Junta militar de Myanmar amplía estado de excepción, postergando aún más las elecciones
La junta militar de Myanmar amplía el estado de excepción que impuso cuando el ejército arrebató el poder del gobierno electo hace dos años y medio, informa la televisora estatal, lo que posterga aún más las elecciones que prometió celebrar cuando asumió el poder
La junta militar que controla Myanmar extendió el estado de excepción que impuso cuando el ejército arrebató el poder del gobierno electo hace dos años y medio, informó la televisora estatal el lunes, lo que posterga aún más las elecciones que prometió celebrar cuando asumió el poder.
La televisora MRTV reportó que el Consejo de Defensa y Seguridad Nacional se reunió el lunes en la capital Naipyidó y prorrogó el estado de excepción por otros seis meses a partir del martes debido a que es el tiempo que necesita para preparar las elecciones. El Consejo es nominalmente un órgano de gobierno constitucional, pero en la práctica está controlado por las fuerzas militares.
El anunció representa una admisión de que el ejército no ejerce el control suficiente para organizar los comicios y no ha logrado doblegar la oposición generalizada al gobierno militar, que incluye una resistencia armada cada vez más desafiante, así como protestas no violentas y desobediencia civil, a pesar de que el ejército cuenta con una enorme ventaja en elementos y armamento.
El estado de excepción fue declarado cuando los soldados arrestaron a Aung San Suu Kyi, a funcionaros de alto rango de su gobierno y a miembros del partido Liga Nacional por la Democracia el 1 de febrero de 2021. La toma del poder revirtió años de avances hacia la democracia luego de cinco décadas de gobierno militar.
Los militares afirmaron que tomaron el poder debido al fraude en las últimas elecciones generales celebradas en noviembre de 2020, en que el partido al que pertenecía Suu Kyi obtuvo una victoria aplastante, mientras que el partido Unión, Solidaridad y Desarrollo, respaldado por los militares, obtuvo malos resultados. Los observadores electorales independientes afirmaron no haber encontrado irregularidades importantes.
La toma del poder por el ejército fue recibida con protestas pacíficas generalizadas que las fuerzas de seguridad reprimieron con fuerza letal, desencadenando una resistencia armada que los expertos de la ONU han descrito como una guerra civil.
Hasta el lunes, 3.857 personas habían muerto a manos de las fuerzas de seguridad desde la toma del poder, según el recuento de la organización independiente Asociación de Asistencia a Presos Políticos.
La Constitución de 2008 promulgada por el ejército permite a los militares gobernar el país bajo un estado de excepción por un año, con dos posibles extensiones de seis meses si aún no se completan los preparativos para nuevas elecciones, lo que significa que el límite de tiempo expiró el 31 de enero de este año.