Recuperan los restos de las 67 víctimas de choque en pleno vuelo cerca de Washington
Los restos de las 67 víctimas del choque en pleno vuelo de la semana pasada entre un avión de American Airlines y un helicóptero del Ejército cerca de la capital de la nación ya fueron recuperados, informaron las autoridades el martes. Sólo uno de los cuerpos no ha sido identificado.
En tanto, la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte de Estados Unidos (NTSB por sus iniciales en inglés) informó que analiza nuevos datos podrían colocar al helicóptero por encima de su altitud máxima de vuelo de 200 pies (61 metros). La pantalla de control de tráfico aéreo del aeropuerto, que depende de sensores de radar y otros datos, lo ubicaba a 300 pies (91 metros), indicó la agencia. Sin embargo, la cifra habría sido redondeada a los 100 pies más cercanos, según las autoridades.
Los investigadores dijeron que necesitan obtener más información del Black Hawk, el cual continúa sumergido, para corroborar los datos.
La registradora de vuelo del avión indicaba una altitud de 325 pies (99 metros), con un margen de error de 25 pies (7,6 metros).
Horas antes, los equipos de recuperación que trabajaban en aguas agitadas sacaron del río Potomac algunos fragmentos de gran tamaño del avión, incluida el ala derecha, el fuselaje central y partes de la cabina delantera, la cabina de mando, el cono de cola y el timón.
“Nuestros corazones están con las familias de las víctimas mientras hacen frente a esta trágica pérdida”, dijeron los funcionarios en un comunicado conjunto de la ciudad y las agencias federales involucradas en la búsqueda y recuperación, incluido el Cuerpo de Ingenieros del Ejército de Estados Unidos, equipos de buceo de la Marina y los equipos de policía y bomberos de Washington.
El servicio médico forense ya trabaja para identificar el último conjunto de restos, indicaron los funcionarios.
La colisión ocurrió la noche del pasado miércoles cuando el avión estaba a punto de aterrizar en el Aeropuerto Nacional Ronald Reagan, cobrando la vida de todas las personas a bordo en ambas aeronaves.
Las autoridades dijeron desde el principio que tenían previsto recuperar los restos de todas las víctimas, y ahora se concentran en los restos del avión y, más adelante esta semana, en los del helicóptero.
El lunes, los equipos de recuperación lograron sacar del río uno de los dos motores del avión, junto con enormes pedazos del exterior, dijo el coronel del Cuerpo de Ingenieros del Ejército, Francis B. Pera.
Sesenta pasajeros y cuatro tripulantes viajaban a bordo del vuelo de American Airlines que salió de Wichita, Kansas, entre los que había patinadores artísticos que regresaban de los Campeonatos Nacionales de Patinaje Artístico.
El Black Hawk se encontraba en una misión de entrenamiento. A bordo viajaban el sargento del Ejército Ryan Austin O’Hara, de 28 años, originario de Lilburn, Georgia; el oficial jefe de garantía Andrew Loyd Eaves, de 39 años y residente de Great Mills, Maryland; y la capitana Rebecca M. Lobach, residente de Durham, Carolina del Norte.
Los investigadores federales trabajan para reconstruir los eventos que llevaron a la colisión. Por lo general, una investigación completa tarda al menos un año, pero tienen previsto presentar un informe preliminar en 30 días.
El choque del miércoles fue el más mortal en Estados Unidos desde el 12 de noviembre de 2001, cuando un avión comercial se estrelló en un vecindario de la ciudad de Nueva York poco después del despegue, matando a las 260 personas a bordo y a cinco en tierra.
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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.