Túneles, trampas y Teherán: ¿por qué Israel aún no ha atacado Gaza y qué pasará cuando lo haga?
‘The Independent’ explica cómo se podría llegar a llevar a cabo la incursión de Isreal en la Franja de Gaza y analiza los innumerables obstáculos que debe superar para lograr sus objetivos
Ha pasado casi una semana desde que Israel dio las primeras órdenes a los ciudadanos de Palestina en Gaza para evacuar hacia el sur, lo que despertó temores de que una ofensiva terrestre en el norte fuera inminente.
Después de que los militantes de Hamás irrumpieran en Israel el 7 de octubre y mataran a más de mil víctimas inocentes, el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, dejó muy en claro que se llevará a cabo un ataque de represalia para “destruir” el grupo.
A través de una extensa investigación y conversaciones con expertos, The Independent explica cómo se podría llegar a llevar a cabo esta incursión y los innumerables obstáculos que Israel debe superar para garantizar que sea efectiva.
Las primeras 24 horas
La guerra urbana se considera la forma más peligrosa de lucha.
El combate en espacios reducidos impide que se detecten combatientes enemigos y los edificios de varios pisos vulnerables al colapso representan una amenaza significativa para la vida. Además, el campo de batalla está lleno de civiles protegidos por el derecho internacional.
De manera más específica, una incursión urbana israelí en Gaza se ve dificultada por dos problemas adicionales.
Asimismo, se plantean dos problemas específicos que suponen un obstáculo para la incursión urbana de Israel en Gaza.
En primer lugar, hay rehenes en ubicaciones desconocidas por todo el enclave. En segundo lugar, tampoco se sabe la cantidad total de armas que poseen Hamás y la Yihad Islámica, otra organización militante en Gaza.
Según Anthony King, profesor de Estudios de Guerra en la Universidad de Exeter, para contrarrestarlo, será vital una columna aérea de tres niveles de 60.000 pies de altura.
Evitará las amenazas inmediatas que rodean a los soldados y ayudará al convoy armado más grande, que incluye tanques, APC (vehículos blindados de transporte de personal) y vehículos de remoción de minas, a atravesar el enclave sin sufrir ataques del armamento más pesado de Hamás.
La columna incluirá microdrones y helicópteros de ataque situados directamente encima, UAV (vehículos aéreos no tripulados) kamikazes y de vigilancia más grandes que operarán desde el segundo nivel y aviones de combate con capacidad de ataque desde lo más alto.
Al frente de los soldados (cuyo avance parece dirigirse hacia el enclave desde la zona norte, que han tratado de evacuar) habrá una serie de líneas defensivas erigidas por Hamás. Incluyen minas, sitios de emboscadas y blancos de fuego de mortero, según una revisión reciente de Nadav Morag, exasesor de seguridad israelí.
Existe la amplia sospecha de que también habrá zonas con trampas explosivas, incluidas puertas cargadas de explosivos, para provocar daños adicionales después de que los militantes de Hamás se hayan retirado de sus posiciones.
También habrá francotiradores colocados en áreas oscuras, que dispararán a los soldados mientras avanzan por las calles.
Túneles, trampas y Hamás
La inteligencia israelí estimó en 2021 que el número total de cohetes disponibles para las facciones en Gaza era de aproximadamente 30.000, aunque ese total puede haber aumentado.
Se cree que en la Franja se encuentra un número similar de militantes. Si bien no se sabe cuántos soldados israelíes se utilizarán para la ofensiva terrestre (ya se convocaron 360.000 reservistas para complementar a 170.000 soldados en servicio activo desde el 7 de octubre, aunque muchos se utilizarán como elemento disuasorio para Hezbollah en el sur del Líbano), el hecho es que el poder de tropas de Israel supera con creces al de Hamás.
Hamás y la Yihad Islámica también tienen sus propios drones, incluidos aquellos que pueden cargarse con explosivos y navegar de forma remota hacia un objetivo, así como los que merodean en el aire y lanzan municiones.
Los militantes también dispondrán de una cantidad desconocida de rifles de asalto, ametralladoras y granadas.
La ventaja más grande de Hamás es que ha pasado más de 15 años construyendo una red de túneles subterráneos debajo de la Franja, conocida como el “Metro de Gaza”.
El Ministerio de Asuntos Exteriores de Israel afirma que se han construido al menos 1.370 túneles desde 2007. A menudo se encuentran entre 10 y 20 metros bajo tierra y tienen hasta dos metros de altura.
Además de utilizarse como instalaciones de almacenamiento, centros de mando y transporte, también se han utilizado para organizar ataques.
Se desconoce la extensión total de este intrincado sistema de túneles, lo que para los soldados israelíes significa estar en alerta máxima por si aparecen militantes de la nada.
La segunda etapa
Una vez que se hayan capturado las principales posiciones de Hamás, la segunda etapa de la ofensiva de Israel consistirá en mantener una presencia en la Franja, al menos de manera temporal. Es una medida que conlleva otro tipo de problemas.
Tom Beckett, un teniente general retirado del ejército británico, escribió en un artículo para el IISS (Instituto Internacional de Estudios Estratégicos) que “una vez que [Israel] deje de atacar y comience el proceso de ocupación, perderá la iniciativa y se convertirá en una guarnición ubicada en sitios fijos”.
