AP Fotos: La bendición de la lluvia agua la Semana Santa en una España en sequía
Un poco de lluvia muy necesitada no iba a estropear la Semana Santa para Alfonso del Río Martínez y otros fieles católicos en Quesada, una localidad en el sur de España.
De modo que cuando hubo un receso en la lluvia, completaron su acto anual de devoción y cargaron figuras de Cristo y la Virgen por las calles de su municipio de unos 5.000 habitantes.
Las precipitaciones durante Semana Santa fueron una bendición para gran parte de España afectadas por una sequía crónica, aunque empañaron las intensas celebraciones religiosas en el país. Muchas ciudades y pueblos tuvieron que cancelar sus procesiones de Semana Santa debido a las persistentes tormentas que afectaron a la península Ibérica.
Cuando comenzó a caer agua hacia el final de la procesión del sábado en Quesada, rápidamente alguien sacó una lona de plástico que se colocó sobre el crucifijo cargado a hombros de hombres y mujeres del lugar.
Del Río describió la lluvia que cayó sobre la procesión como un “milagro” para la zona, donde los olivares cruciales para la economía local han sufrido mucho por la falta de agua.
“Hemos tenido dos años de sequía que los dos pantanos que tenemos aquí están totalmente vacíos, y pedíamos agua con muchas ansías”, dijo Del Río, presidente de la asociación de parroquias de Quesada que participan en las procesiones.
“Por otro lado, decíamos, tenía todo el año para llover y cómo es que se pone a llover estos siete días. La hemos aceptado estupendamente y la lluvia bienvenida sea”, añadió.
La escena de docenas de personas que cargan grandes plataformas de madera a la espalda para llevar esculturas religiosas elaboradamente decoradas se repite cada Semana Santa en España desde la Edad Media. Las celebraciones reúnen a los fieles, pero también a mucha gente que sólo quiere vivir la experiencia.
Aunque las procesiones se celebran apenas durante unos pocos días, los preparativos son una labor de todo el año. De modo que perder la ocasión puede ser toda una decepción para los participantes.
Sevilla, donde miles de personas asisten cada año al espectáculo de las procesiones, tuvo que cancelar varias la semana pasada debido a la persistente lluvia por primera vez en más de una década.
En Logroño, en el norte de España, algunos costaleros se quedaron consternados, y varios lloraron cuando supieron que su procesión se había cancelado.
Aunque era un revés para muchos, la lluvia era sin duda un gran alivio para muchos más, especialmente los agricultores, sujetos a duras restricciones sobre el riego.
Los fieles han intentado combatir la sequía pidiendo intervención divina, incluso en un país de profunda tradición católica que se vuelve más secular a marchas forzadas. En Cataluña, la región nororiental donde se encuentra Barcelona, algunas parroquias de pueblo han reavivado la costumbre de celebrar misas y procesiones especiales para pedir lluvia.
Las reservas totales de agua en España estaban a un 57% de capacidad antes de las lluvias de Semana Santa, con grandes diferencias entre la húmeda costa atlántica y las sedientas regiones en el nordeste del Mediterráneo y el sur. Mientras que los embalses en la costa atlántica, en el norte de España, rondaban el 90% de capacidad, Cataluña se veía reducida al 15% y zonas del sur tenían apenas un 20%.
Las tormentas que descargaron aguaceros en España durante la Semana Santa llegaron tras los vientos y el fuerte oleaje que azotaron la costa el viernes, cuando cuatro personas murieron tras caer al mar.
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El periodista de Associated Press Joseph Wilson en Barcelona contribuyó a este despacho.