India: Creciente salinización afecta agua potable en costas

La intrusión del agua salada en cuerpos de agua dulce es un problema creciente vinculado al cambio climático, y sus efectos son palpables en sitios como la costa suroccidental de la India

Uzmi Athar
Martes, 04 de abril de 2023 00:29 EDT
INDIA-SALINIZACIÓN DE ACUÍFEROS
INDIA-SALINIZACIÓN DE ACUÍFEROS (AP)

La familia de Anthony Kuttappassera ha vivido en la misma casa a orillas del Mar Arábigo por más de un siglo. Él creció tomando agua del estanque y del pozo ubicado afuera de su vivienda.

Pero hace 60 años, el agua se volvió demasiado salada para beber. Luego se tornó demasiado salada para bañarse o lavar la ropa. Ahora el estanque está verde, lleno de insectos y prácticamente seco, al igual que el resto de los pozos y estanques en el área de Chellanam de Kochi, una ciudad de unos 600.000 habitantes en la costa suroccidental de la India.

El aumento en los niveles del mar debido al cambio climático está llevando agua salada al agua dulce de lugares como Chellanam, dejando inutilizable lo que había sido una parte vital de la vida diaria. Y las frecuentes fugas en las tuberías que llevan agua potable desde tierra adentro agravan el sufrimiento de los habitantes de este poblado de unos 8 kilómetros cuadrados (3 millas cuadradas), por lo que se requiere que el agua llegue en camiones cisterna.

Cada camión debe vaciarse en barriles y baldes y ser transportado a mano a las 600 viviendas del poblado.

“No tenemos agua limpia ni siquiera para lavarnos. Estamos rodeados de agua, pero no tenemos agua consumible de ningún tipo”, dijo Kuttappassera, de 73 años. “Cuando este estanque estaba en condiciones utilizables, no había estos problemas y teníamos suficiente agua para todo. No había necesidad de ninguna otra fuente. Pero ahora estamos usando agua empaquetada para todo”.

Aunque la invasión del agua salada en los acuíferos subterráneos es un problema provocado por el cambio climático en todo el mundo, las naciones más ricas pueden adaptarse con mayor facilidad. Es más difícil para países como la India, que se prevé que este año rebase a China como el país más poblado del mundo. La India aún es considerada una nación en vías de desarrollo, incluso a pesar de que se ha convertido en una de las mayores economías del planeta.

La India es el tercer mayor emisor de dióxido de carbono a nivel mundial, el cual contribuye al calentamiento global. El país da cada vez más prioridad a la transición hacia las energías limpias, con ambiciosos objetivos en energías renovables, una iniciativa de hidrógeno verde para producir combustible limpio y un programa para alentar a los habitantes a vivir de manera más sustentable.

Pero esa transición tomará tiempo. En tanto, el aumento en los niveles del mar, el cambio en los patrones oceánicos, las tormentas extremas, el uso excesivo de pozos y el desarrollo excesivo contribuyen al creciente problema de salinización en la región de Kochi, señalaron los científicos. Y ese desafío en las zonas costeras ocurre en un país en el que el acceso al agua dulce ya era un problema. Menos de la mitad de la población de la India tiene acceso a agua potable, según la UNICEF.

“La gente está sufriendo porque los acuíferos se están salinizando”, dijo Bijoy Nandan, decano de ciencias marítimas en la Universidad Cochin de Ciencia y Tecnología. La salinización ha aumentado entre un 30% y 40% desde que se realizaron los primeros análisis del agua de la zona en 1971, comentó.

S. Sreekesh, un profesor en la Universidad Jawaharlal Nehru, estudió la creciente amenaza en la zona de Kochi analizando datos satelitales y de mareógrafos, entre otros, recolectados entre la década de 1970 hasta 2020. Descubrió que los niveles del mar aumentan unos 1,8 milímetros (0,07 pulgadas) cada año.

Siempre es difícil conseguir agua en Chellanam, pero las fugas en las tuberías lo hacen todavía más complicado. Fue posible ver la lucha diaria durante un apagón reciente que duró aproximadamente un mes. Traer el agua en camiones — o en pequeños botes de remos — fue sólo el comienzo de la práctica de tener que pasar de grandes contenedores de agua a unos más pequeños.

Cuatro enormes camiones que llevaban 36.000 litros de agua llegaron hasta el estacionamiento de una iglesia, pero no pudieron avanzar más debido a las angostas y sinuosas calles. Su agua fue transferida a camiones cisterna más pequeños: de 6.000 litros, de 4.000 litros, e incluso un pequeño camión de 1.000 litros que parecía de juguete.

Esos vehículos más pequeños se abrieron paso para terminar sus entregas en una de las calles más amplias, deteniéndose cada tantos metros donde se habían colocado grandes barriles azules. El conductor del camión salía, conectaba una manguera y abría una válvula para llenar lentamente un barril tras otro. Luego, los residentes sumergen sus ollas de aluminio de 5 y 6 litros en los barriles.

Maryamma Pillai, de 82 años, es una de las residentes que espera a que pase el camión casi todos los días para tener agua limpia. Sin un grifo en casa, tiene que comprar agua — unas 40 rupias, o casi 50 centavos de dólar, por 5 litros — o esperar a que pase el camión del gobierno para obtenerla sin costo.

Para Pillai es particularmente difícil cargar sus siete ollas y baldes los 100 metros de regreso a casa debido a un padecimiento cardiaco. Debe hacer pausas y se agita con facilidad.

“No tengo agua para hacer nada en casa, ni siquiera para lavarme la cara, así que intento guardar agua en muchos lugares —baldes, ollas y vasos— para traer de regreso a casa”, dijo golpeándose el pecho para aliviar el dolor que le suele producir cargar objetos pesados.

Pillai dijo que la escasez de agua empeora cada año a medida que los veranos se vuelven más extremos.

“Esto no pasaba antes, cuando solíamos saber cómo planear para cada temporada con más disponibilidad de agua, pero ahora todo es incierto, impredecible y poco fiable”, comentó.

Otro de los residentes, Karni Kumar, vive bastante lejos de la vía principal, por lo que le resulta más conveniente usar un bote de madera para cruzar un pequeño remanso con el fin de obtener agua limpia en el distrito vecino de Alleppey. Pero muchas otras familias de Chellanam hacen lo mismo, y en ocasiones ello hace que se duplique con creces la demanda en un solo grifo de Alleppey, lo que conduce a largas esperas y conflictos ocasionales con los habitantes de ese distrito.

El padre John Kalathil, párroco de la iglesia de San Jorge en Chellanam Sur, dijo que los residentes de la zona deben pagar entre 100 y 200 rupias (entre 1,21 y 2,42 dólares) al día por el agua que necesitan para beber, cocinar y lavar. Eso significa hasta el 15% de sus ingresos diarios.

Casi todos los asalariados de su parroquia son pescadores, con una profunda conexión y amor por el mar, que es una fuente de vida para ellos.

“Lo llaman Kadalamma, que significa que ven al mar como su madre”, dijo. “Pero la situación es terrible para ellos debido al cambio climático, el clima, los cambios en el mar y los recursos acuíferos”.

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