Una fuerte tormenta tropical azota zonas de Japón e interrumpe viajes en una semana feriada
Una fuerte tormenta tropical azotaba el martes el centro y el oeste de Japón con aguaceros y vendavales, provocó inundaciones y cortes de luz y paralizó los transportes por aire y tierra en una semana de muchos desplazamientos por un feriado budista.
El tifón Lan bajó de categoría por la mañana y tocó tierra como tormenta tropical cerca del cabo Shionomisaki, en la prefectura central de Wakayama, según la Agencia Meteorológica de Japón. El martes por la tarde estaba al sur de la ciudad de Fukuchiyama y mostraba vientos sostenidos de hasta 90 kilómetros por hora (55 millas por hora) en su avance hacia el norte. Se esperaba que luego virase al este, hacia Hokkaido, en aguas entre Japón y la península de Corea, según la agencia.
La televisora pública NHK dijo que 20 personas, muchas de ellas ancianas, habían resultado heridas en cinco prefecturas cerca de la ruta de la tormenta: Hyogo, Osaka, Kioto, Shiga y Wakayama.
El meteoro desbordó ríos, dañó algunos edificios y paralizó el tráfico. En Maizuru, en la prefectura norteña de Kioto, un río inundado anegó algunas casas de agua turbia. En Nara, al sur de Kioto, el andamio de un edificio se derrumbó y el colapso parcial del muro de una estación de tren en Tsuruhashi que detuviera los servicios ferroviarios locales.
Los municipios locales recomendaron a más de 230.000 vecinos que se cobijaran en edificios más seguros, como centros comunitarios.
Se esperaban hasta 35 centímetros (13,7 pulgadas) de lluvia en la región de Tokai, en el centro de Japón, hasta el miércoles por la mañana. La agencia meteorológica instó a los residentes en la zona a evitar salidas innecesarias y alertó de posibles aludes de lodo, inundaciones y tormentas eléctricas.
Más de 50.000 hogares estaban sin luz en nueve prefecturas en las regiones centrales y occidentales el martes, aunque el suministro eléctrico se había restaurado a tres cuartas partes de los afectados para el final de la tarde.
La tormenta golpeó Japón en plena semana de las celebraciones budistas de Obon, y afectó a muchos japoneses que habían salido de viaje para visitar a familiares. Responsables de eventos y transportes en la ruta prevista de la tormenta decidieron suspender los servicios y actos del martes.