Japón empieza a verter al mar agua residual radiactiva de Fukushima
La operadora de la planta nuclear de Fukushima Daiichi, que resultó dañada por un tsunami, empezó el jueves a descargar en el Océano Pacífico su primera remesa de agua radiactiva tratada, una medida controversial pero que marca un hito en la gestión de las crecientes existencias de agua radiactiva en Japón.
En un video en vivo desde una sala de control en la planta el jueves, Tokyo Electric Power Company Holdings mostró cómo un miembro del personal ponía en marcha una bomba de agua marina, el inicio de un polémico proyecto que se espera dure décadas.
“Bomba de agua marina A activada”, indicó el operador principal, confirmando que la descarga estaba en marcha. TEPCO señaló más tarde que el dispositivo se había iniciado a las 13:03, tres minutos después de que comenzara el último paso.
Grupos de pescadores japoneses se han opuesto al plan por miedo a que cause más daños a la reputación de sus productos. También grupos en China y Corea del Sur han expresado su preocupación, lo que lo ha convertido en un asunto político y diplomático.
Pero el gobierno japonés y TEPCO dicen que el agua debe liberarse para dejar espacio al desmantelamiento de la planta y evitar fugas accidentales. Afirman que el tratamiento y la disolución harán más segura el agua residual que los estándares internacionales y su impacto ambiental será muy pequeño.
Pero algunos científicos señalan que el impacto de largo plazo de la radiactividad de bajo nivel que permanece en el agua requiere atención.
En un comunicado el jueves, el director general del Organismo Internacional de la Energía Atómica, Rafael Mariano Grossi, dijo que “hay expertos del OIEA sobre el terreno para ser los ojos de la comunidad internacional y garantizar que la descarga se realiza como estaba previsto de acuerdo a los estándares de seguridad del OIEA”.
La agencia de Naciones Unidas también dijo que lanzaría un sitio web con información en vivo sobre la operación, y reiteró sus garantías de que el organismo tendría una presencia en el lugar mientras durase la descarga de agua.
La liberación del agua comenzaba más de 12 años después de las fusiones de núcleo en la planta, provocadas por un enorme terremoto y un tsunami. Es un hito en los esfuerzos de la planta por gestionar un creciente volumen de agua radiactiva, que según TEPCO y el gobierno japonés complicaba la difícil tarea de retirar los residuos fundidos tóxicos y letales de los reactores.