¿Cómo conoció Ghislaine Maxwell a Jeffrey Epstein?
La socialite británica podría pasar décadas tras las rejas si es declarada culpable de delitos de tráfico sexual
Pasó décadas codeándose con la realeza británica y los presidentes de Estados Unidos.
Ahora, la socialite británica Ghislaine Maxwell está siendo juzgada en un tribunal de Nueva York por cargos de tráfico sexual, y podría pasar décadas tras las rejas si es declarada culpable. El juicio inició el lunes 29 de noviembre.
Maxwell, hija del difunto magnate de los medios Robert Maxwell, dijo en una declaración de 2016 que había conocido a Jeffrey Epstein, entonces un rico financiero, a través de un amigo en común, en 1991.
Durante la década de 1990, la pareja convivió con Donald Trump y Bill Clinton, así como con el príncipe Andrew. Maxwell volaba en los aviones privados de Epstein y dormía en sus casas, antes de establecerse en una casa de US$5 millones en Nueva York.
Los fiscales federales alegan que Maxwell ayudó por primera vez a Epstein en sus actividades de explotación sexual de chicas menores de edad en 1994, cuando Annie Farmer, quien tenía en aquel momento 16 años, señala que fue atraída con engaños al rancho de Epstein en Nuevo México.
Farmer afirmó en documentos judiciales que Maxwell insistió en darle un masaje, antes de que Epstein intentara inmovilizarla y agredirla sexualmente en una habitación de la propiedad.
Demandó a los herederos de Epstein y a Maxwell, y finalmente aceptó una oferta de compensación de parte del Fondo de Compensación para Víctimas de Epstein, retirando las acusaciones como parte del acuerdo.
Pero ella ha afirmado que Maxwell “era una parte muy importante del proceso de manipulación” y que la pareja “trabajaba en equipo”.
Las acusaciones contra Epstein siguieron aumentando, y en 2005, una niña de 14 años contactó a la policía y aseguró que había sido agredida sexualmente en la casa del millonario en Palm Beach, Florida.
Epstein fue arrestado en 2006 y acusado por un gran jurado de un cargo de solicitud de prostitución. Finalmente, aceptó un polémico acuerdo de culpabilidad en un tribunal estatal para evitar cargos federales.
Después de declararse culpable de un cargo de solicitud de prostitución y un cargo de solicitud de un menor, Epstein pasó 13 meses en la cárcel del condado de Palm Beach.
En su declaración de 2016, Maxwell aseguró que después de que Epstein fue encarcelado, ella continuó trabajando ocasionalmente en sus propiedades y mantuvo sus vínculos con él.
“Soy una persona muy leal y Jeffrey fue muy bueno conmigo cuando mi padre falleció”, comentó en la declaración.
“Sentí que era algo muy considerado y lindo de mi parte ayudar de una manera muy limitada”.
En 2009, Virginia Giuffre demandó a Epstein, asegurando que Maxwell la había reclutado cuando era una adolescente que trabajaba en el resort Mar-a-Lago de Donald Trump, en Florida.
Ella resolvió su demanda con Epstein después de afirmar que él y Maxwell la habían convertido en una “esclava sexual” durante años.
Sin embargo, sus acusaciones resurgieron en 2015, cuando más víctimas de Epstein presentaron casos en su contra. Entonces, aseguró que Maxwell le había ordenado en tres ocasiones que tuviera relaciones sexuales con el príncipe Andrew.
Giuffre ya presentó una demanda civil en contra del royal en un tribunal de Nueva York, aunque el príncipe ha negado rotundamente todas las acusaciones en su contra.
En julio de 2019, Epstein fue arrestado por la policía cuando llegaba en un avión privado de Francia a Nueva Jersey, y fue acusado de tráfico sexual y conspiración de tráfico sexual.
Unos meses después, en agosto, el financiero fue encontrado muerto en la celda de la prisión de Manhattan donde esperaba que comenzara su juicio. Un médico forense declaró que la causa de muerte del hombre de 66 años había sido suicidio.
La atención se centró entonces en Maxwell, quien tenía una fortuna personal de US$20 millones, así como pasaportes británicos, franceses y estadounidenses, y quien había desaparecido.
Casi exactamente un año después del arresto de Epstein, el FBI allanó una remota propiedad en Nueva Hampshire, donde se encontró viviendo a Maxwell.
Ella se había “escabullido a una hermosa propiedad en Nueva Hampshire, donde continuó viviendo una vida de privilegio, mientras sus víctimas siguieron viviendo con el trauma que se les infligió años antes”, argumentó Bill Sweeney, el subdirector de la Oficina de Campo de Nueva York del FBI cuando confirmó su arresto.
Los fiscales dicen que Maxwell se negó a abrir la puerta a los agentes, quienes se vieron obligados a entrar por la fuerza y detenerla.
Los fiscales federales la acusaron de conspirar e incitar a menores a viajar para involucrarse en actos sexuales ilegales, y de transportar a menores para involucrarse en actividades sexuales delictivas por presuntamente manipular y reclutar a chicas menores de edad desde 1994 hasta 1997.
También está siendo acusada de tráfico sexual de menores de 2001 a 2004, además de un cargo de conspiración de tráfico sexual.
Maxwell se ha declarado no culpable de todos los cargos y se le ha negado la libertad bajo fianza en varias ocasiones, pues la jueza Alison Nathan la considera en riesgo de fuga.
Su equipo de defensa ha argumentado que Maxwell está siendo juzgada como un reemplazo de Epstein, algo que los fiscales han negado.
En los documentos judiciales, los fiscales afirman que “las víctimas fueron abusadas sexualmente cuando eran menores de edad como resultado directo de las acciones de Ghislaine Maxwell, y han cargado con el trauma de estos eventos durante toda su vida adulta. Merecen verla ser llevada ante la justicia en un juicio”.
En marzo, los fiscales presentaron una acusación adicional en la que agregaron a una víctima menor de edad a los cargos, lo que hizo que el juicio se pospusiera hasta el 29 de noviembre.
Después de más de un año en prisión, Maxwell tiene la oportunidad de refutar las acusaciones en su contra en un tribunal de Lower Manhattan para tratar de evitar pasar el resto de su vida encerrada.