Duras críticas a Marjorie Taylor Greene por sus incendiarios comentarios en un mitin de Trump
“Los demócratas quieren a los republicanos muertos y ya empezaron los asesinatos”, arguye Greene
La diputada Marjorie Taylor Greene es objeto de numerosas críticas tras afirmar en un mitin en Michigan que los demócratas están “matando” a los republicanos.
Green hizo estos comentarios mientras asistía al mitin del expresidente Donald Trump en Michigan el sábado.
“Por atreverse a hacer frente al régimen, y no se detiene en un sistema legal armado. No voy a tener pelos en la lengua con todos ustedes”, indicó.
“Los demócratas quieren a los republicanos muertos, y ya empezaron los asesinatos”.
Greene citó un incidente en Dakota del Norte en el que un hombre intoxicado que al parecer “tuvo una discusión política con un peatón”, lo atropelló con un auto y luego afirmó que el peatón era “parte de un grupo extremista republicano”, según documentos judiciales, informó The Daily Beast.
En su discurso también acusó al presidente Joe Biden de tachar a los republicanos de enemigos del Estado.
Biden “declaró enemigos del Estado a todos los estadounidenses amantes de la libertad”, afirmó. “Pero con los republicanos, recuperaremos nuestro país de los comunistas que nos lo han robado y quieren que desaparezcamos”.
Sus declaraciones suscitaron reacciones en las redes sociales y varios usuarios calificaron su retórica de peligrosa.
El Proyecto de Responsabilidad Republicana tuiteó: “Esta retórica es peligrosa e inaceptable”.
Otro usuario comentó: “Hace dos meses Marjorie Taylor Greene señaló que ‘el asesinato es legal’”.
“Hoy espetó sus mentiras para justificar la violencia del GOP. El 6 de enero fue solo un ensayo. Si dejamos que los republicanos tomen el Congreso me estremezco al pensar lo que podría pasar”.
Los usuarios también se preguntaron cómo se le permitió a la legisladora republicana utilizar ese lenguaje.
Greene, una leal a Trump, también participó en los crecientes llamados a aprobar un recurso de destitución contra Biden, pero los altos cargos republicanos aún no le hacen caso.