La táctica dilatoria en el Senado de EEUU frena cualquier proyecto de ley nacional sobre el aborto
La senadora Tammy Baldwin —que se enfrenta a una dura pelea por su reelección en una de las contiendas que determinarán el control del Congreso— ha hecho de la protección de los derechos reproductivos un pilar de su campaña, y está decidida a refrendarlo comprometiéndose a cambiar las reglas sobre tácticas dilatorias en el Senado si los demócratas conservan el control de la cámara.
La demócrata de Wisconsin dijo que es necesario dar ese paso para garantizar que las mujeres de todos los estados —y no el gobierno— puedan decidir por sí mismas si quieren abortar o no. Como parte de su campaña, Baldwin advierte que los republicanos también podrían recurrir a las tácticas dilatorias para imponer una prohibición nacional del aborto si ganan en noviembre.
“Los republicanos han demostrado una y otra vez que no se detendrán ante nada en su afán por controlar el cuerpo de las mujeres. Y les creo”, afirmó.
Los senadores demócratas y los que se postulan al Senado este año dicen que quieren reinstaurar el derecho nacional al aborto, y muchos, como Baldwin, afirman abiertamente que respaldarían suspender el obstruccionismo para lograrlo. Esto se ha convertido en un tema de conversación clave, ya que tratan de sacar provecho de la batalla nacional sobre el derecho al aborto, que en general ha ayudado a los candidatos demócratas desde que la Corte Suprema revocó las garantías constitucionales hace dos años.
Los republicanos han criticado a los demócratas por querer cambiar las normas y aseguran que no lo harían en caso de ganar la presidencia y el Senado.
Dos importantes republicanas partidarias del derecho al aborto —las senadoras Susan Collins, de Maine, y Lisa Murkowski, de Alaska— han introducido iniciativas de ley destinadas a codificar las garantías establecidas por Roe vs. Wade. En un comunicado, Collins indicó que “se opondrá a cualquier intento de debilitar la obstrucción legislativa” por parte de cualquiera de los dos partidos.
Las normas del Senado requieren de 60 votos para dar por terminado el debate sobre una propuesta de ley como medio para controlar a la mayoría, haciendo que en la práctica éste sea el número mínimo de votos necesarios para aprobar una ley. En una época de polarización y bloqueo político, este número, a diferencia de la mayoría simple en el Senado de 100 miembros, ha sido un obstáculo para que el partido en el poder promueva su agenda en temas como el derecho al voto y la inmigración.
Pero cualquiera que sea el partido que controle el Senado puede cambiar las normas y establecer excepciones al obstruccionismo con sólo una mayoría simple de votos. Este paso se ha denominado “opción nuclear” en las pocas ocasiones en que se ha empleado.
Los demócratas, bajo el mando del entonces líder de la mayoría, Harry Reid, de Nevada, hicieron esto para todas las nominaciones judiciales excepto la Corte Suprema en 2013, cuando el demócrata Barack Obama era presidente y los republicanos habían bloqueado repetidamente las nominaciones demócratas. El líder del Partido Republicano, Mitch McConnell, de Kentucky, dijo que Reid lamentaría esa decisión, y los republicanos cambiaron más tarde la norma del obstruccionismo para los candidatos a la Corte Suprema cuando retomaron el control.
Eso permitió al republicano Donald Trump, mientras estaba en la Casa Blanca, poner a tres jueces conservadores en el tribunal, incluida la jueza Amy Coney Barrett, que fue confirmada aproximadamente una semana antes de las elecciones de 2020. Ella ayudó a formar la mayoría del tribunal que revocó Roe contra Wade.
Aunque ninguno de los partidos ha ido tan lejos como para cambiar las reglas legislativas, muchos demócratas en las contiendas senatoriales de este año han expresado su apoyo entusiasta a hacerlo, especialmente para proteger el derecho al aborto.
“Si la NASA tuviera las reglas del Senado de Estados Unidos, el cohete nunca saldría de la plataforma de lanzamiento”, dijo el senador de Arizona Mark Kelly en una entrevista este mes con NBC News. “Así que a veces, en el momento apropiado —creo que éste es uno de ellos— me plantearía cambiar esas reglas para asegurarme de que las mujeres puedan recibir la atención médica que necesitan”.
El senador por Pensilvania Bob Casey dijo que “lleva años declarando” que las normas deberían cambiarse y que sigue apoyando esa postura. La senadora por Minnesota Amy Klobuchar ha pedido en repetidas ocasiones que se elimine la táctica dilatoria para proteger el derecho al aborto y al voto desde la anulación del caso Roe contra Wade.
Debbie Mucarsel-Powell, que anteriormente estuvo por un periodo en la Cámara de Representantes y es la principal candidata demócrata al Senado por Florida, dijo en una entrevista con NBC News este mes que está “muy a favor de detener el obstruccionismo y votar a favor del derecho de la mujer a decidir para codificar Roe contra Wade”.
