Sus padres resultaron heridos en un accidente de Tesla y ella tuvo que pagarle a la compañía
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Zhang Yazhou estaba sentada en el asiento del pasajero de su Tesla Model 3 cuando dijo que escuchó que su padre entraba en pánico: ¡Los frenos no funcionan! Al acercarse a un semáforo en rojo, su padre logró esquivar a otros dos autos antes de embestir a una camioneta y un sedán y chocar contra un muro de concreto.
Aturdida, Zhang miró fijamente la bolsa de aire que se desinflaba frente a ella. Pero no podría haber imaginado lo que estaba por venir: Tesla interpuso una demanda contra ella por difamación luego de que se quejó públicamente sobre el estado de los frenos de su vehículo... y ganó. Un tribunal chino le ordenó a Zhang pagar más de 23.000 dólares en daños y perjuicios y que ofreciera una disculpa pública a la compañía.
Zhang no es la única que se ha encontrado en la mira de la compañía de Elon Musk, uno de los hombres más ricos del mundo y un autodenominado “absolutista de la libertad de expresión”. Durante los últimos cuatro años, Tesla ha presentado demandas contra por lo menos a seis personas en China cuyos vehículos sufrieron fallas repentinas, se quejaron públicamente sobre la calidad del auto o sufrieron accidentes que, según ellos, fueron causados por fallas mecánicas.
La empresa también ha interpuesto denuncias contra al menos a seis blogueros y dos medios de comunicación chinos que escribieron críticas sobre la empresa, según una revisión de The Associated Press sobre documentos judiciales públicos e informes de medios chinos. Tesla ganó los 11 casos para los cuales la AP pudo determinar los veredictos. Dos sentencias, incluida la de Zhang, están en proceso de apelación. Un caso se resolvió fuera de los tribunales.
No es una práctica común que los fabricantes de automóviles —en China o en cualquier otro lugar— demanden a sus clientes. Pero Tesla ha sido pionera en una agresiva estrategia legal y ha sacado provecho del apoyo de los influyentes líderes del gobernante Partido Comunista para silenciar a sus detractores, obtener recompensas financieras y limitar su responsabilidad.
La revisión de la AP sobre el historial de Tesla en China se produce en un momento en que Musk ejerce una importante influencia en el nuevo gobierno del presidente Donald Trump y encabeza un esfuerzo para reducir rápidamente el tamaño del gobierno federal y expulsar a los empleados considerados desleales al mandatario. Sus acciones han suscitado preocupaciones de que Musk está debilitando los mecanismos de contrapesos, en parte, para beneficiar a Tesla y a sus otras empresas.
En Estados Unidos, Musk ha encontrado en Trump a un poderoso aliado. Juntos, han lanzado una ofensiva contra el gobierno federal al congelar el gasto, suspender programas y despedir a fiscales, personas encargadas del control interno del gobierno y a otros que tradicionalmente han actuado como salvaguardas.
Directivos de Tesla en China y Estados Unidos no respondieron a solicitudes de comentarios.
El historial de Tesla en China muestra la manera en que Musk ha prosperado en un sistema en el que los reguladores, los medios de comunicación y los tribunales —que en última instancia deben responder al Partido Comunista gobernante—, están, por diseño, entrelazados de cierta forma.
Tesla ha sacado provecho de la generosidad del Estado chino y obtenido beneficios regulatorios sin precedentes, préstamos con tasas inferiores a las del mercado y grandes exenciones fiscales. Con unas cuantas excepciones, Tesla ha disfrutado de una cobertura halagadora en la prensa china, y los periodistas dijeron a la AP que han recibido instrucciones de evitar la cobertura negativa hacia la compañía automotriz.
Las inesperadas ganancias de Tesla se han extendido a los tribunales —y no sólo en las acciones legales que ha iniciado contra sus clientes. En una revisión de documentos judiciales públicos, la AP encontró que Tesla ganó casi el 90% de los casos civiles sobre disputas de seguridad, calidad o contractuales que presentaron los clientes.
