Israelíes y palestinos tienen esperanzas, pero son cautelosos ante la propuesta de cese del fuego
Una propuesta de cese del fuego entre Israel y Hamás está generando esperanzas de que ocho meses de combates pronto lleguen a su fin. Los palestinos desplazados están desesperados por regresar a sus hogares y reconstruir, mientras que los israelíes anhelan la liberación de decenas de cautivos tomados por el grupo palestino armado.
La propuesta respaldada por Estados Unidos es el más reciente intento serio de poner fin a la guerra en Gaza y, si bien todavía enfrenta obstáculos importantes, están en curso negociaciones destinadas a llevarla a buen término.
Pero las esperanzas de un cese del fuego ya se han visto frustradas en otras ocasiones, y tanto palestinos como israelíes están preparados para la decepción. Hamás está decidido a poner fin a la guerra, mientras que el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha prometido destruir al grupo armado antes de cesar los combates.
He aquí un vistazo a las esperanzas, temores y expectativas de algunos en la región mientras las partes sopesan un acuerdo:
“QUEREMOS UNA SOLUCIÓN”
La guerra ha desplazado al 80% de la población de Gaza, ha vuelto inhabitable gran parte del paisaje urbano y provocado hambre generalizada.
“Queremos una solución. Queremos volver a nuestros hogares. Estamos cansados de esta vida”, dijo Salama Abu al-Qumbuz, una persona desplazada refugiada en la ciudad de Deir al-Balah, en el centro de Gaza.
Los combates, provocados por el ataque transfronterizo de Hamás el 7 de octubre que mató a 1.200 personas en Israel, han matado a más de 37.000 palestinos. La mayoría de los palestinos en Gaza han perdido al menos un familiar. Algunos han perdido decenas.
La guerra y los múltiples intentos fallidos de ponerle fin han profundizado la desesperación en el territorio, que se ve agravada por la inseguridad constante, la inquietante incertidumbre sobre el futuro y, para algunos, el aburrimiento de una vida en suspenso por los combates.
Algunos han perdido la esperanza en las negociaciones.
“Negociaron mucho, sin éxito”, afirmó Etaf Abdel Bari, que también se refugiaba en Deir al-Balah. “No somos un juguete en sus manos”.
LAS FAMILIAS DE LOS REHENES QUIEREN UN ACUERDO, PERO OTROS NO
En Israel, las más desesperadas por un acuerdo son las familias de los rehenes retenidos por Hamás y otros grupos armados.
Los milicianos liderados por Hamás tomaron como rehenes a unas 250 personas en su ataque, según las autoridades israelíes, y tras una tregua en noviembre liberaron a unas 100. Unas 80 personas siguen cautivas, junto con los restos de otros 40. Las familias han agonizado por el destino de sus seres queridos, muchos de ellos sin recibir señales de vida durante ocho meses.
Las familias y miles de sus partidarios se reúnen semanalmente para manifestarse en apoyo de un acuerdo, argumentando que las negociaciones son la única manera de liberar a un número significativo de rehenes. Y las encuestas muestran que el público israelí considera que liberarlos a través de un acuerdo es una prioridad.
Shahar Mor Zahiro, cuyo tío, Abraham Munder, de 79 años, es rehén, teme que este acuerdo fracase como los anteriores.
“Ya tenemos como seis o siete ciclos de esperanza y desesperación, esperanza y desesperación, pero ¿qué podemos hacer? Nos aferramos a cualquier esperanza que haya”, afirmó.
Existe un apoyo generalizado para alcanzar un acuerdo sobre los rehenes y miles de personas protestan en las calles de Israel cada semana.
Pero entre las familias de los rehenes, algunas se oponen a un acuerdo que dejare intacto a Hamás.
Eitan Zeliger es el director del Foro Tikva, que, según él, representa a unas 30 familias de rehenes que se oponen a la liberación de sus seres queridos mediante un acuerdo que ponga fin a la guerra. En cambio, insisten en que Israel aumente la presión militar sobre Hamás para debilitar su posición negociadora.
“Es un proceso largo, duro y un infierno para muchas familias de rehenes”, afirmó. “Pero las familias con las que estamos en contacto entienden que no hay manera de devolver a los rehenes sin guerra”.
HABLAN LAS MADRES DE SOLDADOS
Tras el ataque de Hamás, judíos israelíes se alistaron al ejército, el cual convocó a cientos de miles de reservistas para ayudar a luchar contra Hamás. Pero están surgiendo algunas voces, incluidas las de madres de soldados, que acusan a Netanyahu de prolongar la guerra para apaciguar a los miembros de su coalición de extrema derecha y mantenerse en el poder.
“No les creo a quienes toman las decisiones”, dijo el jueves a la radio del ejército israelí Noorit Felsenthal Berger, cuyo hijo de 21 años ha pasado en Gaza la mayor parte de la guerra. “Creo que debemos detenernos y aquí tenemos una oportunidad histórica”, dijo sobre el acuerdo propuesto.
Se espera que el período de posguerra incluya investigaciones sobre los fracasos del gobierno antes del ataque del 7 de octubre y probablemente conduzca a nuevas elecciones en un momento en que la popularidad de Netanyahu ha caído. El ejército dice que más de 600 soldados han muerto.
En guerras anteriores, las protestas de las madres de soldados han ayudado a presionar a los líderes para que pongan fin a los combates, un movimiento que aún no se ha materializado en cantidades significativas en torno a la guerra en Gaza.
Esto se debe en parte a que hay otros familiares de combatientes que apoyan la continuación de la guerra y se oponen a un acuerdo que dejaría a Hamas en paz.
El Foro Gvura, que representa a algunas de las familias de soldados muertos durante la guerra, dijo en una carta a Netanyahu a principios de este mes que si Israel aceptaba el acuerdo propuesto, se estaría rindiendo ante Hamás sin alcanzar los objetivos de la guerra.
“No aceptaremos que nuestros seres queridos sirvan como bandeja de plata sobre la que el régimen del terror regrese a Gaza”, escribió el grupo.
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La periodista de The Associated Press Melanie Lidman contribuyó a este informe.