Bangladesh vota en unas elecciones marcadas por la violencia y el boicot de la oposición
Los votantes en Bangladesh comenzaron a votar el domingo en unas elecciones empañadas por la violencia y el boicot del principal partido opositor, lo que allanaba el camino a que la primera ministra, Sheikh Hasina, y su Liga Awami obtuvieran un cuarto mandato seguido.
Se reportaron al menos 18 incendios provocados desde el viernes por la noche, según las autoridades, 10 de ellos contra centros de votación. Cuatro personas murieron el viernes en un ataque incendiario contra un tren de pasajeros que se dirigía a la capital, Daca. Los incidentes han aumentado las tensiones antes de los comicios parlamentarios, en los que el Partido Nacionalista de Bangladesh (BNP, por sus siglas en inglés) y sus grupos aliados dijeron que no participarían.
La campaña en el país del sur de Asia, de 169 millones de habitantes, se ha visto marcada por una violencia que se ha cobrado al menos 15 vidas en los últimos meses. Las tensiones subieron de nivel a finales de octubre tras una gran marcha en Daca del BNP que incluyó choques con la policía.
Conforme se acercaban las elecciones, las autoridades culparon de buena parte de la violencia al BNP, al que acusan de tratar de sabotear la votación. La policía detuvo el sábado a siete miembros del BNP y su rama juvenil por su supuesta implicación en el ataque al tren de pasajeros. La formación opositora negó cualquier participación en el suceso y dijo que las autoridades la señalaban para desacreditar su “movimiento pacífico y no violento”.
Hasina y su hija votaron el domingo por la mañana entre fuertes medidas de seguridad en el Dhaka City College, mientras otros ciudadanos esperaban a dejar sus boletas.
Hasina, de 76 años, es la mandataria que más tiempo ha gobernado y una de las más decisivas que ha tenido el país, y se espera que obtenga el que sería su quinto mandato en total.
Pero la victoria se produciría en un contexto político muy tenso. Como votaciones anteriores, esta se ha visto definida por la dura rivalidad entre la Liga Awami de Hasina y el BNP, liderado por la ex primera ministra Khaleda Zia, que está enferma y bajo arresto domiciliario por cargos de corrupción.
Las dos mujeres se alternaron en el gobierno durante muchos años, lo que consolidó una rivalidad que ha polarizado la política del país y avivado la violencia electoral.
También ha impulsado las dudas sobre la credibilidad de unos comicios sin aspirantes importantes que se opongan a la mandataria. Grupos de derechos y críticos dicen que los comicios siguen un patrón preocupante, ya que las dos elecciones previas bajo el gobierno de Hasina recibieron acusaciones de amaño de votos —algo que las autoridades han negado— y otro boicot de partidos opositores.
A Hasina se le reconocer haber transformado la economía de una joven nación nacida de la guerra, y de convertir la industria textil en una de las más competitivas del mundo. Sus defensores dicen que ha frenado golpes militares y neutralizado la amenaza de milicianos islamistas. A nivel internacional ha ayudado a impulsar la presencia internacional de Bangladesh como un país capaz de hacer negocios y mantener los lazos diplomáticos con países a menudo enfrentados entre sí, como India y China.
Sin embargo, los críticos dicen que su gobierno amenaza con convertir a Bangladesh en un país de un solo partido donde la democracia está amenazada, y las agencias del gobierno emplean cada vez con más frecuencia herramientas opresivas para silenciar a los críticos, reducir la libertad de prensa y reprimir a la sociedad civil.
La desaceleración económica global también se ha hecho notar en Bangladesh, lo que ha expuesto fracturas en su economía y avivado conflictos laborales y descontento con el gobierno.