“El gobierno le dio a Tesla un estatus superior que dejó a los consumidores en una posición muy vulnerable”, dijo Qiao Yudong, exabogado en China para Saleen Automotive, una empresa estadounidense de autos deportivos. “Es por eso que algunos consumidores tuvieron que recurrir a acciones extremas”.
Uno de esos clientes desesperados fue Zhang.
“Ardía de ira”
El accidente en febrero de 2021 en la provincia de Henan, en el centro de China, dejó hospitalizados durante cuatro días a los padres de Zhang, quienes sufrieron una conmoción cerebral, según los registros médicos. Zhang —quien resultó ilesa, al igual que su sobrina bebé— quería entender qué había sucedido: ¿Cómo pudo el auto de sus sueños convertirse en semejante pesadilla?
La policía de tránsito determinó que el choque fue culpa de su padre porque no había mantenido una distancia segura. No obstante, Zhang insistió en que los frenos habían fallado, lo cual hizo que el auto se saliera de control. Presentó una queja ante un regulador del mercado local, y solicitó un reembolso y una compensación. Los Tesla se encuentran entre los autos más computarizados del mercado, por lo que Zhang le pidió al fabricante de automóviles que le entregara todos los datos de su auto previos al accidente, con la esperanza de que pudieran ayudar a explicar qué salió mal. Tesla se negó.
“Los empleados de Tesla fueron muy arrogantes y duros al tratar con mis quejas”, dijo Zhang en una entrevista. “Yo ardía de ira”.
Después de varias semanas de enfado, envolvió su auto dañado con una pancarta que proclamaba “Fallo de frenos de Tesla” frente al concesionario de Tesla en Zhengzhou, la capital de la provincia de Henan, a unos 200 kilómetros (124 millas) de su casa. Se sentó en el techo del vehículo y gritó consignas a través de un megáfono: “Los frenos del Tesla Model 3 fallaron”, anunció. “Una familia de cuatro casi muere”. Al mes siguiente, estacionó su vehículo dañado afuera de una exhibición automotriz en Zhengzhou. Todo fue en vano: Tesla se negó a entregar los datos completos y la mediación no llegó a ninguna parte.
Con la idea de que los principales funcionarios de Tesla asistirían a una exhibición de automóviles en abril en Shanghái, ella y una amiga —quien también había tenido un problema con su Tesla—, se pusieron camisetas con la frase “Falla de frenos” y se dirigieron al stand de Tesla, decididas a enfrentar a los ejecutivos. Los directivos de la automotriz las evitaron, reportó Zhang, y no pudieron lograr que alguien las escuchara.
Su amiga, quien tenía seis meses de embarazo, comenzó a gritar: “¡Los frenos de Tesla fallan!”.
Zhang se subió al toldo de un modelo de exhibición rojo brillante y también comenzó a gritar.
“Las cosas se intensificaron”, dijo Zhang.
El momento —capturado en videos de celulares tomados por espectadores—, se volvió viral en las redes sociales chinas. Los fornidos guardias de seguridad sacaron a Zhang y fue detenida durante cinco días.
Algunos especularon que la protesta de Zhang había sido orquestada —tal vez por un competidor o por el propio gobierno chino para presionar a Tesla para que se ajustara a las regulaciones chinas. Tesla alegó que Zhang no había actuado por su cuenta. Un alto ejecutivo insinuó ante los medios chinos que “había alguien detrás” y agregó que Zhang armaba un escándalo sólo porque quería una mayor compensación.
Zhang insistió en que actuó por su cuenta —y desesperación. Indignada, interpuso una demanda contra Tesla por difamación, argumentando que los comentarios del ejecutivo la presentaron injustamente como alborotadora para desviar la atención de las propias deficiencias de la empresa.
Y luego se encontró en el lado receptor de una demanda presentada por Tesla.
“Las probabilidades están en tu contra”
Tesla argumentó que Zhang había difundido deliberadamente información falsa que dañaba a la marca y solicitó 5 millones de yuanes (684.000 dólares) en daños y perjuicios.
