Reportaje extendido

El misterio detrás del nuevo virus que sacude a China y preocupa al mundo

Con el aumento de casos de un virus respiratorio y las impactantes imágenes de unidades de cuidados intensivos al límite, resurgen los inquietantes ecos de los primeros días del covid-19. Zoë Beaty analiza si Pekín está minimizando la gravedad de la situación en las provincias del norte y reflexiona sobre cuánto debería preocuparnos esto a nivel global

Viernes, 17 de enero de 2025 17:55 EST
HMPV: Todo Sobre El Nuevo Virus
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Pocos días después de las celebraciones de fin de año, comenzaron a aparecer reportes sobre el incremento de casos de personas contagiadas por un nuevo virus. Una enfermedad respiratoria con síntomas similares a la gripe o al resfriado comenzó a propagarse en las provincias del norte de China durante el invierno, con un impacto notable en niños menores de cuatro años.

Según los reportes, los hospitales se encuentran colapsados, las unidades de cuidados intensivos operan al límite de su capacidad y se han implementado nuevas medidas de control sanitario. La preocupación se intensificó cuando surgieron señales de que el brote había comenzado a propagarse.

En India, se ha registrado un aumento significativo de casos, mientras que Malasia y Kazajistán comenzaron a reportar pacientes afectados por la enfermedad. Según informes del martes 6 de enero, los casos en Estados Unidos se habrían duplicado y llegaron a 300. En el Reino Unido, circula una cepa agresiva de gripe, acompañada de otras enfermedades respiratorias que parecen estar propagándose rápidamente. No hay oficina ni hogar que haya escapado al impacto de una situación debilitante en los últimos días.

Este escenario trae recuerdos inquietantes de hace cinco años, cuando en enero de 2020 comenzaron a surgir rumores sobre un posible brote de un virus letal en China. En ese entonces, las imágenes de hospitales saturados y centros médicos improvisados para atender a los enfermos y fallecidos empezaron a circular. Un mes después, la Organización Mundial de la Salud (OMS) dio a conocer el nombre oficial de la cepa: covid-19.

En aquel momento, la gripe no generaba mayor preocupación. Sin embargo, todos sabemos lo que sucedió después. Unas semanas más tarde, el nombre del virus ya era conocido, mientras los casos se multiplicaban rápidamente en toda Europa. Poco después, el mundo entero enfrentaba un confinamiento global.

Cinco años después, el mundo presta más atención a las señales que no debe ignorar. Por eso, los recientes titulares sobre el “aumento” de un virus en China han generado alerta y preocupación.

Los países y las autoridades monitorean la situación con diligencia, mientras en redes sociales ya circulan especulaciones y desinformación. Organismos oficiales exigen mayor transparencia a China y señalan cómo en su momento minimizó la gravedad inicial de la pandemia del covid-19. Pekín recibe ahora demandas para compartir de forma más abierta los datos disponibles.

Pero la pregunta persiste: ¿hasta qué punto debemos alarmarnos?

Lo primero que hay que aclarar es que, a diferencia del covid-19, lo que sucede en China no se debe a un virus nuevo. Se trata del metapneumovirus humano (HMPV), un patógeno identificado en los Países Bajos en 2001. Este virus “antiguo” afecta a la mayoría de las personas antes de los cinco años. Los investigadores estiman que entre el 10 y el 12 % de las enfermedades respiratorias en niños están relacionadas con este virus. Además, no resulta tan contagioso como el coronavirus, ya que su periodo de incubación varía entre tres y seis días, ni tampoco es tan severo, a pesar de las imágenes que llegan desde China.

Pacientes reciben terapia de infusión en un hospital de Shanghái durante un aumento de casos de enfermedades respiratorias
Pacientes reciben terapia de infusión en un hospital de Shanghái durante un aumento de casos de enfermedades respiratorias (VCG/Getty)

Las tasas de mortalidad asociadas al metapneumovirus humano son significativamente más bajas y los síntomas más comunes incluyen tos, fiebre, congestión nasal y fatiga. Aunque la mayoría de los casos son leves, en algunos pacientes puede causar infecciones graves de las vías respiratorias inferiores, como neumonía. También puede agravar condiciones preexistentes, como el asma o la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).

No resulta sorprendente que los casos de HMPV aumenten con mayor rapidez durante el invierno y la primavera, un patrón que los expertos destacan con énfasis cada año. En el Reino Unido, es evidente que incluso las personas más fuertes están sucumbiendo a “lo que sea que esté circulando”.

Este invierno ha resultado especialmente difícil y marcado por enfermedades hasta el momento. Aunque las estadísticas recientes del gobierno indican que la semana pasada se registró la tasa de ingresos hospitalarios por Covid-19 más baja para este periodo en cualquier invierno posterior a la pandemia, se ha observado un rápido incremento de otras enfermedades virales, como la gripe (influenza), el virus respiratorio sincitial (VRS), así como brotes de diarrea, vómitos y norovirus.

Durante la primera semana de notificación, a mediados de diciembre, se registró un aumento del 352 % en la ocupación de camas en hospitales generales y de agudos por pacientes con gripe. En cuanto al metapneumovirus humano (HMPV), su prevalencia muestra un crecimiento moderado, con un nivel de actividad catalogado como “medio”. Durante la pandemia del covid-19, las tasas de infección viral fueron parcialmente monitoreadas por el gobierno a través del análisis de residuos de alcantarillado, una herramienta útil para identificar tendencias en la propagación de nuevos virus.

