Detectan restos de un avión que desapareció hace 53 años en un lago entre EEUU y Canadá
El jet corporativo desapareció poco después de salir del aeropuerto de Burlington con destino a Providence, Rhode Island, el 27 de enero de 1971
Cincuenta y tres años después de que un avión privado en el que viajaban cinco hombres desapareciera en una noche nevada de Vermont, los expertos creen haber encontrado los restos del avión perdido en el lago Champlain.
El avión corporativo desapareció poco después de salir del aeropuerto de Burlington con destino a Providence, Rhode Island, el 27 de enero de 1971. Entre las personas a bordo había dos miembros de la tripulación y tres empleados de la empresa promotora Cousin’s Properties, de Atlanta (Georgia), que trabajaban en un proyecto urbanístico en Burlington.
No se encontraron restos durante las primeras búsquedas del Jet Commander para 10 pasajeros y el lago se congeló cuatro días después de que se perdiera el avión. A lo largo de los años, se realizaron al menos otras 17 búsquedas, hasta que el mes pasado el buscador submarino Garry Kozak y un equipo que utilizaba un vehículo operado por control remoto encontraron en el lago restos de un jet con el mismo diseño de pintura personalizado, cerca de donde la torre de radiocontrol había rastreado por última vez el avión antes de su desaparición. Se tomaron imágenes de sonar del pecio hallado a 60 metros de profundidad cerca de Juniper Island.
“Con todas esas pruebas, estamos 99% seguros”, aseguró Kozak el lunes.
Asimismo, afirmó que el hallazgo de los restos ofrece a las familias de las víctimas “un cierre y responde a muchas de las preguntas que tenían”.
Si bien los familiares están agradecidos y aliviados por haber encontrado el avión, el hallazgo también abre más interrogantes y viejas heridas.
“Que lo hayan encontrado ahora… conlleva una sensación de paz, pero al mismo tiempo una sensación muy triste”, observó Barbara Nikita, sobrina del piloto George Nikita, en una entrevista con The Associated Press el martes. “Sabemos lo que pasó. Hemos visto unas cuantas fotos. Creo que ahora estamos lidiando con eso”.
El padre de Frank Wilder, también Frank Wilder, era pasajero del avión.
“Fue angustiante pasar 53 años sin saber si el avión estaba en el lago o tal vez en la ladera de alguna montaña”, expresó Wilder, que vive en las afueras de Filadelfia. “Y de nuevo, me siento aliviado por saber dónde está el avión, pero por desgracia abre otras preguntas y tenemos que enfocarnos en ellas ahora”.
Kozak también relató que cuando el hielo se derritió en la primavera de 1971, se encontraron restos del avión en Shelburne Point. Una búsqueda submarina realizada en mayo de 1971 no pudo encontrar los restos. Se produjeron al menos otras 17 búsquedas, incluso en 2014, según Kozak. En ese entonces, las autoridades se vieron espoleadas por la curiosidad tras la desaparición del avión de Malaysia Airlines ese año, con la esperanza de que las nuevas tecnologías encontraran los restos, pero no fue así.
Barbara Nikita, que vive en el sur de California, y su prima Kristina Nikita Coffey, que vive en Tennessee, encabezaron los recientes esfuerzos de búsqueda y se pusieron en contacto con familiares de otras víctimas.
Lo fascinante de volver a conectar con el grupo fue que “todo el mundo tenía piezas del rompecabezas que, cuando empezamos a compartir información y documentos, lo que conseguimos fue una comprensión y una perspectiva mucho mayor de la información, de cómo nos había afectado a todos”, describió Charles Williams, cuyo padre, Robert Ransom Williams III, era uno de los empleados de Cousin’s Properties a bordo.
Calificó a Kozar de héroe por su dedicación a la búsqueda del avión. Después de que la búsqueda de 2014 resultara infructuosa, Kozar se sintió intrigado y recurrió a una exploración sonar del lago realizada por el Museo Marítimo de Champlain y el Middlebury College. Encontró cuatro anomalías en el fondo del lago. Entonces, en 2022, un colega, Hans Hug, de Sonar Search and Recovery en Exeter, New Hampshire, y su amigo, que tiene un vehículo operado por control remoto, insistieron en que querían buscar el avión. El equipo encontró un avión, pero resultó ser una aeronave militar. El invierno pasado, Kozar volvió a explorar con sonar y halló otra anomalía, que el equipo descubrió el mes pasado que probablemente eran los restos del avión.
La Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB) está investigando para verificar si se trata del avión, sostuvo Williams. Agregó que la NTSB no realiza operaciones de salvamento, que serían costosas.
“Si hay restos tangibles —detesto decirlo así—, y si vale la pena perturbarlos, es una decisión que tendremos que resolver más adelante, y parte de lo que estamos analizando ahora”, declaró. “Es duro cuando empiezas a pensarlo”.
Los familiares de las víctimas planean celebrar un homenaje ahora que saben dónde se encuentra el avión.