Cinco campos de fútbol americano por minuto: cómo una tormenta perfecta causó los incendios en Los Ángeles
El aumento de las temperaturas creó el escenario ideal para que se produzcan “incendios forestales de gran magnitud, devastadores y de rápida propagación”, según la Junta de Recursos del Aire de California (CARB)
Decenas de miles de residentes del sur de California han evacuado sus hogares mientras múltiples incendios forestales arrasan la región, dejando atrás vehículos, propiedades y pertenencias en su apuro por escapar de las llamas, que se propagan a una velocidad equivalente a cinco campos de fútbol americano por minuto.
En total, las llamas han consumido alrededor de 6.000 hectáreas.
“El humo es una mezcla tóxica”, advirtió el miércoles Brian Rice, presidente de la Asociación de Bomberos Profesionales de California, al instar a las personas a mantenerse alejadas de las zonas afectadas por los incendios. “No solo se está quemando la vegetación, también las casas, que contienen plásticos fabricados con compuestos petroquímicos. Si no es absolutamente necesario estar en esa área y respirar ese aire, evítenlo. Es peligroso”.
Los equipos de bomberos están trabajando al “límite de sus capacidades”, afirmó Christine Crowley, jefa del Departamento de Bomberos de Los Ángeles.
“No existe un cuerpo de bomberos en el mundo que pueda lidiar con una situación de esta magnitud”, declaró Glenn Corbett, profesor de ciencias del fuego en el John Jay College of Criminal Justice de Nueva York, en una entrevista con The Independent.
Normalmente, los incendios avanzan de forma vertical, explicó Glenn Corbett, exjefe adjunto del Departamento de Bomberos de Waldwick, Nueva Jersey. Sin embargo, en este caso, los fuertes vientos, intensificados por el cambio climático, empujan las llamas de manera horizontal, como si fueran impulsadas “por un ventilador gigante”, y arrasan todo a su paso.
Según Corbett, los fuertes vientos levantan escombros y brasas encendidas que se desplazan en la misma dirección, lo que crea una “fórmula perfecta” para el desastre actual. Además, señaló que los bomberos tienen pocas opciones para controlar el fuego directamente. “Su única alternativa es adelantarse y confiar en que haya suficientes barreras naturales, como ríos o zonas despejadas con poca vegetación, que puedan ayudar a frenarlo”, expresó. Por último, agregó que este tipo de incendios resulta “prácticamente incontrolable” y, en la mayoría de los casos, solo se extingue cuando el combustible se agota.
Las vías de acceso y salida de Pacific Palisades, una exclusiva área de Los Ángeles entre Santa Mónica y Malibú, están completamente colapsadas por el intenso tráfico. Ante esta situación, los equipos de bomberos tuvieron que maniobrar entre los vehículos abandonados por los residentes que evacuaron en medio del caos. Hasta el momento, las llamas arrasaron unas 1.200 hectáreas en los alrededores.
“Cuando miramos al otro lado, las llamas ya habían atravesado la carretera”, contó Kelsey Trainor, residente de Pacific Palisades, en una entrevista con Associated Press. “La gente salía de los autos con sus perros, bebés y pertenencias, llorando y gritando”, añadió.
El reconocido actor Steve Guttenberg, famoso por su papel en Loca academia de policía, reside en la zona y fue visto colaborando con los bomberos cerca de su hogar.
El incendio de Paradise se desató alrededor de las 10:20 de la mañana del martes, aunque su causa exacta aún está bajo investigación. Mientras tanto, varios incendios siguen fuera de control, según informó Cal Fire. Entre los más relevantes se encuentra el incendio de Eaton, que comenzó el martes y arrasó alrededor de 4.000 hectáreas. También está el incendio de Hurst, declarado el mismo día, que ha consumido cerca de 200 hectáreas, y el incendio de Woodley, iniciado el miércoles, que ya quemó aproximadamente 30 hectáreas. Según informó Cal Fire, por ahora, ninguno de los incendios está bajo control.
Según informaron las autoridades el miércoles, al menos dos personas perdieron la vida debido al incendio de Eaton, que también destruyó más de 100 edificios.
