Orden de Trump deja en el limbo a afganos que ayudaron a EEUU

Llazar Semini,Farnoush Amiri,Munir Ahmed
Domingo, 09 de febrero de 2025 09:35 EST

Ayudaron al Ejército estadounidense a ordenar ataques aéreos contra combatientes del Talibán y del Estado Islámico, y trabajaron como conductores y traductores durante la guerra más larga de Estados Unidos. Estaban listos para comenzar nuevas vidas en Estados Unidos.

Luego, el presidente Donald Trump emitió órdenes ejecutivas que pusieron fin a los programas utilizados para ayudar a los afganos a llegar a un lugar seguro en Estados Unidos. Ahora, esos mismos afganos, que pasaron por una revisión de antecedentes que duró varios años, se encuentran en el limbo.

“Estaba impactado. Todavía estoy en shock porque ya he esperado cuatro años para este proceso, para salir de este infierno, llegar a un lugar seguro, vivir en paz y tener un nuevo comienzo”, dijo Roshangar, uno de los afganos cuya vida fue trastocada por la medida de Trump. Roshangar solicitó que The Associated Press solo use su primer nombre por temor a represalias de los talibanes.

Roshangar habló durante una entrevista desde Afganistán donde él, su esposa e hijo viven escondidos, con temor a ser sancionados o incluso ejecutados por los talibanes por su asociación de más de una década con las fuerzas estadounidenses.

Roshangar fungió como asesor legal de la Fuerza Aérea Afgana, ayudando a los funcionarios estadounidenses a revisar y, eventualmente, aprobar paquetes de ataques aéreos que se usaron contra los talibanes y el grupo extremista Estado Islámico desde 2007 hasta la caída de Kabul, la capital afgana, en 2021.

“Esta fue una medida inesperada del señor Trump y todo salió mal y en contra nuestra, y nos dejó en grave peligro bajo el régimen talibán”, señaló.

La experiencia de su familia es solo un aspecto de las consecuencias de las órdenes de Trump, muchas de las cuales se implementaron sin una amplia consulta con expertos en las áreas afectadas.

“Es una mancha absoluta en nuestro honor nacional que hayamos quitado de pronto el apoyo a personas que han esperado pacientemente la reubicación y a aquellos aquí en Estados Unidos que han llegado recientemente”, dijo Shawn VanDiver, un veterano de la Marina y líder de #AfghanEvac, una coalición que apoya los esfuerzos de reasentamiento afgano. “Este es un problema que se puede resolver de inmediato y nuestra seguridad nacional exige que lo solucionemos”, agregó.

Durante la evacuación estadounidense de Kabul en agosto de 2021, aviones militares estadounidenses trasladaron a decenas de miles de afganos desde el aeropuerto principal, pero muchos más no lograron subirse a los aviones. Desde entonces, Estados Unidos los ayudó de varias formas a emigrar a EEUU, dependiendo del papel que desempeñaron en ayudar a la misión liderada por Estados Unidos en Afganistán. Ahora se han cerrado esos caminos.

Es el más reciente de una serie de contratiempos para el grupo de aliados estadounidenses que, a pesar del fuerte respaldo de legisladores republicanos y demócratas junto con grupos de veteranos, continúan enfrentando obstáculos para reubicarse y reconstruir sus vidas después de la retirada abrupta de Estados Unidos de Afganistán.

Muchos actualmente están varados en Albania, Pakistán y Qatar, donde esperaban ser trasladados a Estados Unidos. Otros están en Afganistán escondidos de los talibanes.

Los afganos que logran llegar a Estados Unidos deben someterse a un extenso proceso que generalmente involucra una referencia de alguien con quien trabajaron, revisión de antecedentes, un examen médico y una entrevista con funcionarios.

Rashengar tuvo su entrevista en agosto y estaba listo para terminar este mes la parte final del proceso, un examen médico, cuando Trump anunció que suspendía toda reubicación de refugiados.

Uno de los estadounidenses con quien trabajó, el teniente coronel Steve Loertscher, lo refirió al programa de refugiados en octubre de 2021.

Loertscher describe a Rashengar como una víctima de que el gobierno de Joe Biden no priorizó a solicitantes como él que estaban en mayor riesgo de represalias por parte de los talibanes.

Pero él cree que Rashengar podría quedar exento de la orden ejecutiva, que establece que el Departamento de Estado podría considerar a los solicitantes individuales “caso por caso”.

“Tengo la esperanza de que pueda convertirse en un refugiado y venir a Estados Unidos”, dijo Loertscher.

Muchos veteranos del conflicto han intentado durante años ayudar a los afganos con quienes trabajaron a encontrar refugio en Estados Unidos. Muchos estaban preparados para enfrentar contratiempos, pero tenían la esperanza de una consideración especial para los afganos.

Hashmatullah Alam tenía un vuelo programado para llevarlo a él, su esposa y seis hijos a Estados Unidos cuando la orden de Trump entró en vigor, justo un día después de que el presidente republicano asumió el cargo. El hombre de 40 años y su familia habían llegado a Albania en diciembre para ser procesados y recibir visas de inmigrante especial antes de partir hacia Estados Unidos. Él está entre los al menos 15.000 afganos que ya estaban autorizados para viajar antes de que se suspendiera el programa, según AfghanEvac.

Alam, quien no pierde la esperanza de que se retome el proceso, le dijo a la AP que arriesgó la vida de su familia para ayudar a la misión de Estados Unidos en Afganistán durante la guerra, lo que lo puso en la lista de vigilancia de los talibanes. Esperaba que después de tres años se le recompensara por ese sacrificio con un nuevo comienzo en Estados Unidos, donde sus hijos puedan crecer y recibir una educación. “También ayudamos a nuestras familias en casa”, dijo Alam. “Viven en Afganistán nuestras madres, nuestros padres y hermanos”.

En Pakistán, Khalid, quien trabajó junto a la Fuerza Aérea de Estados Unidos, estaba esperando junto al teléfono la confirmación de su vuelo a Estados Unidos cuando sus estudiantes afganos le avisaron sobre la orden de Trump. “Mis estudiantes lloraron después de escuchar que Trump suspendió el programa de refugiados para nosotros”, comentó.

Después de llegar a Islamabad en marzo de 2023, Khalid, quien también pidió ser identificado solo por su primer nombre, completó la autorización de seguridad, las pruebas médicas y las entrevistas en el año que siguió. Sin embargo, mientras esperaba que le autorizaran viajar, se quedó sin dinero para mantener a su esposa e hijos y comenzó a enseñar a niños de otras familias afganas que habían llegado a Pakistán como parte del programa de visas. Se mostró reacio a comentar cómo ayudó al esfuerzo de Estados Unidos en Afganistán, pero dijo que su contribución fue “tan importante que, si regreso, los talibanes me matarán”.

“Hacemos un llamado al presidente Donald Trump para que revierta su decisión porque hemos perdido todo lo que teníamos en Afganistán, y él debería saber que esperamos un futuro brillante en Estados Unidos”, dijo. “Él debería sacarnos de aquí y llevarnos a Estados Unidos. Nos prometieron que nos llevarían a Estados Unidos, y por favor, honren esa promesa”.

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Amiri reportó desde Washington y Munir desde Islamabad, Pakistán.

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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.

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