ayudar a defender a Filipinas en caso de un ataque armado contra sus fuerzas, después de que los enfrentamientos entre guardacostas chinos y filipinos en el disputado Mar de China Meridional se volvieran más hostiles en los últimos meses.
Blinken, que continuaba con una serie de visitas de alto nivel a un aliado que tiene un tratado con Estados Unidos, se reunió con su homólogo filipino, Enrique Manalo, antes de encuentros previstos con el presidente, Ferdinand Marcos Jr., y otros altos funcionarios en Manila.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, recibirá a Marcos y al presidente de Japón, Fumio Kishida, en una cumbre en la Casa Blanca en abril. Es probable que los tres aborden las preocupaciones crecientes sobre las acciones chinas cada vez más agresivas en el Mar de China Meridional y el programa nuclear norcoreano.
“Nos alzamos con Filipinas y mantenemos nuestros férreos compromisos de defensa, que incluyen el Tratado de Defensa Mutua”, dijo Blinken en una conferencia de prensa con Manalo.
“Tenemos una preocupación compartida sobre las acciones de la RPC que amenazan nuestra visión común de un Indopacífico libre y abierto, incluidos el Mar de China Meridional y la zona económica exclusiva de Filipinas”, dijo Blinken, que empleó las siglas de República Popular China. Mencionó “violaciones reiteradas del derecho internacional y de los derechos de Filipinas: cañones de agua, maniobras de bloqueo, seguimiento estrecho” como ejemplos de operaciones peligrosas.
Guardacostas chinos bloquearon el paso y emplearon cañones de agua contra embarcaciones filipinas en una confrontación hace dos semanas en la que un almirante filipino y cuatro de sus marineros sufrieron heridas leves cerca del disputado banco de arena Second Thomas. El incidente del 5 de marzo provocó colisiones leves entre buques chinos y filipinos y llevó a que el Departamento filipino de Exteriores convocara al vicembajador chino para transmitir una protesta contra las acciones de los guardacostas chinas, que Manila tachó de inaceptables.
Por su parte, la Guardia Costera china dijo haber tomado “medidas de control de acuerdo a la ley conta barcos filipinos que invadieron de forma ilegal las aguas adyacentes al arrecife de Ren'ai”, el nombre que utiliza Beijing para el banco de arena Second Thomas.
Beijing ha reiterado que la decisión de Marcos de permitir una expansión de la presencia militar estadounidense en Filipinas según un pacto de defensa de 2014 podría socavar la seguridad de China y la región.
Fuerzas estadounidenses y filipinas tenían previsto celebrar sus mayores maniobras anuales en abril en Filipinas. La zona incluirá una parte norteña cerca de Taiwán, que China reclama como parte de su territorio.
Ante el palacio presidencial en Manila, docenas de activistas de izquierdas rompieron una bandera estadounidense falsa en una ruidosa protesta contra la visita de Blinken y la implicación de Washington en las arraigadas disputas territoriales.
Además de China y Filipinas, Vietnam, Malasia, Taiwán y Brunéi tienen reclamaciones superpuestas sobre la zona, una ruta comercial global muy transitada y rica en recursos.
Beijing reclama casi todo el Mar de China Meridional. En la última década ha convertido arrecifes en siete islas que ahora sirven como bases insulares protegidas con misiles, tres de ellas con pistas de aterrizaje, que han incrementado sus reclamaciones territoriales y su capacidad de patrullaje.
Como respuesta, Washington ha reforzado una serie de alianzas militares y lazos de seguridad en el Indopacífico con Filipinas, Vietnam y otros países enfrentados a China.
Después de que China ocupara otro atolón en disputa, el de Scarborough, al noroeste de Filipinas, en 2012, Manila pidió un arbitraje internacional de sus disputas territoriales y ganó en su gran mayoría. Sin embargo, China rechazó el falló de la corte respaldada por Naciones Unidas que invalidó en 2016 sus amplias reclamaciones por motivos históricos, y sigue desafiando la decisión.
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Los periodistas de Associated Press Joeal Calupitan y Aaron Favila en Manila, Filipinas, contribuyeron a este despacho.