Un cuarto incendio, iniciado el miércoles en el condado de Riverside, consumió alrededor de 6 hectáreas y actualmente está controlado en un 50 %, según informó Cal Fire. Por otro lado, más de 150.000 hogares en el condado de Los Ángeles siguen sin suministro eléctrico.
Aunque la causa exacta de los incendios sigue bajo investigación, los vientos de Santa Ana, con una fuerza comparable a la de un tornado y ráfagas que superaron los 160 km/h en algunas zonas, han avivado las llamas y dificultado enormemente la labor de los bomberos. Daniel Swain, climatólogo de la UCLA, comparó el impacto con un “secador de aire atmosférico” y explicó que las fuertes ráfagas contribuyeron a “secar aún más el terreno”.
La región enfrentará una mayor vulnerabilidad a los incendios forestales a medida que el planeta continúe calentándose. Algunas aseguradoras, como State Farm y Allstate, dejaron de ofrecer pólizas a propietarios de viviendas en el estado debido al elevado riesgo de incendios.
“Hay un gran interés por construir en zonas donde no se debería”, afirmó Corbett en declaraciones a The Independent. “Si no pueden contratar un seguro, muchos lo pensarán dos veces antes de mudarse a esas zonas. Es la única manera en que podemos influir. La gente quiere vivir a su manera, pero a veces las leyes de la física no lo permiten”, expresó.
La Junta de Recursos del Aire de California, el organismo gubernamental responsable de mejorar la calidad del aire en el estado, señala que el cambio climático desempeña un papel clave en el aumento de la frecuencia y la intensidad de los incendios forestales. Según la Junta, la superficie afectada por incendios forestales en California ha aumentado de manera constante desde 1950, como resultado del incremento de las temperaturas y el adelanto del deshielo en primavera. Estas condiciones crearon el escenario ideal para que se produzcan “incendios forestales de gran magnitud, devastadores y de rápida propagación”, como se señala en su sitio web, donde también se destaca que ocho de los 20 incendios más grandes en la historia del estado se han producido desde 2017.
En California, un estado donde los incendios forestales son habituales, se ha registrado “uno de los mayores incrementos a nivel global en la duración e intensidad de las temporadas de incendios en las últimas décadas, impulsado principalmente por el cambio climático”, explicó Stefan Doerr, director del Centro de Investigación de Incendios Forestales de la Universidad de Swansea, en una entrevista para la BBC.
El incendio de Pacific Palisades comenzó el martes, avivado por fuertes vientos y niveles mínimos de humedad en medio de una sequía que ha afectado la región en los últimos meses. Las llamas avanzaron rápidamente y ya consumieron unas 1.200 hectáreas. Los bomberos enfrentaron enormes dificultades para controlar el fuego, que hasta la mañana del miércoles seguía fuera de control, según informó el Departamento Forestal y de Protección contra Incendios de California (Cal Fire).
Las autoridades confirmaron que no se registraron víctimas mortales en el enclave costero, aunque el incendio destruyó más de 1.000 estructuras y numerosos residentes que no lograron evacuar sufrieron heridas graves.
La concejal de Pacific Palisades, Traci Park, declaró a NBC que era “un milagro” que no hubiera víctimas fatales en su distrito, destacando que llevaban al menos ocho meses sin que lloviera en la zona.
En un asilo de ancianos en Los Ángeles, el personal evacuó a los residentes, incluido un hombre de 102 años, trasladándolos en sillas de ruedas y camas de hospital por la calle hasta un estacionamiento. Ambulancias y voluntarios esperaban en el lugar para llevarlos a un sitio seguro, según informó AP.
“Habría sido solo un incendio forestal en la costa, si no hubiera casas en la zona”, señaló Corbett.
El incendio de Pacific Palisades generó una columna de humo que se extiende por más de 160 kilómetros a lo largo de la costa. El presidente Joe Biden fue notificado de la situación y prometió ofrecer “toda la ayuda federal” requerida.
Traducción de Leticia Zampedri