Malaui sigue a Zambia y declara desastre por sequía mientras El Niño lleva hambre al sur de África
La nación sureña africana de Malaui ha declarado el estado de emergencia por la sequía en 23 de sus 28 distritos, y el presidente dijo que necesita con urgencia más de 200 millones de dólares en ayuda humanitaria, menos de un mes después de que la vecina Zambia también pidiera ayuda.
Malaui se suma a otros países de la región donde una grave sequía vinculada al fenómeno meteorológico de El Niño ha mermado la producción de alimentos.
Un tercer país, Zimbabue, también ha visto diezmada buena parte de sus cosechas y estudia unirse a la declaración de desastre, lo que subraya las preocupaciones expresadas por el Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas a finales del año pasado sobre que varios países en el sur de África estaban al borde de una crisis alimentaria debido al impacto de El Niño.
El PMA dijo que ya había casi 50 millones de personas en el sur y zonas del norte de África que enfrentaban inseguridad alimentaria incluso antes de uno de los periodos más secos en décadas.
USAID, la agencia de ayuda del gobierno estadounidense, dijo que más de 20 millones de personas en el sur de África necesitarían urgentemente ayuda alimentaria a principios de 2024, debido en parte al efecto de El Niño.
El mes pasado fue el febrero más seco en 40 años para Zambia y Zimbabue, según los datos estacionales del PMA, mientras que Malaui, Mozambique y partes de Angola presentaban “graves déficits de lluvias”.
Millones de personas en el sur de África dependen de sus cultivos para sobrevivir. El maíz, el alimento básico de la región, se ha visto muy afectado por la sequía.
El Niño es un fenómeno meteorológico recurrente que implica un calentamiento de la superficie en zonas del océano Pacífico. Tiene efectos en el clima global como lluvias por debajo de la media en el sur de África. Algunos científicos dicen que el cambio climático agrava el fenómeno y hace que sus efectos sean más extremos.
Entre 2015 y 2016, El Niño también provocó una grave sequía en el sur de África, la peor de la región en 35 años, según la Oficina de Asuntos Humanitarios de Naciones Unidas.
Los humanos no son los únicos afectados, y responsables de conservación en Zimbabue informaron de la inusual muerte de al menos 100 elefantes en un parque nacional a finales del año pasado porque se habían secado los lugares donde bebían.
Antes de las declaraciones de desastre de Malaui y Zambia, el PMA y USAID habían iniciado un programa para alimentar a 2,7 millones de personas en zonas rurales de Zimbabue afectadas por la escasez de comida, casi el 20% de la población del país.
La organización benéfica británica Oxfam dijo este mes que más de 6 millones de personas en Zambia —el 30% de su población— sufrían grave falta de comida y malnutrición, y queda un año para la siguiente cosecha.
El presidente de Malaui, Lazarus Chakwera, dijo que estaba en una gira por el país para determinar el alcance de la crisis, y que una evaluación preliminar del gobierno indicaba que en torno al 44% de la cosecha de maíz de Malaui se había perdido o estaba afectada, y dos millones de hogares habían sufrido un impacto directo. El país de 20 millones de habitantes necesita unas 600.000 toneladas de ayuda alimentaria, señaló, y pidió ayuda a la comunidad internacional.
Malaui ha sufrido una sucesión de fenómenos meteorológicos extremos en los últimos años, en un ejemplo de cómo los países más pobres y vulnerables del mundo sufren los peores efectos del cambio climático a pesar de que son lo que menos contribuyen a las emisiones de efecto invernadero.
El ciclón Freddy mató a cientos de personas en Malaui el año pasado, dentro de una serie de fuertes ciclones que golpearon varias partes del sur de África en los últimos cinco años.
A principios de 2022, tormentas tropicales e inundaciones contribuyeron al peor brote de cólera —una enfermedad transmitida por el agua— en la historia de Malaui. Más de 1.200 personas murieron en el brote, que duró cuatro meses, según la Organización Mundial de la Salud. Zambia también está sufriendo un grave brote de cólera.