El caso, que pasó al tribunal en octubre de 2021, se produjo mientras Tesla enfrentaba un aluvión de críticas en China.
Decenas de propietarios de Tesla se habían quejado públicamente sobre presuntas fallas en los frenos, incendios de baterías, aceleración involuntaria y otros defectos, así como de lo que afirmaban eran prácticas de venta engañosas. El mismo mes en que ocurrió el accidente de Zhang, los reguladores chinos convocaron a Tesla para responder a las preocupaciones de calidad que se planteaban en dichos informes.
La emotiva protesta de Zhang provocó una rara explosión de críticas contra Tesla en los medios de comunicación chinos. Ante la presión de los reguladores, Tesla finalmente publicó los datos de su automóvil, que según la compañía mostraban que su padre conducía a casi 120 km por hora (75 mph) y que los frenos habían funcionado para reducir la magnitud del impacto.
Tesla finalmente le había dado a Zhang lo que había pedido, pero publicó los datos de manera pública e incluyó el número de identificación de su vehículo. Zhang reveló que ella y su familia comenzaron a recibir amenazas y su información personal fue publicada en internet. Además, se preguntó, ¿cómo podía estar segura de que Tesla no había modificado o censurado los datos de su automóvil? No fue la victoria que esperaba. Al sentirse asediada, interpuso una segunda demanda contra Tesla en marzo de 2022, esta vez por invasión a su privacidad.
Zhang perdió los dos casos.
Mientras tanto, el caso de difamación en su contra avanzaba. De regreso en la corte, ahora como acusada, Zhang no pudo probar que los frenos de su Tesla realmente habían fallado. En un juicio a puerta cerrada, un tribunal de Shanghái dictaminó en mayo de 2024 que las quejas públicas de Zhang iban más allá de lo que los magistrados consideraban como una crítica razonable y objetiva, y le ordenó que se disculpara públicamente y pagara 170.000 RMB (23.000 dólares) para cubrir los daños y los costes legales de la empresa de automóviles más valiosa del mundo.
Zhang apeló el fallo. Sostiene que su demanda es una llamada en busca de transparencia y rendición de cuentas, y que una empresa tan rica y poderosa como Tesla debería poder tolerar las críticas legítimas de sus clientes.
“Me rehúso a aceptarlo”, manifestó Zhang a The Associated Press. “Como consumidora, incluso si dijera algo incorrecto, tengo derecho a comentar y criticar. Hablé de mis sentimientos como usuaria del auto. No tiene nada que ver con dañar su reputación”.
Sus posibilidades de ganar la apelación contra Tesla no lucen favorables. Tesla no sólo ha ganado los casos de difamación que presentó contra propietarios descontentos y periodistas críticos, sino que también ha prevalecido en las demandas que los clientes han presentado en su contra.
Una revisión de la AP de una base de datos del gobierno chino de expedientes judiciales encontró 81 sentencias civiles en las que los propietarios de automóviles demandaron a Tesla por cuestiones de seguridad, calidad o disputas contractuales. Los propietarios de los automóviles ganaron sólo nueve casos.
En una declaración a la AP, el Tribunal Superior Popular de Shanghái manifestó que las sentencias son el resultado de un “juicio justo” con base en “los hechos objetivos del caso”.
“No se puede asumir que la parte haya recibido ‘protección especial’ o ‘trato especial’ debido a su victoria”, escribió el tribunal.
Mientras que algunos expertos de la industria automotriz en China dicen que generalmente es difícil para los clientes ganar casos contra los fabricantes de automóviles, otros opinan que es sobresaliente que una empresa extranjera disfrute de tanto éxito en los tribunales chinos.
“Que Tesla tenga tal porcentaje de victorias es una anomalía”, expresó Bill Russo, fundador de Automobility Ltd., una firma de asesoría con sede en Shanghái y exdirector regional de Chrysler en el noreste de Asia. “Las probabilidades están en tu contra. Es como ir al casino y ganar todas las manos”.
