“Muy mala señal” que Joe Biden “no será recibido por miembro importante de la realeza saudí”, dice experta
En cambio, un experto con sede en Arabia Saudita dijo que el rango de la realeza que reciba al presidente de EE.UU. en la pista no importa
Los informes de que Joe Biden será recibido en Arabia Saudita por un miembro de menor rango de la familia real alimentaron teorías de que sus reuniones en el Medio Oriente no saldrán tan bien como él planea.
Se espera que el presidente de EE.UU. sea recibido en la pista por el príncipe Bandar bin Sultan, vicegobernador de La Meca, antes de asistir a la cumbre del CCG (Consejo de Cooperación del Golfo) donde se discutirán una serie de temas.
En contraste, al predecesor de Biden, Donald Trump, lo recibió el rey Salman Bin Abdulaziz cuando aterrizó en Arabia Saudita en 2017.
“Esta es una muy mala señal”, tuiteó la investigadora del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores, la Dra. Cinzia Bianco.
Agregó que recordó que a Barack Obama lo recibió el príncipe Faisal bin Bandar Al Saud, gobernador de Riad, cuando viajó al país en 2016.
La recepción de Obama fue descrita por los informes como “fría” debido a las tensiones entre EE.UU. y Arabia Saudita sobre una serie de temas, incluida la caída del precio del petróleo.
Las sospechas de que lo desairaban solo se reforzaron cuando el rey Salman, acompañado por otras figuras importantes, apareció antes en la televisión estatal saudí en la pista para saludar a los líderes de las naciones vecinas antes de la cumbre del CCG de ese año.
Pero el Dr. Mark C Thompson, investigador principal del Centro Rey Faisal de Investigación y Estudios Islámicos en Riyadh, expresó que el rango de la persona que dará la bienvenida a Biden al país no indicará cómo resultarán las conversaciones.
Añadió que a Boris Johnson primero “lo recibió el vicegobernador de Riad en su visita” antes de reunirse con el líder de facto, el príncipe heredero Mohammed bin Salman, en el palacio real.
El viernes, Biden viajará a Arabia Saudita como parte de un viaje a Israel. Será el primer presidente estadounidense en viajar entre los dos países después de que Arabia Saudita boicoteó a Israel durante décadas por la continua ocupación de Palestina.
También será la primera visita presidencial estadounidense a Medio Oriente desde el 11 de septiembre sin tropas estadounidenses en misiones de combate allí.
Los temas que Biden dijo que quiere discutir en la cumbre del CCG son el programa nuclear de Irán y el “apoyo a los grupos de poder”, la guerra siria, las crisis alimentarias exacerbadas por la invasión rusa de Ucrania, el terrorismo y el “atasco político” en Irak, Libia, y Líbano.
El sábado, un día después de su llegada prevista, Biden se reunirá con el líder de facto saudita, el príncipe heredero Mohammed bin Salman, a quien las agencias de inteligencia estadounidenses acusaron de aprobar el asesinato en 2018 del periodista disidente Jamal Khashoggi en Turquía.
El príncipe negó las acusaciones y los fiscales culparon a los agentes saudíes “deshonestos”.
Biden ha dicho, en un artículo de opinión en The Washington Post, que su objetivo es “reorientar, pero no romper, las relaciones” con Arabia Saudita, una afirmación que recibió críticas después de que se comprometiera durante su campaña presidencial a convertir el país en “los parias que son” por el asesinato.
El grupo de derechos humanos Amnistía Internacional declaró que Biden “debe cumplir su promesa de poner los derechos humanos en el centro” de su visita y “hacer todo lo que esté a su alcance para presionar por un cambio inmediato y sustantivo”.
Paul O'Brien, director ejecutivo de Amnistía Internacional EE.UU., comentó: “La administración de Biden debe dejar de apoyar descaradamente los crímenes impactantes del derecho internacional y otras violaciones graves de los derechos humanos cometidas por sus aliados y facilitar conscientemente los abusos desenfrenados con impunidad”.