Su oponente, el senador republicano Rick Scott, arremetió contra el apoyo de Mucarsel-Powell a la suspensión del obstruccionismo. No comentó si apoyaría pausar la maniobra dilatoria para restringir el aborto a nivel nacional, pero la ha defendido incondicionalmente en el pasado, calificándola de “norma vital y necesaria para proteger los derechos de los partidos minoritarios”.
”¿Debería ‘pausarse’ para aprobar el Nuevo Pacto Verde? ¿Y para ampliar la Corte Suprema o eliminar el Colegio Electoral?”, preguntó Scott en una declaración a The Associated Press en la que hacía referencia a su oponente. ”¿Deberíamos deshacernos de él permanentemente o sólo ponerlo en pausa cuando (el líder de la mayoría del Senado) Chuck Schumer se lo diga? Sea honesta con el pueblo de Florida sobre dónde traza la línea de ‘pausar’ la democracia, congresista”.
No se trata sólo de legisladores y candidatos demócratas. En 2022, el presidente Joe Biden dijo que apoyaba una excepción al obstruccionismo para codificar el derecho al aborto, una idea frustrada por dos moderados que decidieron no presentarse a la reelección este año: los senadores Joe Manchin, demócrata de Virginia Occidental, y Kyrsten Sinema, demócrata convertida en independiente de Arizona.
Los expertos políticos afirman que los grupos antiabortistas podrían ejercer una fuerte presión para levantar el obstruccionismo en el Senado si el Partido Republicano obtiene el control total en Washington, pero las organizaciones nacionales han restado importancia a la cuestión, al menos públicamente.
Cuando se le preguntó el mes pasado en una entrevista en la revista Time si vetaría un proyecto de ley que impusiera una prohibición federal, Trump no respondió directamente. En su lugar, dijo que “nunca habrá esa posibilidad” porque los republicanos, incluso si recuperan el Senado en noviembre, no tendrían los 60 votos necesarios para superar un intento de obstrucción y someter el proyecto a votación.
Kristi Hamrick, portavoz de Students for Life, dijo que maniobrar para sortear el obstruccionismo no es un “escenario realista” porque el grupo no ha visto esfuerzos coordinados encaminados a hacerlo. En cambio, dijo que si Trump es elegido, el grupo lo presionaría para que considere la adopción de medidas administrativas para restringir el aborto, incluida la prohibición del envío por correo y de la venta en línea de píldoras abortivas.
Carol Tobias, presidenta del Comité Nacional del Derecho a la Vida, dijo que la organización nunca ha tomado una posición sobre la cuestión y en su lugar acusó a Biden de estar “tratando de eludir el obstruccionismo”.
Los demócratas y los grupos de defensa del derecho al aborto se muestran escépticos ante la posibilidad de que los republicanos no intenten levantar la norma de la táctica dilatoria para una prohibición federal.
Mini Timmaraju, presidenta de la organización nacional por el derecho al aborto Reproductive Freedom for All, dijo que el Partido Republicano y las fuerzas antiabortistas “están dispuestos a utilizar todas las herramientas con que cuenten para prohibir el aborto en todo el país, y eso incluye eludir el obstruccionismo”.
La gobernadora demócrata de Michigan, Gretchen Whitmer, también advirtió de una prohibición nacional si los republicanos ganan la presidencia y el Congreso.
“No podemos confiar en nada de lo que diga Donald Trump cuando se trata del aborto”, dijo Whitmer recientemente. “Así que nadie debería consolarse con el hecho de que sí, quiere una prohibición del aborto, pero no la conseguirá porque no cree que tengamos 60 votos en el Senado. Mentira”.
Trump ha expresado opiniones contradictorias sobre la norma, dependiendo de si su partido controlaba el Senado. En 2017, su primer año como presidente, pidió el fin de la táctica dilatoria para sacar adelante su agenda, incluida la derogación de la ley de salud promulgada bajo el mandato de Obama y la construcción de un muro fronterizo. Pero en 2021, un año después de perder su candidatura a la reelección y con los demócratas al control del Congreso, dijo que eliminar el obstruccionismo sería “catastrófico para el Partido Republicano”.
Varios altos funcionarios del Partido Republicano en el Senado, como los senadores John Thune, de Dakota del Sur; John Cornyn, de Texas, y John Barrasso, de Wyoming, han declarado que están firmemente en contra de levantar el obstruccionismo. Thune y Cornyn aspiran a sustituir a McConnell cuando éste deje el liderazgo tras las elecciones de noviembre.
El senador Jim Lankford, republicano por Oklahoma, dijo la semana pasada que los senadores del Partido Republicano han discutido la cuestión en reuniones privadas, y que él y otros han dicho que quieren promesas de los candidatos a líder de que no van a cambiar las reglas.
“Es algo singularmente estadounidense poder tener un lugar en el gobierno del que ambas partes tienen que formar parte”, dijo Lankford.
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La periodista de The Associated Press Mary Clare Jalonick, en Washington, contribuyó a este despacho.
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