Meridian Brothers le pone ritmo al sufrimiento latinoamericano
La banda experimental colombiana Meridian Brothers es muy consciente de que, a pesar de la música alegre y el buen clima, hay momentos en los que todo latinoamericano puede pasarla muy mal, como Junior Maximiliano tercero, el protagonista de su más reciente álbum “Mi Latinoamérica sufre”.
“Se lamenta porque hace una búsqueda espiritual y no le sale, luego trata de meterse con las drogas, que le llama soma a la droga que él utiliza, tampoco le sale, luego trata de estudiar ritmos latinos y lo rechazan”, dijo el líder y fundador de Meridian Brothers, Eblis Álvarez, en una entrevista reciente por videollamada desde Bogotá. “Luego ya lo pone en el colectivo y dice ‘ah es que somos latinos y por eso los latinos sufrimos’ y eso es lo que le da título al disco”.
Las letras de “Mi Latinoamérica sufre” se caracterizan por tener lenguaje incluyente como en las canciones “Mi acompañante”, “Es mi nueva era” y “Mi pregunta” y frases como “Mi acompañante/Se siente como yo misme” o “Yo hago pregunta’/Para ser empoderade”.
“Lo que me gustó del lenguaje incluyente es que da una nueva dimensión a las rimas”, dijo Álvarez, quien compone estas canciones. “Me parece muy interesante el cambio de vocales porque ya se abre una nueva dimensión… yo trato de incluirme en lo incluyente, pero muchas veces la dislexia me gana”.
Álvarez también toca todos los instrumentos en el estudio cuando graba sus álbumes, pero para sus presentaciones en vivo se acompaña con María Valencia, César Quevedo, Mauricio Ramírez y Alejandro Forero. Todos tuvieron recientemente un concierto en el foro Tonal de la Ciudad de México.
Otra característica del álbum son los ritmos disonantes, sincopados, que por momentos dan la impresión de que se tratara de piezas experimentales de los años 60, grabadas en reversa. En realidad, no hay ningún tipo de efecto sonoro. El álbum fue grabado en directo y con la menor cantidad de efectos posibles, sin embargo, la composición tiene un sistema polirrítmico, explicó Álvarez.
“Hace que se crucen las líneas melódicas, creando efectos que probablemente uno lo interprete como que hay algo raro”, dijo Álvarez. “Eso para mí era un experimento musical puro”.
El álbum tiene además influencia de la guitarra africana de géneros como el afrobeat y el soukous.
Al estilo de Rousseau su última canción se titula “Nazco bueno y la sociedad me corrompe”, surgió de un mural que tenía una frase similar y que Álvarez veía de camino a su escuela cuando era pequeño.
“Este tipo (el personaje) lo que hace es que le echa la culpa al otro por sus desgracias”, dijo. “Quiso hacer un performance y no lo dejaron, quiso estudiar folclor y lo invisibilizaron”.
Sin embargo, con la inflación, la violencia, la inestabilidad política y la desigualdad que caracterizan a la región se podría argumentar que, efectivamente, Latinoamérica sufre.
“El sistema noticioso nos está alimentando siempre de todo tipo de noticias amenazadoras, las peores noticas, las cosas más aberrantes salen en las noticias … y esto nos mantiene en un constante estado de depresión, de miedo, de ansiedad, yo lo interpreto de esa manera”, dijo Álvarez. “Tú no puedes detener una guerra, pero si tratas de ayudar a las células más próximas a ti, yo creo que eso si mejoraría el estado en el que nos ponen las noticias”.
Aunque concedió que, en cuanto a desgracias, le han pasado “todas” como a su personaje.
“Son arquetipos, obviamente, está ultraexagerado, ultracaricaturizado, pero este es un personaje del día a día”, señaló.