El poder del respaldo
El éxito comercial y político de Tesla en China ha tenido el respaldo de un aliado influyente: Li Qiang, exjefe del partido en Shanghái y actual primer ministro de China —segundo en rango después del presidente Xi Jinping. Fue bajo su supervisión en 2019 que Tesla construyó su primera fábrica en el extranjero, ubicada a las afueras de la capital financiera de China.
Con el apoyo de Li, Tesla se convirtió en el primer fabricante de automóviles extranjero al que se le permitió conservar control total sobre su empresa en China, y obtuvo préstamos a bajo interés y generosas exenciones fiscales. China también adoptó un plan de créditos de emisiones inspirado en un programa estadounidense que ha generado miles de millones de dólares en ingresos para Tesla.
En enero de 2020, un año después de comenzar a trabajar, Elon Musk presentó los primeros Tesla fabricados en China en un escenario en Shanghái. Tesla obtuvo ganancias anuales por primera vez en su historia ese año, y Musk obtuvo el título de la persona más rica del mundo en enero de 2021.
China también obtuvo lo que quería: Tesla fue un potente catalizador para la producción y el consumo interno. Antes de la llegada de Tesla, los vehículos eléctricos nuevos representaban alrededor del 5% del mercado automovilístico de China. Hoy, según los analistas, más de la mitad de los vehículos de pasajeros que se venden al por menor en China funcionan con un motor eléctrico. El fabricante chino de baterías CATL, un proveedor clave de Tesla, se ha integrado a las cadenas de suministro globales para convertirse en el mayor fabricante de baterías para vehículos eléctricos del mundo. La automotriz China BYD es ahora el mayor fabricante de vehículos eléctricos del planeta y una creciente amenaza competitiva para los fabricantes de automóviles tradicionales en Occidente.
“Tesla desempeñó un papel importante en eso”, dijo Tu Le, director gerente de Sino Auto Insights, una firma de consultoría. Tu señaló que la forma en que el gobierno allanó el camino para la fábrica de Musk fue fundamental. “Era un campo pantanoso a las afueras de Shanghái. Un año después, salían autos de la línea de producción”, agregó. “No sé si eso ocurre en algún otro lugar del mundo”.
El Consejo de Estado, que es dirigido por Li Qiang y supervisa los ministerios del gobierno de China, no respondió a solicitudes de comentarios.
Musk aún visita a Li cuando viaja a China. Sus encuentros subrayan la complejidad de los intereses superpuestos de Musk como hombre de negocios y el miembro del círculo íntimo de Trump más cercano a China.
El “principal objetivo de Musk era ganar influencia sobre las personas que más le importan, que le permitieran hacer las cosas”, sostuvo Russo, el estratega automotriz en Shanghái. “Ha hecho un buen trabajo en lo referente a China, y lo ha hecho ahora con la influencia que compró con su relación con Trump”.
“Un efecto escalofriante”
A los activistas en materia de seguridad automotriz les preocupan las implicaciones de la proximidad de Musk al poder en Estados Unidos. El gobierno podría suprimir fácilmente las investigaciones federales y las iniciativas de seguridad contra las que Musk ha arremetido durante mucho tiempo.
En Estados Unidos, Tesla también ha sido objeto de una serie de quejas de seguridad y demandas de los clientes por la función de piloto automático, la carga de la batería, supuestos defectos en la suspensión, frenado o aceleración repentinos, bolsas de aire defectuosas y presuntas prácticas monopólicas en las reparaciones y autopartes. Los jueces han desestimado algunos casos. En otros, Tesla llegó a acuerdos extrajudiciales o pagó cuantiosas indemnizaciones.
Tesla no ha presentado demandas públicas contra ninguno de sus clientes en Estados Unidos por hablar abiertamente, aunque en enero Musk dijo en la red social X, también de su propiedad, que “tal vez sea el momento” de demandar a los medios de comunicación por una cobertura que podría manchar la marca Tesla.
Tesla ya lo ha hecho con éxito en China.
