Corte japonesa absuelve a un exboxeador tras décadas en el corredor de la muerte

Mari Yamaguchi
Jueves, 26 de septiembre de 2024 03:00 EDT
JAPÓN-BOXEADOR-JUICIO
JAPÓN-BOXEADOR-JUICIO (AP)

Una corte japonesa declaró no culpable el jueves a un exboxeador de 88 años, en la repetición de un juicio por un asesinato cuádruple de 1966 que revocó una condena errónea que le mantuvo durante décadas en el corredor de la muerte.

La absolución de Iwao Hakamada en la Corte del Distrito de Shizuoka le convierte en el quinto condenado a muerte que has sido declarado no culpable en la repetición de un juicio en el Japón de posguerra. El caso podría reavivar un debate sobre abolir la pena de muerte en Japón.

El juez presidente de la corte, Koshi Kunii, dijo que la corte reconocía que varias pruebas se habían falsificado y que Hakamada no era el culpable, según NHK.

Hakamada fue condenado por la muerte en 1966 de un gerente de empresa y tres de sus familiares, así como por prender fuego a su casa en el centro de Japón. Se le condenó a muerte en 1968, pero no fue ejecutado debido al prolongado proceso de apelaciones y nuevo juicio.

Pasó 48 años entre rejas, la mayoría en el corredor de la muerte, lo que le convertía en el reo que más tiempo llevaba condenado a la pena capital.

El alto tribunal tardó 27 años en rechazar su primera petición de repetir el juicio. La segunda la presentó en 2008 su hermana, Hideko Hakamada, que ahora tiene 91 años, y la corte finalmente falló a su favor en 2023, lo que allanaba el camino a la repetición del juicio, que comenzó en octubre.

Hakamada fue liberado de prisión en 2014 cuando una corte ordenó repetir el juicio ante nuevas pruebas que sugerían que la condena podría basarse en acusaciones falsificadas por los investigadores, pero no fue absuelto. Tras su liberación, Hakamada cumplió su sentencia en casa porque su edad y su frágil salud suponían un bajo riesgo de fuga.

En una ultima vista en la corte de Shizuoka en mayo antes de la decisión del jueves, la fiscalía volvió a pedir la pena capital, lo que provocó críticas de grupos de derechos sobre que los fiscales intentaban prolongar el juicio.

Las enormes trabas para pedir nuevos juicios también han hecho que los expertos legales pidan una reforma del sistema.

Durante la investigación que siguió a su detención, Hakamada negó en un principio las acusaciones, y más tarde confesó. Después dijo que la policía le había obligado a confesar en un violento interrogatorio.

Un importante punto de discordia eran cinco prendas manchadas de sangre que según los investigadores Hakamada había llevado durante el crimen y ocultado en un tanque de pasta fermentada de soja, o miso. La ropa se encontró más de un año después de su detención.

Un fallo del Alto Tribunal de Tokio reconoció en 2023 las pruebas científicas de que prendas sumergidas en miso durante más de un año se volvían demasiado oscuras como para identificar manchas de sangre, lo que apuntaba a una posible falsificación de los investigadores.

Abogados de la defensa y fallos previos al nuevo juicio indicaron que las muestras de sangre no coincidían con el ADN de Hakamada y que los pantalones que la fiscalía había presentado como prueba eran demasiado pequeños para Hakamada y no le valían cuando se los probó.

Japón y Estados Unidos son los únicos dos países del Grupo de las 7 economías más avanzadas que siguen teniendo pena de muerte. Un sondeo del gobierno japonés mostraba que una enorme mayoría de la población estaba a favor de las ejecuciones.

En Japón, las ejecuciones se hacen en privado y los prisioneros no son informados de su destino hasta la mañana del día en el que son ahorcados. El país empezó a publicar en 2007 los nombres de las personas ejecutadas y algunos delitos de sus crímenes, pero la información sigue siendo limitada.

Los defensores de Hakamada dicen que pasar casi medio siglo detenido se ha cobrado un precio en su salud mental. La mayor parte de su tiempo en prisión fue en solitario y temiendo una ejecución. En total pasó 48 años recluido, más de 45 de ellos en el corredor de la muerte.

Su hermana, Hideko Hakamada, ha dedicado en torno a la mitad de su vida a demostrar su inocencia. Antes del fallo del jueves dijo que estaba en una batalla infinita.

“Es muy difícil iniciar un nuevo juicio”, dijo a la prensa en Tokio. “No sólo Iwao, estoy segura de que hay otras personas que han sido acusadas injustamente y lloran (...) Quiero que se revise el sistema penal para que las repeticiones de juicios sean más fáciles de conseguir”.

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