Por qué ha caído la esperanza de vida en EE.UU. y a quiénes ha afectado más
Según las autoridades de salud, la esperanza de vida para los estadounidenses se sitúa ahora en 76,1 años, la cifra más baja desde 1996. Los latinos, que en el pasado fueron uno de los grupos más afectados por la pandemia, tuvieron una leve mejoría gracias al acceso a las vacunas contra el covid
Un nuevo reporte del Centro Nacional de Estadísticas de Salud revela que la esperanza de vida en Estados Unidos volvió a caer en 2021 y se sitúa ahora en 76,1 años, la cifra más baja que se ha registrado desde 1996.
El informe precisa que esta caída se produce por segundo año consecutivo. En 2019, la esperanza de vida para los estadounidenses era de 78 años y 10 meses; en 2020, descendió a 77 años y en 2021 bajó a 76,1. La principal causa del descenso es la pandemia, pero no la única.
De acuerdo con los CDC (Centros para el Control y Prevención de Enfermedades), el covid-19, que ha dejado más de un millón de muertos en Estados Unidos, fue el responsable de casi la mitad de los fallecimientos en el país. Pero también contribuyeron problemas de salud que han afectado a la población desde hace años, entre ellos las enfermedades cardiovasculares, la obesidad, las sobredosis de drogas, las enfermedades hepáticas y los suicidios.
Estos males, aunados a la falta de cobertura médica para amplios sectores y a las altas tasas de homicidios que se registran en Estados Unidos, colocan al país lejos de los niveles de otras naciones desarrolladas como Canadá, Japón y varios países de Europa, donde la esperanza de vida es, en promedio, superior a los 80 años.
Los expertos explican que la esperanza de vida es una estimación del promedio de años que se espera que viva un bebé al nacer, con base en las tasas de mortalidad que hay en ese momento.
Robert Anderson, quien estuvo a cargo del informe y es el jefe de estadísticas de mortalidad del Centro Nacional de Estadísticas de la Salud, dice que “incluso pequeñas disminuciones en la esperanza de vida de una décima o dos décimas de año significan que, a nivel de población, muchas personas mueren de manera prematura”.
Minorías, las más afectadas
Aunque la pérdida de esperanza de vida ha sido generalizada debido a la pandemia, el reporte subraya que algunas minorías se han visto afectadas de manera particular por la falta de seguro médico, la pobreza, la dieta deficiente, la contaminación ambiental, la violencia e incluso el racismo y la segregación.
Este es el caso de los nativos estadounidenses y de los nativos de Alaska, cuya esperanza de vida ha disminuido de manera constante en los últimos seis años y en la actualidad se sitúa en solo 65 años, lo que representa 11 años menos que el promedio nacional.
Según el reporte de los CDC, entre los grupos raciales y étnicos, los blancos no hispanos experimentaron en 2021 la segunda caída más grande en su esperanza de vida, que disminuyó en un año y se sitúa actualmente en 76 años y 5 meses. Este grupo ha sufrido, en especial, numerosas muertes por las altas tasas de suicidios y de sobredosis de drogas.
Entre los grupos étnicos y raciales, los negros fueron especialmente afectados por la pandemia y tuvieron la tercera caída más grande, con un descenso de más de ocho meses. Su esperanza de vida se sitúa en 70 años y 10 meses.
Mejoría entre los latinos
En contraste, los latinos, que tuvieron una caída significativa (de cuatro años) en su esperanza de vida en 2020, mejoraron en 2021. El año pasado esta se situó en 77 años y 7 meses, más alta que el promedio nacional debido, según los expertos, a que tuvieron mejor acceso a las vacunas contra el covid-19.
El informe confirma que las mujeres tienen mayor esperanza de vida que los hombres. Para el sexo masculino, ese indicador se redujo de 74 años a 73 años, en tanto que para las mujeres disminuyó 10 meses. Ellas pasaron de un promedio de poco menos de 80 años en 2020 a poco más de 79 años en 2021.
Las causas principales de estas diferencias entre hombres y mujeres se deben, de acuerdo con los CDC, a que los primeros tienen peores condiciones laborales y menos acceso a servicios de salud.
Los autores del reporte aclaran que los datos que dieron a conocer esta semana son provisionales, es decir, estimaciones tempranas basadas en los certificados de defunción recibidos y revisados, pero no procesados de manera definitiva. Sin embargo, las variaciones de los datos finales no suelen presentar grandes diferencias con los reportes provisionales.