Detenido en EEUU funcionario sirio que supervisó prisión donde se cometieron presuntos abusos
Un exfuncionario militar sirio que supervisó una prisión en la que, según funcionarios de derechos humanos, se perpetraron torturas y abusos de forma habitual, ha sido detenido en Los Ángeles, de acuerdo con documentos judiciales.
Samir Ousman al-Sheikh, de 72 años, fue detenido la semana pasada en el aeropuerto internacional de Los Ángeles por cargos de fraude en inmigración, concretamente por negar en sus solicitudes de visado y ciudadanía estadounidenses haber perseguido a ninguna persona en Siria, según una denuncia penal presentada el 9 de julio. En la misma se indica que los investigadores están estudiando la posibilidad de presentar cargos adicionales.
Al-Sheikh estuvo a cargo de la tristemente célebre prisión siria de Adra entre 2005 y 2008, bajo la presidencia de Bashar Assad. Grupos de derechos humanos y funcionarios de las Naciones Unidas han acusado al gobierno sirio de abusos generalizados en sus centros de detención, entre ellos tortura y detención arbitraria de miles de personas, en muchos casos sin informar a sus familias sobre su destino. Muchas de estas personas siguen desaparecidas y se presume que han muerto o han sido ejecutadas.
“Se trata del funcionario de más alto nivel del régimen de Assad que haya sido detenido en cualquier parte del mundo... Es algo realmente importante”, declaró el miércoles Mouaz Moustafa, director ejecutivo de la organización Syrian Emergency Task Force, con base en Estados Unidos.
Moustafa dijo que uno de los miembros de su personal, un exdetenido sirio, fue avisado por primera vez en 2022 por un refugiado de que había “potencialmente un criminal de guerra” en Estados Unidos. Su organización alertó a varias agencias federales y comenzó a trabajar con ellas para construir un caso contra Al-Sheikh.
Según la denuncia, Al-Sheikh, residente en Los Ángeles desde 2020, declaró en su solicitud de ciudadanía que “nunca había perseguido (ni directa ni indirectamente) a ninguna persona por motivos de raza, religión, nacionalidad, pertenencia a un determinado grupo social u opinión política” y que “nunca había estado implicado en matar o intentar matar a alguien”.
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Abby Sewell, periodista de The Associated Press en Beirut, Líbano, contribuyó a este despacho.