matrimonio narcisista infidelidad aventura amorio confianza femenina

“Me casé con un narcisista, serle infiel me devolvió la confianza”

Una mujer le cuenta a Olivia Petter cómo engañar a su marido le dio un nuevo significado a su vida

Lunes, 04 de octubre de 2021 16:09 EDT
Christian Nodal defiende a su futura esposa Belinda ante sus detractores
Read in English

Me di cuenta de que mi relación tenía problemas poco después del nacimiento de mi hija. Cuando conocí a Joe*, era cariñoso, encantador y carismático; pensé que me había sacado la lotería. Solo llevábamos unos meses saliendo cuando me enteré de que estaba embarazada, esos nueve meses fueron maravillosos. Me preparó todas las comidas, me cuidó cuando tenía náuseas matutinas graves y me hizo sentir completamente a gusto durante todo el embarazo. Entonces todo cambió.

Joe empezó a beber mucho cuando nuestra hija tenía unas pocas semanas. Era un mal borracho: agresivo, grosero y, en general, bastante desagradable. También se volvió muy crítico conmigo y, a menudo, me menospreciaba, no se disculpaba cuando le decía cómo me hacía sentir. En cambio, se reía y me decía que estaba siendo hipersensible. Las cosas se pusieron particularmente mal durante el confinamiento, como sucedió con muchas parejas. Joe comenzaba a discutir conmigo de la nada y criticaba cada decisión que tomaba. Tenía que ir a paso cuidadoso siempre a su alrededor y comencé a suprimirme para evitarlo, lo que obviamente era muy difícil dado que estábamos atrapados en el mismo espacio. No habíamos tenido sexo en meses.

Empecé a aceptar el hecho de que podría ser un narcisista. Todo, incluso la forma en que me amaba, siempre se trataba de él. Se había vuelto cada vez más arrogante, autoritario y preocupado por sus propios pensamientos y sentimientos hasta el punto en que los míos ya no importaban. No se hacía responsable de ninguna de sus acciones, culpándome por su mal humor y mal genio. El dinero también fue un factor. Él ganaba mucho más que yo y se guardaba la mayor parte para sí mismo, mientras que yo me quedaba pagando por el cuidado de los niños a pesar de que ganaba mucho menos.

Además de todo esto, Joe podía ser increíblemente controlador. Por ejemplo, no me “permitía” tener amigos varones ya que él se pondría muy celoso, previamente había hackeado mi teléfono y correos electrónicos para monitorearme. Con el tiempo comencé a creer las cosas que decía sobre mí. Mi autoestima tocó fondo.

Me conecté a Internet para tratar de encontrar foros para personas en relaciones tóxicas y encontré una conversación acerca de un sitio web de citas que facilita las relaciones extramatrimoniales: Illicit Encounters. Nunca había considerado tener una aventura, pero estaba intrigada. Paul* fue uno de los primeros hombres que se puso en contacto conmigo. Hablábamos la mayoría de las noches sobre todo, desde nuestras carreras hasta nuestros respectivos matrimonios fracasados. Recientemente había descubierto que su esposa había tenido una aventura durante cuatro años pero, como no quería separar a su familia (tenían dos hijos), se hizo de la vista gorda. Teníamos mucho en común y hablábamos durante horas por teléfono sobre películas y libros que nos encantaban, un cambio refrescante de las discusiones sobre los pañales y, literalmente, todo lo demás que tendría con mi esposo.

Planeamos nuestra primer encuentro después de tres semanas: Dios mío, estaba nerviosa, pero traté de abordarlo con la mente abierta. No fue difícil arreglarlo, ya que mi esposo viaja mucho por su trabajo. Una vez que resolví el cuidado de los niños, tuve la libertad de hacer lo que quisiera. Elegimos una taberna al aire libre en el sur de Londres, dimos un largo paseo por el río y terminamos en un acogedor restaurante de tapas.

Me atrajo instantáneamente. Rápidamente decidimos no hablar más de nuestras familias o parejas; sería más romántico si solo nos centráramos el uno en el otro. Después de la cena, decidimos conseguir una habitación de hotel. Fueron las horas más emocionantes de mi vida.

Ahora, nos reunimos cada que podemos, lo que no es tan a menudo como me gustaría. Es más fácil ir a su casa, ya que su esposa a menudo está ausente y sus hijos en un internado. Pero a veces, cuando Joe está de viaje y puedo encontrar alguien que cuide a los niños, él viene a verme. Se siente extraño estar con él en la cama que comparto con Joe, y de vez en cuando me siento culpable. Pero la sensación que tengo cuando estoy con Paul lo contrarresta: Es como una aventura. Me felicita y me lleva a todos los restaurantes que siempre he querido probar y a los que Joe nunca me llevaría, sobre todo porque Joe es vago, pero también porque tiene poco interés en salir.

Paul y yo nos hemos estado viendo durante casi un año. Me he vuelto muy buena para mentir sobre dónde estoy cuando nos encontramos. No creo que Joe sospeche nada. A veces siento que estoy viviendo una doble vida, pero me siento más feliz y con más confianza que nunca. Extrañamente, creo que también me he convertido en una mejor madre, dado lo optimista que se ha vuelto mi perspectiva. Mi ansiedad y mis dudas también han disminuido.

Para ser completamente honesta, no tengo idea de lo que depara el futuro. Sé que Paul no tiene planes de dejar a su esposa pronto. He considerado dejar a Joe, pero también siento que mi situación me ha funcionado. No quiero arriesgarme a hacer ningún cambio brusco. Creo que podría dejarlo cuando mi hija sea un poco mayor, tal vez. O tal vez cuando me sienta estable emocionalmente. En última instancia, solo quiero ser una buena madre. Y ser feliz, creo que eso es lo más importante.

*Se han cambiado los nombres y las identidades.

*Este artículo se modificó el 20 de septiembre de 2021 para confirmar que Paul tiene dos hijos.

Thank you for registering

Please refresh the page or navigate to another page on the site to be automatically logged inPlease refresh your browser to be logged in