Buffett reivindica la recompra de acciones
El multimillonario Warren Buffett dice que quien critica las recompras de acciones es un “analfabeto económico o un demagogo sutil”, o ambas cosas
El multimillonario Warren Buffett dijo que quien critica las recompras de acciones es un “analfabeto económico o un demagogo sutil”, o ambas cosas, y que todos los inversores se benefician con ellas si se las hace a precios justos. Buffett dedicó parte de su carta anual a los accionistas de Berkshire Hathaway, publicada el sábado.
Buffett destacó los beneficios de las recompras, que están entre los blancos preferidos de los fogosos detractores de Wall Street como los senadores Elizabeth Warren y Bernie Sanders, y muchos de sus correligionarios demócratas. El gobierno federal aplicó recientemente un impuesto del 1% sobre las recompras cuando sumaron aproximadamente 1 billón de dólares en 2022.
“Cuando les dicen que todas las recompras son dañinas para los accionistas o el país, o particularmente rentables para los CEO, el que les habla es un analfabeto económico o un demagogo sutil (personajes que no se excluyen mutuamente)” escribió Buffett, un demócrata de larga data.
El inversionista Cole Smead dijo que Washington debería prestar atención a lo dicho por Buffett sobre las recompras.
“Cualquier político, independientemente de partido, debería escuchar con suma atención una declaración como esta”, expresó Smead, de la firma financiera Smead Capital Management, con sede en Seattle.
En su habitual estilo autocrítico, Buffett manifestó que la trayectoria notable de Berkshire, que duplicó sus rentas en el índice S&P 500 en los últimos 58 años estando él al timón, es el resultado de apenas “una decena de decisiones realmente buenas, o sea una cada cinco años”.
Recordó algunas de estas decisiones en su carta —uno de los documentos más esperados en el mundo empresarial—, que este año fue notablemente lacónica: de apenas ocho páginas.
Buffett destacó lo mucho que Berkshire se beneficia de los dividendos que recibe de las grandes inversiones de su cartera, como Coca-Cola y American Express, a pesar de que él se niega a pagar dividendos en el conglomerado que él dirige, porque cree que puede generar un mayor rendimiento para los accionistas invirtiendo ese efectivo.
Coca-Cola pagó a Berkshire 704 millones de dólares en dividendos el año pasado y American Express añadió 302 millones, y esos pagos ayudaron a impulsar el valor de esas participaciones a 25.000 millones de dólares para Coca-Cola y 22.000 millones para American Express. Berkshire pagó 1.300 millones de dólares por cada una de esas inversiones en la década de 1990.