Multan a turistas “aventureros” por acercarse al volcán Kilauea en plena erupción
Todos los curiosos que expusieron su vida al peligro de los lanzamientos de gases y lava ardiente fueron sancionados económicamente por las autoridades de la isla.
Guardabosques multaron a decenas de personas que se congregaron en el Parque Nacional de Volcanes de Hawai para presenciar demasiado cerca la erupción del volcán Kilauea.
Los guardabosques dijeron que las personas multadas por violar las reglas de los parques nacionales ingresaron a zonas peligrosas para tomar fotos y video de la erupción, que el jueves creó un lago de lava en su cráter con 170 metros (554 pies) de profundidad.
“Apenas un cambio ligero en la dirección del viento y esas personas habrían inhalado una dosis fatal de gas volcánico”, dijo el jefe de guardabosques Jack Corrao. “Un mal paso o un borde endeble de un precipicio y pudieran haber caido a un vasto foso de lava ardiente o al fondo del cráter”.
La erupción estaba contenida en una zona del parque que ha estado cerrada desde 2007 y en la que existen niveles peligrosos de gases volcánicos, expulsión de rocas, explosiones y partículas en suspensión, reportó el Honolulu Star-Advertiser.
Las multas por violar las reglas de los parques nacionales comienzan en 150 dólares, dijo Jessica Ferracane, portavoz del Parque Nacional de Volcanes. Las multas aumentan luego de varias violaciones y pueden llevar a expulsiones del parque.
Ferracane había dicho a The Associated Press que un grupo de automóviles habían formado fila a la entrada del parque para entrar a mirar la erupción, que comenzó el 20 de diciembre.
Una compañía de helicópteros, Paradise Helicopters, reportó un incremento sustancial en las reservaciones como resultado de la erupción y luego de meses de negocios escasos debido a la pandemia de coronavirus y las consiguientes restricciones.
Es la primera vez que el volcán Kilauea entra en erupción desde 2018. Los dos años de calma relativa se produjeron luego de más de tres décadas de erupciones constantes entre 1983 y 2018. Unas 700 viviendas fueron destruidas en una erupción en 2018.