Milei niega cierre de universidades, pero denuncia motivaciones políticas en reclamo por más fondos
El presidente argentino Javier Milei negó el miércoles que vaya a cerrar las universidades públicas y garantizó el giro de fondos para su funcionamiento un día después de las multitudinarias protestas en todo el país contra los recortes presupuestarios en la educación superior pública.
El mandatario ultraderechista, no obstante, lamentó la utilización política que sectores de la oposición hicieron de las movilizaciones y advirtió que auditará el uso del dinero público destinado a los centros de estudios, aunque esa no es facultad del Poder Ejecutivo.
“En ningún momento el gobierno nacional insinuó la intención de cerrar las universidades nacionales”, expresó Milei en una extensa publicación en redes sociales con la que acusó recibo de la mayor protesta callejera registrada hasta ahora contra su plan de ajuste.
Miles de estudiantes y profesores de universidades públicas de todo el país, con la adhesión de sindicatos, organizaciones sociales y partidos de la oposición, se manifestaron la víspera en el centro de Buenos Aires y otros puntos del país en defensa de la educación pública y gratuita, que consideran en riesgo por la decisión del presidente ultraliberal de mantener el presupuesto nacional de 2023 pese a una inflación interanual de casi 288% y disponer aumentos de partidas de forma unilateral.
“Nuestras universidades han sufrido un fuerte ajuste en términos reales en gastos de funcionamiento. Las partidas que mes a mes el Poder Ejecutivo envía a las universidades para poder funcionar, mantener edificios, realizar obras, sostener becas, las residencias, comedores, investigar, el desarrollo científico, laboratorios, servicios básicos, alquileres, todo fue congelado”, según un documento firmado por las universidades nacionales.
En referencia a las adhesiones partidarias que tuvo la protesta del martes, Milei publicó que “al margen de la discusión acerca de cuál modelo de educación superior es deseable para un país en el que seis de cada diez chicos menores de 14 años son pobres, los mismos vivos de siempre utilizaron el escudo de una causa que suena noble para defender sus intereses”.
En un hecho inédito, referentes de distintos espacios políticos, desde la expresidenta de centroizquierda Cristina Fernéndez de Kirchner (2007-2015); el excandidato a la presidencia del peronismo Sergio Massa; el titular de la centrista Unión Cívica Radical (UCR), Martín Lousteau y el exalcalde de Buenos Aires, el conservador Horacio Rodríguez Larreta, participaron de la movilización.
El presidente los definió como “actores de la clase política que se oponen a cualquier cambio porque han sido los principales beneficiarios del antiguo régimen” y los acusó de montar “sobre una consigna justa, un acto netamente político de oposición al gobierno”.
El Ministerio de Capital Humano, del cual depende el área de educación, giró la víspera de la marcha 21.888 millones de pesos (unos 24,5 millones de dólares) del Estado Nacional a las universidades, lo que representa, según esa dependencia oficial, un aumento del 70%.
Pero los referentes del movimiento universitario indicaron que aún con esa mejora el presupuesto corre por detrás de la inflación.
“Vamos a garantizar los fondos para el funcionamiento de las universidades y vamos a auditar cómo se utilizan esos fondos”, adelantó Milei, quien días atrás denunció falta de transparencia en las universidades nacionales para el manejo de los recursos.
“Porque ese dinero surge del esfuerzo que hacen la mayoría de los argentinos que viven debajo de la línea de la pobreza y no puede ni debe ser utilizado para engordar los bolsillos de algunos que han hecho un negocio de la educación pública”, justificó el presidente.
No está claro cómo se implementará esa auditoría, ya que la ley establece que el control de las universidades nacionales corresponde al Congreso a través de la Auditoría General de la Nación. El partido de Milei, la Libertad Avanza, no posee mayoría en ninguna de las cámaras del Parlamento.