Dos periodistas chinos con sede en Shanghái dijeron a la AP que existe una regla no escrita para evitar la cobertura crítica de Tesla. Ambos hablaron bajo condición de anonimato por temor a represalias.
“Nuestro editor nos dijo que no deberíamos escribir negativamente sobre Tesla porque es una empresa clave que fue presentada y protegida por el gobierno de Shanghái”, dijo un periodista de tecnología a la AP.
Quienes no han cumplido han acabado en los tribunales. La empresa de Musk demandó a los medios de comunicación PingWest e ifeng.com por su cobertura negativa. No estaba contenta con el informe de PingWest que afirmaba que la fábrica de Tesla en Shanghái era un “lugar de explotación laboral”. El sitio de noticias ifeng.com provocó la ira de Tesla por un reportaje que exploraba las tribulaciones de los propietarios de automóviles que enfrentaron a Tesla. PingWest tuvo que disculparse y pagarle a Tesla 100.000 yuanes (13.700 dólares). La AP no pudo determinar el resultado del caso contra ifeng.com.
Tesla no es la única empresa de su industria que ha demandado a sus críticos. BYD también ha perseguido agresivamente a los medios en los tribunales, incluida una infructuosa demanda contra Vice Media en Estados Unidos. Más recientemente, los fabricantes de vehículos eléctricos Nio y Li Auto han intensificado los casos de difamación contra blogueros en China, quienes supuestamente difundieron información falsa sobre sus empresas.
Tesla, sin embargo, destaca incluso entre sus despiadados competidores chinos al ir contra los propietarios de automóviles que sufrieron accidentes.
“Tesla utilizó sus ventajas legales para intimidar a los propietarios chinos de automóviles y a las personas que los defienden”, dijo Feng Shiming, un bloguero automotriz y propietario de un Tesla a quien un tribunal de Shanghái le ordenó pagarle a la compañía 250.000 yuanes (34.200 dólares) el año pasado, después de que escribió sobre supuestos defectos en los frenos de los Tesla. Ha apelado el veredicto. “Tesla quiere tener un efecto amedrentador en la sociedad y aterrorizar a la gente para que tenga miedo de decir algo negativo sobre Tesla”.
Chen Junyi recibió el mensaje. Perdió el control de su Model 3 y se estrelló a gran velocidad contra una docena de autos en un estacionamiento en agosto de 2020. Afirmó que los frenos habían fallado. Le dijo a la prensa china en ese momento que se había roto la espalda y cuatro costillas y que se le tuvieron que extirpar 30 centímetros (12 pulgadas) de intestino delgado. Chen recurrió a las redes sociales y advirtió a la gente que no comprara Teslas, levantándose la camiseta para revelar una larga y retorcida cicatriz que atraviesa su abdomen.
Tesla sostuvo que el accidente fue culpa de Chen, señalando la existencia de una revisión técnica que determinó que la velocidad del auto iba en aumento, y no en disminución, segundos antes del choque, por lo que lo demandó por hacer afirmaciones falsas.
“Tesla debería responder de manera proactiva a los consumidores en lugar de utilizar sus recursos superiores y presentar demandas contra consumidores que están en desventaja”, dijo Chen en una declaración judicial a la que la AP tuvo acceso. “Casi pierdo la vida debido al accidente automovilístico. Perdí mi empleo y mis ingresos. Estoy bajo una tremenda presión económica”.
Chen se negó a hablar con la AP por temor a represalias. Un tribunal chino le ordenó a Chen indemnizar a la automotriz con 50.000 yuanes (6.800 dólares) y se disculpara.
“Lamento profundamente los graves impactos negativos que he tenido sobre Tesla y sus autos”, escribió. “Por medio de la presente, me disculpo sinceramente con Tesla y con las personas que fueron engañadas por mis comentarios”.
Un mes después, recurrió a las redes sociales y se disculpó por su disculpa, y reveló que las palabras no eran suyas.
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Chen y Kinetz informaron desde Washington.