Musk es el nuevo dueño de Twitter, ¿qué sigue y qué podría estar en riesgo?
A pesar de la negativa inicial por parte de los accionistas, Elon Musk consiguió convencerlos de vender sus acciones en Twitter para convertirse en el nuevo dueño
Elon Musk llegó a un acuerdo para completar la compra de Twitter por cerca de 44 mil millones de dólares, luego de que el millonario hizo una oferta no solicitada y anunció que había conseguido el financiamiento necesario para cumplimentar la transacción.
Musk extiende así su incursión en la industria de la movilidad eléctrica y aeroespacial, a la de los medios de comunicación y plataformas digitales. Lo que se conoce hasta el momento es que los accionistas recibirán 34,20 dólares por acción, un 38 por ciento por arriba del costo que registró el primero de abril pasado.
Hace apenas unas horas, el dueño de Tesla publicó en su propio perfil de Twitter que esperaba que sus peores críticos continúen en la plataforma, pues es el verdadero significado de la libertad de expresión. Sin embargo, desde esta mañana que se conoció la posibilidad de que Twitter llegara a un acuerdo para su venta, muchos hablaron de los riesgos que esto representa, como un mayor espacio para los discursos de odio que, hasta hoy, son regulados en la plataforma.
“La libertad de expresión es la base de una democracia funcional, y Twitter es la plaza pública digital donde se debaten asuntos vitales para el futuro de la humanidad”, escribió el texano en un comunicado.
“También quiero que Twitter sea mejor que nunca mejorando el producto con nuevas funciones, haciendo que los algoritmos sean de código abierto para aumentar la confianza, derrotando a los bots y autenticando a todos los humanos. Twitter tiene un enorme potencial: estoy esperando trabajar con la empresa y la comunidad de usuarios para desbloquearlo”, continuó.
Según fuentes anónimas que hablaron con The Wall Street Journal los 11 miembros de la junta directiva de la compañía se sentaron para reconsiderar la propuesta de Musk, quien anunció disponer de un financiamiento de Morgan Stanley por 46.500 millones de dólares para la operación, aunque al menos la mitad es de su capital privado.
Se espera que Musk haga cambios radicales en el manejo de la compañía, que criticó en la carta de oferta de compra, por lo que es poco probable que Parag Agrawall se mantenga como CEO.
Por su parte, una de las acciones que se cree que tomará es el desbloqueo de las cuentas de Donald Trump, a quien se le retiró su cuenta a causa de la difusión de noticias falsas, y de incentivar discursos en contra de quienes buscan acotar la desigualdad, como Bernie Sanders o Bill Gates, dos personajes con los que el empresario mantiene un ataque constante en su perfil.
El CEO de SpaceX expresó su intención de comprar Twitter por primera vez el pasado 4 de abril, tras adquirir poco menos del 10 por ciento de la compañía, convirtiéndose en el accionista mayoritario. Poco después se negó a formar parte del consejo directivo, pues este puesto le restringía a poseer hasta el 14,9 por ciento de la empresa.
“Mi oferta es mi mejor y definitiva oferta. Si no es aceptada, tendría que reconsiderar mi posición como accionista”, escribió Musk el 14 de abril, afirmando que su estatus debería cambiar al de una empresa privada para garantizar la libertad de expresión.
La SEC afirmó poco antes que podría citar al empresario debido al uso que le da a sus tuits para mover los mercados financieros, por lo que Musk acusó a la Comisión de Bolsa y de Valores de querer censurarlo, tanto a través de la herramienta digital como en comparecencias, pues este organismo solicitó que sus tuits fueran revisados por los abogados de Tesla antes de ser publicadas.