El Tropicana de Las Vegas cierra tras 67 años
En la película de 1971 “Diamonds are Forever” ( “Los diamantes son eternos”), James Bond se aloja en una elegante suite en el hotel y casino Tropicana de Las Vegas.
“Escuché que el Hotel Tropicana es bastante cómodo”, dice el agente 007.
Era el apogeo del Tropicana. El lujoso casino era un lugar frecuentado por el legendario grupo de actores y músicos conocido como Rat Pack, mientras que su pasado relacionado con la mafia consolidó su sitio en la tradición de Las Vegas.
Tras recibir huéspedes por 67 años, las puertas del tercer casino más antiguo de La Franja de Las Vegas, conocida también como Strip, se cerrarán con cadenas el mediodía del martes. La demolición está programada para octubre y dará espacio para un nuevo estadio de Béisbol de las Grandes Ligas de 1.500 millones de dólares, parte del cambio de la ciudad para convertirse en un centro de entretenimiento deportivo.
Robert “Videobob” Moseley fue uno de los últimos huéspedes en salir del Tropicana antes de su cierre definitivo. Triste por la desaparición del monumento, Moseley pagó 600 dólares por una habitación estándar y pasó la noche en el casino con amigos.
“Estamos perdiendo una parte icónica de Las Vegas”, dijo Moseley. “Van a matar a Las Vegas”.
Charlie Granado, un camarero del Tropicana, dijo que es un final agridulce para el lugar al que ha llamado su segundo hogar durante 38 años.
“Es el momento. Ya ha cerrado su ciclo”, dijo Granado. “Me entristece, pero por otro lado, es un final feliz”.
La población del condado de Clark, que incluye Las Vegas, acababa de superar los 100.000 habitantes cuando se inauguró el Tropicana en una Franja rodeada de un vasto desierto. Costó 15 millones de dólares con tres pisos y 300 habitaciones divididas en dos alas.
Sus cuidados jardines y su llamativa sala de exposición le valieron el apodo de “Tiffany de la Franja”. Había una imponente fuente en forma de tulipán cerca de la entrada, azulejos de mosaico y paredes con paneles de caoba por todas partes.
Fotografías en blanco y negro de esa época dan una idea de cómo era dentro de las paredes del Tropicana en su apogeo, cuando acogió a estrellas de primer nivel, desde Elizabeth Taylor y Debbie Reynolds hasta Frank Sinatra y Sammy Davis Jr.
Mel Tormé y Eddie Fisher actuaron en el Tropicana. Gladys Knight y Wayne Newton han realizado residencias allí.
En una ciudad conocida por su reinvención, el Tropicana experimentó grandes cambios a medida que Las Vegas evolucionaba. En años posteriores se añadieron dos torres de hotel. En 1979, el ahora amado techo de vitrales verdes y ámbar de 1 millón de dólares se instaló sobre el piso del casino.
Barbara Boggess tenía 26 años cuando comenzó a trabajar en el Tropicana en 1978 como asistente de cuarto de ropa.
“El Tropicana estaba prácticamente aquí solo”, dijo Boggess. “Había desierto por todos lados. Antes tardaba 10 minutos en llegar al trabajo. Ahora tardo una hora”.
A sus 72 años, Boggess ha visto el Tropicana a través de sus muchas versiones. Hubo un cambio de nombre de la década de 1980 a “La isla de Las Vegas”, con una mesa de blackjack en la piscina, y la renovación temática de South Beach completada en 2011.
Hoy en día, solo quedan las alas de las habitaciones de hotel de poca altura de la estructura original de Tropicana. Sin embargo, el casino todavía evoca la nostalgia retro de Las Vegas.
“Da una vibra de la vieja Las Vegas. Cuando entras por primera vez, ves las vidrieras y techos bajos”, dijo JT Seumala, un residente de Las Vegas que visitó el casino en marzo. “Se siente como si retrocedieras en el tiempo por un momento”.
Seumala y su esposo se alojaron en el Tropicana como una forma de rendir homenaje al monumento. Recorrieron el casino y el hotel, caminando por pasillos al azar y exploraron el centro de convenciones. Probaron suerte en el blackjack y la ruleta y platicaron con un camarero de cócteles que había trabajado allí durante 25 años. Al final de su estadía, se embolsaron algunas fichas rojas de póquer de $ 5 para recordar el casino de la era de la mafia.
Cuando se inauguró hace décadas, el Tropicana tenía vínculos con el crimen organizado, en gran parte a través del reputado mafioso Frank Costello.
Semanas después de la gran inauguración, Costello recibió un disparo en la cabeza en Nueva York. La policía encontró en el bolsillo de su abrigo un pedazo de papel con la cifra exacta de ganancias del Tropicana y la mención de “dinero para ser lavado” por los socios de Costello, de acuerdo con el Museo de la Mafia.
En la década de 1970, las autoridades federales que investigaban a mafiosos en Kansas City acusaron a más de una decena de agentes de la mafia por conspirar para robar casi 2 millones de dólares en ingresos por juegos de azar de los casinos de Las Vegas, incluido el Tropicana. Los cargos relacionados con el Tropicana resultaron en cinco condenas.
Pero el famoso hotel-casino también tuvo muchos años de éxito libre de mafias. Fue el hogar del espectáculo más antiguo de la ciudad, “Folies Bergere”. El espectáculo de revista, importado de París, presentaba a lo que ahora es uno de los íconos más reconocibles de Las Vegas: coristas con atuendos reveladores, algunas topless, y tocados emplumados.
Durante sus casi 50 años en cartelera, el “Folies Bergere” contó con elaborados trajes y escenografías, música original que en algún momento fue interpretada por una orquesta en vivo, bailarines, espectáculos de magia, acróbatas y comedia. El cabaret apareció en la película de Elvis Presley de 1964 “Viva Las Vegas”.
Hoy en día, el sitio en el extremo sur de la Franja de Las Vegas se cruza con una vía principal que lleva el nombre del Tropicana. Está rodeado de imponentes y enormes centros hoteleros y casinos por los que Las Vegas es ahora conocida.
Cerca están las casas de los Raiders de la NFL, que dejaron Oakland, California, en 2020 para mudarse a Las Vegas, y el primer equipo de Grandes Ligas de la ciudad, los Golden Knights de la Liga Nacional de Hockey.
Se espera que el estadio de béisbol planeado para el terreno del Tropicana abra sus puertas en 2028.
“Hay mucha controversia en cuanto a si debe quedarse o debe irse”, dijo Seumala. “Pero lo que me encanta de Las Vegas es que siempre se está reinventando”.