Al menos 35 muertos por protestas contra el hiyab en Irán, informan medios estatales
Mahsa Amini entró en coma después de ser detenida en la capital, Teherán, por oficiales que hacían cumplir las estrictas reglas del hijab del país
Al menos 35 personas han muerto en las protestas contra el hiyab que estallaron en Irán, ,incluso aunque el presidente Ebrahim Raisi dijo que el país necesitaba “tratar con decisión” a “aquellos que se oponían a la seguridad y la tranquilidad”, informaron los medios estatales iraníes.
Los comentarios de Raisi se hicieron en una llamada telefónica para expresarle sus condolencias a la familia de un agente de seguridad asesinado a puñaladas la semana pasada, supuestamente por manifestantes enfurecidos por la muerte de una joven bajo custodia policial.
Mahsa Amini, una mujer kurda de 22 años, fue declarada muerta unos días después de ser arrestada en Teherán por usar el hiyab de manera “inadecuada”.
El viernes, el ejército de Irán amenazó con responder con violencia ante las crecientes y generalizadas protestas contra el régimen, cuando el presidente llegó a casa después de un viaje a las Naciones Unidas.
“El ejército está listo para defender la seguridad y los intereses de la nación iraní contra las conspiraciones de los enemigos”, informó un comunicado del ejército. “El personal del ejército apoya plenamente a sus camaradas en las fuerzas policiales y está listo para lidiar con los diversos complots de los enemigos”.
Los manifestantes se preparaban el viernes para una octava noche consecutiva de batallas callejeras contra las fuerzas de seguridad.
“Ambas partes se están preparando para salir con toda su fuerza”, dijo Mehdi Hajati, exconcejal de la ciudad de Shiraz y activista que ahora vive en el exilio. “Desde anteanoche el régimen ha incrementado la represión. La gente ha llegado a un nivel de ira que ya está en algún lugar entre la vida y la muerte”.
La detención de Amini por parte de las patrullas de moralidad por acusaciones de violar los códigos de vestimenta islámicos y su posterior y aún inexplicable muerte han provocado una semana de protestas callejeras sin precedentes en todo Irán.
Las reuniones vespertinas improvisadas han atraído a decenas de miles de personas de todas las divisiones sociales y étnicas del país, muchas de las cuales piden en voz alta la caída de la policía religiosa.
Pero el régimen parecía estar preparándose para intensificar sus esfuerzos para sofocar las protestas.
Ha reducido el ancho de banda de Internet y cerrado el acceso a las plataformas de redes sociales, además de arrestar a cientos de personas, incluidos reconocidos activistas y periodistas detenidos en sus hogares.
En Gilan, una provincia del Mar Caspio que incluye la ciudad de Rasht, al menos 211 personas fueron arrestadas, acusadas de disturbios.
Anteriormente, el número oficial de muertos era de 17, incluidos cinco miembros del personal de seguridad.