Mayor central sindical argentina y opositores marchan contra Milei antes de huelga general
La Confederación General del Trabajo, la principal central sindical argentina, se movilizaba el miércoles en Buenos Aires en protesta por las políticas de ajuste del presidente Javier Milei en el preludio de una huelga general de 24 horas convocada para el día siguiente en todo el país.
Los distintos gremios que conforman la CGT comenzaron a manifestarse al mediodía en las calles de la capital y acompañarán a diversas agrupaciones de jubilados en la protesta semanal que realizan frente al Congreso en reclamo de un aumento de sus mermados ingresos.
A la misma manifestación se sumarán agrupaciones políticas y sociales, grupos universitarios e hinchas de un club de fútbol.
En un comunicado, la CGT justificó el tercer paro general contra Milei “ante una desigualdad social intolerable y un gobierno que no entiende nuestros reclamos. Para exigir mejores ingresos y una calidad de vida digna para todos y todas”.
La huelga promete dejar paralizados los vuelos en los aeropuertos del país, comercios, la recolección de basura, los trenes de pasajeros, el metro, la actividad bancaria y las expendedoras combustibles. Sin embargo, el gremio de los conductores autobuses urbanos —medio de transporte que utiliza la mayoría de los trabajadores— no se pliega al paro, lo cual reducirá el impacto de la medida de fuerza.
Este sindicato aduce que se encuentra alcanzado por una medida dispuesta por la Secretaría de Trabajo la semana pasada en medio de una tensa negociación por aumentos salariales y está obligado a garantizar el servicio.
“Este es el tercer paro que la gente rechaza, aborrece y confirma lo que detesta el sindicalismo argentino”, expresó el portavoz de la presidencia, Manuel Adorni, minutos después de comenzar la movilización. "Ellos (por los sindicalistas) en los últimos 40 años, ellos en democracia, lo único que hicieron fue que el trabajador gane cada vez menos”.
En tanto el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, señaló más temprano que al gobierno no le preocupa la huelga. “Después la sociedad juzgará si los dirigentes sindicales tienen representatividad o no”, afirmó.
En víspera del paro los líderes sindicales decidieron movilizarse junto a los jubilados y pensionados, el sector de la población que más sufrió el impacto de las políticas de ajuste y que cada miércoles reclama un aumento de haberes y la restitución del 100% de los medicamentos que recibían gratis del Estado.
“Esta es una marcha especial, previa a un paro general que será contundente y tendrá una adhesión importante de los trabajadores", comentó Alejandro Gramajo, secretario general de la Unión de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular —una de las organizaciones sociales de izquierda más combativas —.
"Más allá de que el gobierno intenta establecer un relato económico, los trabajadores no llegan a fin de mes, no pueden darle de comer a sus hijos”, acotó.
La jubilación mínima en abril se fijó en algo más de 285.000 pesos (unos 260 dólares), insuficiente para cubrir las necesidades básicas, denuncian las agrupaciones de jubilados.
Las marchas de los jubilados tomaron notoriedad después de que en marzo hinchas de clubes de fútbol y otras agrupaciones opositoras al gobierno las acompañaron y derivaron en violentos enfrentamientos con las fuerzas de seguridad. El 12 de marzo un fotógrafo resultó gravemente herido y fue internado en terapia intensiva debido a las heridas en la cabeza causadas por una lata de gas lacrimógeno lanzada por un miembro de las fuerzas de seguridad.
A diferencia de las protestas anteriores con menor concurrencia, este miércoles el Congreso amaneció rodeado por un amplio vallado para separar a la policía de los manifestantes. Por otra parte, no se está aplicando un protocolo del gobierno para evitar los cortes de calles y avenidas que ha detonado violentos enfrentamientos. Las largas columnas de sindicatos se trasladan por las principales calles céntricas.