Significa que enfrentarán una mayor amenaza de insurgentes escondidos entre civiles o en túneles que no fueron descubiertos durante la primera etapa de la ofensiva, mientras permanecen en gran medida estáticos.
Hasta que rescaten a todos los rehenes y neutralicen a Hamás, será difícil para las fuerzas israelíes abandonar la Franja sin fracasar en su objetivo declarado de impedir que el grupo pueda “revivirse”.
David Makovsky, experto en relaciones árabe-israelíes del Washington Institute for Near East Policy, explicó la discrepancia que existe entre ambos bandos para cantar victoria. El hecho de que el éxito de Israel dependa de esfuerzos monumentales significa que la vara para la victoria de Hamás no está “muy alta”.
Básicamente, pueden “aparecer” después del ataque y vender su supervivencia como un éxito, expuso a The Independent.
Subraya la necesidad de que Israel de alguna manera erradique por completo la amenaza de Hamás sin pasar demasiado tiempo en una posición vulnerable dentro de la Franja.
¿Cómo reaccionará la región?
El “eje de resistencia” liderado por Irán plantea una importante amenaza adicional para Israel, que se ve agravada tanto por una ofensiva terrestre como por una ocupación temporal de Gaza.
Justo arriba de la frontera norte de Israel, miembros de Hezbollah (una organización militante convertida en líder de facto del sur del Líbano y cuyo armamento lo financia Irán) dispararon misiles de manera intermitente contra el territorio israelí durante la última pasada.
En Teherán, la capital iraní, altos funcionarios, incluido el líder supremo, el ayatolá Alí Jamenei, pidieron en repetidas ocasiones que Israel sea destruido tras una campaña de ataques aéreos en Gaza.
“Si los crímenes del régimen israelí continúan, los musulmanes y las fuerzas de resistencia perderán la paciencia y nadie podrá detenerlos”, declaró Jamenei.
“El bombardeo de Gaza debe cesar de inmediato. Todos tenemos la responsabilidad de reaccionar; debemos reaccionar”.
Si Israel continúa con una ofensiva terrestre, indicó Makovsky, las “probabilidades de una respuesta iraní evidentemente aumentan”.
Sin embargo, es incierto si derivaría en la apertura de un segundo frente o en un conflicto mayor en la región.
Ali Ansari, profesor de Estudios Iraníes, dijo que el régimen teocrático de Teherán estaba “básicamente… alentando a Hamás” desde lejos.
"Pero ni bien se expresa ansiedad con respecto a un conflicto mayor en la región, o la preocupación de que Irán pueda ser un blanco, las autoridades en Tehran no dudan en distanciarse de los palestinos", agregó.
Agregó que el régimen iraní también sigue bajo alerta por los disturbios internos tras las protestas masivas que comenzaron en septiembre pasado, lo cual dificulta que se desate una guerra.
Ojo en el cielo
Altos militares israelíes informaron el fin de semana pasado que el mal clima había impedido una rápida incursión. La vigilancia aérea, ya sea con drones o aviones espía, es vital para la seguridad de los soldados en tierra, pero resulta casi imposible en condiciones nubladas.
Pero cuando el clima mejoró el lunes, aún no se había empezado la ofensiva terrestre.
Las razones por las que la incursión aún no ha ocurrido son muy diversas y se relacionan con un mayor riesgo de conflicto en la región y un llamado de Occidente más amplio para proteger a los civiles palestinos atrapados en el fuego cruzado.
Pero principalmente, se debe a la tarea sísmica de enviar de manera segura soldados israelíes a una región tan volátil y sumamente poblada llena de militantes armados y rehenes, cuyas ubicaciones no se conocen por completo.
Necesidad de proteger a los palestinos
El primer ministro del Reino Unido, Rishi Sunak, reiteró el jueves en una reunión televisada con su homólogo israelí, Benjamin Netanyahu, que el país tenía “derecho a defenderse” contra Hamás.
Pero agregó que se deben implementar medidas para “evitar dañar a los civiles palestinos” en Gaza, una advertencia que muchos líderes occidentales hicieron la semana pasada.
Aunque la solidaridad que ha mostrado Occidente hacia Israel es “incomparable”, señaló Makavosky, lo que estos comentarios muestran es que ahora hay “conversaciones muy francas” sobre la protección de las vidas de los civiles.
EEUU, principalmente, la considera una conversación de suma importancia.
Cuando Joe Biden visitó Israel el miércoles, se convirtió en el primer presidente estadounidense en viajar al país en tiempos de guerra. También se convirtió en el segundo presidente de la historia en viajar a dos zonas de guerra en el mismo año calendario.
Pero con ese nivel de “aceptación… viene un grado de influencia”, aseveró Makovsky.
“A pesar del vínculo estrecho que tiene con Israel, EEUU ahora tiene más influencia a la hora de ejercer presión, dado que posicionó dos portaaviones en la costa,” enunció e hizo hincapié en que parecía una relación “condicional”.
Una ofensiva terrestre es “inevitable”, formuló, pero el hecho de que Occidente haya apoyado la invasión de Israel a la Franja de Gaza, también depende de las provisiones de ayuda humanitaria.
Traducción de Michelle Padilla