Los datos preliminares sobre el HMPV mostraban indicios de una alta demanda de atención sanitaria impulsada por las enfermedades típicas del invierno. Sin embargo, también destacaban que “no está claro si este invierno representa el peor escenario hasta la fecha en términos de presión causada por la gripe”. El número de camas ocupadas por pacientes con gripe durante la segunda semana del invierno alcanzó el nivel más alto “desde que se comenzó a registrar esta medida” en el periodo 2020-2021.

Un motorista en Bangalore (India), una de las ciudades donde se han detectado casos de HMPV
Un motorista en Bangalore (India), una de las ciudades donde se han detectado casos de HMPV (EPA)

“El total de personas hospitalizadas por gripe y otros virus supera con creces las cifras registradas en el mismo periodo del año pasado, lo que ha sometido a los servicios del NHS a una presión constante”, afirmó Saffron Cordery, director ejecutivo interino de NHS Providers. Además, advirtió que, con el regreso de los niños a las escuelas y el aumento de la actividad en las oficinas, “es probable que la situación empeore antes de empezar a mejorar”.

En el Reino Unido, los casos de HMPV registran un aumento leve semana a semana. Sin embargo, los expertos insisten en calmar cualquier temor de que se repita una situación similar a la de la pandemia pasada. En los cinco años transcurridos desde la aparición del Covid-19, nuestra percepción y respuesta ante las enfermedades virales han cambiado de manera significativa. En 2018, era poco común escuchar a amigos o colegas hablar sobre un aumento de casos de gripe en cualquier lugar del mundo. Hoy, nuestra conciencia colectiva muestra un cambio notable.

“Creo que parte de la preocupación actual está influenciada por el sesgo de recencia debido a que el Covid-19 tuvo su origen en China. Esto lleva a algunas personas a percibir lo que podría ser discriminación o, posiblemente, a revivir el temor a lo desconocido. Existe un miedo a que algo parecido pueda descontrolarse y convertirse en otra pandemia”, explicó el Dr. Simon Williams, científico del comportamiento, investigador en salud pública y profesor de psicología en la Universidad de Swansea, quien también ha colaborado como consultor para la OMS.

El Dr. Simon Williams destaca que a lo largo de los años se han identificado varias amenazas de pandemias que no llegaron a concretarse. Por ejemplo, la gripe aviar en Estados Unidos representa un riesgo mucho mayor que el que plantea actualmente el HMPV. Asimismo, en semanas recientes, un supuesto virus “misterioso” que generó temor en la República Democrática del Congo resultó ser un brote de malaria. Estos casos enfatizan la necesidad de analizar los riesgos con cautela y evitar generar alarmas innecesarias. Antes de sacar conclusiones, es crucial actuar con prudencia y asegurarse de contar con información confiable.

El Dr. Williams insiste: “Es indispensable que los datos se compartan a nivel global, para que todos puedan entender el nivel real de riesgo. La comunicación pública depende de evaluaciones oficiales claras”. Aunque el mundo aún enfrenta las secuelas de la pandemia de Covid-19, esto no significa que otra crisis similar no pueda ocurrir en el futuro. Para enfrentar estas amenazas, subraya el especialista, es necesario tener acceso a datos precisos y de calidad que permitan tomar decisiones informadas y mantener a la población preparada.

Un niño, junto a sus padres, en un hospital de Hangzhou, China
Un niño, junto a sus padres, en un hospital de Hangzhou, China (Costfoto/NurPhoto/Shutterstock)

La comunicación clara de los hechos, o la ausencia de esta, marcó el desafortunado legado de la pandemia de covid-19. En ese momento, las especulaciones sobre el origen del virus en China, un dato crucial para prevenir la propagación de otro brote, se convirtieron en algo común desde el principio.

Tanto el gobierno chino, conocido por su hermetismo hacia fuentes externas, como la OMS, a través de su propia investigación, enfrentaron un intenso escrutinio público por parte de The New York Times. Preguntas clave, como cómo ocurrió el salto del Covid-19 de animales a humanos y por qué China no logró contener el virus, quedaron en su mayoría sin respuesta. Con el tiempo, la desinformación y las teorías conspirativas encontraron un público receptivo.

Aunque han transcurrido cinco años, Williams cree que esta situación podría contribuir al surgimiento de un nuevo brote. En el Reino Unido, la aceptación de la vacuna ha mostrado niveles sorprendentemente bajos, incluso menores que el año pasado, inclusive entre el personal del NHS. Según Williams, esto se debe tanto a la complacencia como a las dudas generadas por la experiencia de la pandemia.

“Por un lado, esta semana surge el tema del virus de la poliovirus humano, lo que provoca un temor quizá anticipado ante una posible pandemia: los primeros informes desatan inquietud y alimentan la imaginación”, afirma. “Las constantes amenazas de la gripe y el covid-19 parecen no generar gran preocupación en las personas. Esto podría explicar la baja aceptación de las vacunas, lo que aumenta el riesgo de nuevos brotes, además de la falta de disposición para tomar días de reposo ante síntomas de enfermedad. Estamos volviendo a esa mentalidad de seguir con nuestras actividades, incluso estando enfermos, como ocurría en 2019”, señala.

“Es crucial encontrar un equilibrio: no vivir en un estado de miedo constante ante la próxima pandemia, pero tampoco caer en la indiferencia total”, advierte.

Con los nuevos informes sobre el metapneumovirus humano, surge un recordatorio inquietante: una pandemia podría repetirse. Aunque observamos con atención lo que sucede en otros países, también es crucial prestar mayor atención a las dinámicas y riesgos dentro de nuestro propio entorno. Si algo nos enseñó el 2020, es la importancia de tomar en serio las amenazas, sin importar su origen o apariencia.

Traducción de Leticia Zampedri

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