Trump juega a ser el campeón anticensura contra los gigantes de las redes sociales
El expresidente, que suele pedir que se silencie a sus enemigos, arremete contra sus prohibiciones en las redes sociales
El expresidente Donald Trump, que ha pedido en numerosas ocasiones que se multe, se despida o incluso se encarcele a los opositores políticos, se pinta ahora como un campeón de la anticensura con sus nuevas demandas contra dos titanes de las redes sociales.
El jueves, el ex presidente anunció acciones contra los directores generales de Facebook y Twitter, Mark Zuckerberg y Jack Dorsey, en forma de demandas colectivas que exigen la restitución de las cuentas y el fin de las advertencias de contenido colocadas en vídeos e imágenes por los moderadores de Facebook.
Las demandas también instan al tribunal a declarar inconstitucional la Sección 230 de la Ley de Decencia en las Comunicaciones, poniendo fin a las protecciones de que gozan los proveedores de servicios de Internet y los gigantes de las redes sociales al no ser clasificados como editores de los contenidos en sus plataformas.
En una conferencia de prensa el miércoles, que a ratos se convertía en incoherente, sobre su manejo de la pandemia de covid y otros temas, Trump acusó a los gigantes de los medios sociales de participar en la “censura” y se hizo eco de las afirmaciones infundadas de que los demócratas en el Congreso estaban obligando a las empresas tecnológicas a discriminar a los conservadores y su contenido.
“Estas empresas han sido cooptadas, coaccionadas y convertidas en armas por el gobierno y por actores gubernamentales para que se conviertan en los ejecutores de una censura ilegal e inconstitucional”, dijo Trump en su conferencia de prensa.
“Eso es lo que es, censura”, continuó.
Los conservadores llevan mucho tiempo argumentando que Facebook y Twitter “prohíben en la sombra” sus contenidos o dificultan su visualización por parte de otros usuarios, una acusación que ambas empresas niegan rotundamente. El propio Trump fue expulsado de las plataformas en enero tras el asalto mortal de sus partidarios en el Capitolio de EE.UU.; él ha argumentado que las afirmaciones de las plataformas de que incitó a la violencia son esfuerzos para silenciarlo por sus opiniones políticas, concretamente su negativa a aceptar los resultados de las elecciones de 2020.
Con su anuncio del miércoles y su conferencia de prensa acusadora, Trump se presentó a sí mismo y a los conservadores como el oponente de los hombres del saco liberales en el Congreso que supuestamente tienen el control del sector tecnológico estadounidense.
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Pero el propio ex presidente no es ajeno a los esfuerzos por silenciar a los enemigos políticos por sus opiniones; en numerosas ocasiones, tanto antes como durante su presidencia, Trump mostró el mismo instinto frente a una amplia gama de oponentes.
La cadena de noticias conservadora Fox News, que suele adoptar una postura favorable a Trump en sus comentarios y opciones informativas, ha sido sin embargo un objetivo frecuente de los ataques de Trump que se remontan a su campaña electoral de 2016. En aquel momento, pidió el despido de la presentadora Megyn Kelly, que se enfrentó a él en numerosas ocasiones, así como del comentarista Karl Rove, de quien dijo que no debería estar en la antena de Fox News.
Los liberales también han sido a menudo el blanco de las iras del presidente. Su hijo Donald Jr, miembro activo de sus campañas, lideró una en Twitter pidiendo el despido de Kathy Griffin de la CNN después de que ésta publicara una foto con la cabeza cortada de Trump, y él mismo pidió el despido del presentador de HBO Bill Maher en 2013.
Los medios de comunicación, que cubrieron ampliamente a Trump durante sus campañas y su mandato en la Casa Blanca, también han sido una de las principales víctimas de sus inclinaciones censuradoras. En 2015, pidió el despido de dos periodistas por su información sobre los manifestantes en uno de sus mítines; Trump también ha pedido el boicot a la CNN, el despido de los miembros del consejo editorial de The Wall Street Journal y que sus seguidores cancelen las suscripciones a varios periódicos locales.
No está claro si los esfuerzos legales del ex presidente obtendrán algún tipo de tracción, ya que Facebook y Twitter son empresas privadas y las demandas del presidente parecen depender de que un tribunal decida que los gigantes de las redes sociales no tienen las mismas libertades que otras empresas para moderar el discurso en aplicaciones y sitios web de propiedad privada.
En 2018, un tribunal de California falló en contra de un activista de extrema derecha, Charles C Johnson, que pretendía que se revocaran sus propias prohibiciones en las redes sociales, al considerar que las empresas tenían derecho a moderar el discurso en sus plataformas.
“La decisión del demandado de cerrar la cuenta del demandante por considerar que el tuit del demandante era amenazante y acosador es una decisión editorial sobre la forma de presentar el contenido, es decir, un acto que promueve el derecho a la libertad de expresión del demandado”, declaró el tribunal, añadiendo: “La decisión del demandado de no permitir ciertas expresiones es un derecho protegido por la Primera Enmienda”.