Trastornos diagnosticados a Amber Heard están “desacreditados” y deben descartarse, advierte psicóloga
Los dos trastornos son “etiquetas psiquiátricas controvertidas muy cuestionadas”, dice una destacada psicóloga
Los trastornos psicológicos ya “desacreditados” diagnosticados a Amber Heard deben descartarse de inmediato, dijo una destacada psicóloga.
La doctora Jessica Taylor hizo esta advertencia luego de que una psicóloga contratada por el equipo legal de Johnny Depp para evaluar a Heard testificara que la actriz tiene trastorno límite de la personalidad y trastorno histriónico de la personalidad.
El actor está actualmente envuelto en una mediática demanda por difamación contra su exesposa Heard en Virginia, Estados Unidos. Depp demandó a la actriz en marzo de 2019, alegando que una columna que esta escribió para The Washington Post sobre abuso doméstico era difamatoria, y pidió US$50 millones de indemnización. Heard presentó una contrademanda por US$100 millones.
Aunque el artículo no incluye ninguna referencia a Depp, su equipo legal argumenta que el artículo contiene una “clara implicación de que el señor Depp es un abusador doméstico”, lo que sostienen que es “categórica y demostrablemente falso”.
La doctora Taylor, quien analiza la patologización de las mujeres en entornos de salud mental, dijo a The Independent que, en su opinión, los dos trastornos que diagnosticó la psicóloga en Heard “no son condiciones médicas comprobadas”, sino “etiquetas psiquiátricas controversiales muy cuestionadas”.
La psicóloga, que también se especializa en violencia sexual y culpabilización de las víctimas, explicó que no “ha escuchado a nadie usar el término ‘trastorno histriónico de la personalidad’ sin ironía en años, y planteó que es un ‘trastorno desacreditado’”.
La doctora Taylor, anteriormente profesora titular de Psicología Forense y Criminológica en la Universidad de Derby, precisó: “El trastorno histriónico de la personalidad surgió del diagnóstico de ‘histeria’, que solo podía darse a las mujeres”.
El término “mujer histérica” en la edición de 1968 del Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales se cambió en 1980 a “mujer histriónica” en una versión revisada del texto, luego de que “los mejores psiquiatras teorizaran que ‘las mujeres histriónicas eran volubles, egocéntricas, seductoras, frígidas e infantiles’”, abundó la doctora.
“La histeria y el trastorno histriónico de la personalidad se dieron a conocer como el ‘cesto de basura de la salud mental’, y muchos académicos influyentes rechazaron su existencia”, agregó.
“Las mujeres podían ser diagnosticadas con estos términos por no sonreír lo suficiente, no darles suficiente sexo a los hombres, ser lesbianas o bisexuales, ser demasiado asertivas, demasiado obstinadas, dejar a sus esposos o incluso leer demasiados libros.
“Es indignante que en 2022, una psicóloga testifique en el estrado que una mujer tiene ‘trastorno histriónico de la personalidad’”.
La doctora Taylor aseguró que se puede argumentar lo mismo sobre el trastorno límite de la personalidad, que calificó como “otro diagnóstico basura que se hace a las mujeres”, destacando que ellas tienen siete veces más probabilidades de recibir este diagnóstico que los hombres.
La especialista indicó que el trastorno límite de la personalidad surgió del trastorno histriónico de la personalidad, y que son constructos que se superponen en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, y “uno nace del otro”.
También destacó que la doctora Shannon Curry, la psicóloga contratada por Depp, sugirió que la personalidad límite y el trastorno histriónico de la personalidad tienen una “base genética”, pero Taylor rechazó esto.
“Nunca ha habido ninguna prueba de base genética de ningún trastorno de la personalidad, por lo que esto es categóricamente falso. No se ha encontrado ningún gen en ningún trastorno de salud mental, y la Asociación Estadounidense de Psiquiatría está de acuerdo en que, en este momento, no conocemos la relación entre la biología y los trastornos psiquiátricos”.
La doctora Taylor argumentó que la salud mental de los hombres se utiliza normalmente para “posicionarlos como vulnerables y victimizados”, mientras que, por el contrario, la salud mental de las mujeres se usa para presentarlas como “desviadas y peligrosas”.