Lena Dunham y Stephen Fry conectan con sus raíces judías en “Treasure”
Stephen Fry y Lena Dunham interpretan convincentemente a un padre y su hija en la primera película en inglés de la directora alemana Julia von Heinz, “Treasure”. Ambientada en la Polonia poscomunista, el melodrama tuvo su estreno mundial en el Festival de Cine de Berlín durante el fin de semana.
Dunham bromeó en una entrevista diciendo que cuando le envió una foto a su madre después de su primera lectura con Fry, ella respondió: “Creo que ahora sabemos quién es tu verdadero padre”.
La actriz señaló que se moría de nervios al conocer a Fry: “Conocer a tus héroes es algo complicado, y resultó ser mejor de lo que podría haber soñado”.
La película muestra al par en un viaje por carretera a Polonia para repasar su historia familiar. Fry interpreta al sobreviviente del Holocausto Edek, quien acompaña a regañadientes a su hija Ruth, una periodista de Nueva York. Edek se enfrenta a recuerdos dolorosos y comparte detalles de su pasado que había mantenido enterrados por años.
La historia está basada en el libro de la autora australiana Lily Brett “Too Many Men”.
Fry aprendió polaco para el papel. Ambos actores dijeron que se conectaron con su herencia judía.
“Cuando leí el guion, pude escuchar la voz de mi abuelo, y aumentó a medida que avanzábamos”, dijo Fry. “Nunca se me ocurrió mientras crecía que podría haber una oportunidad de volver a investigar la historia de esa manera”.
“Tuve la misma experiencia que Stephen”, dijo Dunham. “Escuché ecos de mi bisabuela Mildred, y no sólo las historias que contábamos en nuestra familia, sino las historias que no contábamos”.
La familia de Dunham procede de Polonia, cerca de donde se rodó la película. Su bisabuela perdió a nueve hermanos al comienzo del Holocausto en 1941, algo que sólo supo por sus investigaciones acerca de su historia familiar.
Su personaje, Ruth, sufre las secuelas no habladas de las experiencias de sus padres. Este trauma era el que von Heinz quería explorar.
“Si una persona en una familia experimenta la guerra, el terror o el trauma y no habla de ello, tal vez para proteger a sus hijos, tal vez para protegerse a sí misma, ellos lo sentirán”, dijo la directora. “Viajará a través de las generaciones hasta que alguien esté listo para sentirlo y confrontar a los padres y tener un diálogo”.
Fry dijo que es comprensible que un sobreviviente con una hija que crece en Nueva York no quiera que la niña conozca “las profundidades absolutas de la depravación que habría visto todos los días como sobreviviente en Auschwitz”.
Y agregó: “Ella está en Estados Unidos. Es libre. Esta es la tierra de la maravilla, el esplendor y la felicidad y, de hecho, de los judíos felices”.
No se permite filmar dentro de Auschwitz, por lo que von Heinz obtuvo un permiso especial para recrear los barracones en un campo de fútbol adyacente. Sintió que las escenas allí eran parte integral de la interpretación de Fry.
“Este lugar te hace algo que no puedes decir, pero lo sientes”, dijo.
La película se estrena en Berlín en un momento en que el antisemitismo va en aumento y el apoyo a la extrema derecha está creciendo, particularmente en Alemania.
Cuando el ataque liderado por Hamas en el sur de Israel tuvo lugar el 7 de octubre, todo el elenco se puso en contacto por mensaje de texto, dijo von Heinz. Eso llevó a la decisión de terminar la película más rápido de lo planeado “y tenerla aquí en la Berlinale, porque es el momento para una película como esa”.
Pero Dunham dijo que lo que quería contar eran las implicaciones más amplias de la historia.
“No sólo el antisemitismo es lo que está en aumento, es la islamofobia. Es racismo en Estados Unidos. Se trata del miedo a la diferencia”, dijo. “Y creo que es muy, muy importante para nosotros compartir la historia no sólo para el pueblo judío, sino para hablar sobre lo que sucede generacionalmente cuando las personas son aisladas o sometidas a violencia o sometidas a ese tipo de escrutinio de odio”.