Policía israelí y palestinos se enfrentan en sitio sagrado
La policía israelí realiza una redada en la mezquita de Al-Aqsa en la Ciudad Vieja de Jerusalén y ataca a feligreses palestinos, de acuerdo con reportes de medios de comunicación palestinos, aumentando los temores de que se intensifiquen las tensiones mientras coinciden las festividades islámica y judía
La policía israelí llevó a cabo una redada en la mezquita de Al-Aqsa en la Ciudad Vieja de Jerusalén el miércoles temprano y atacó a feligreses palestinos, de acuerdo con reportes de medios de comunicación palestinos, aumentando los temores de que se intensifiquen las tensiones mientras coinciden las festividades islámica y judía.
Las tensiones ya eran elevadas en el este de Jerusalén y en Cisjordania desde hace meses, y el temor de que se produzcan más actos de violencia aumentó con la convergencia del mes sagrado de ayuno musulmán y la Pascua judía.
Este tipo de enfrentamientos en el disputado recinto sagrado, el tercer sitio más sagrado del islam, que es también el lugar más sagrado del judaísmo y se conoce como el Monte del Templo, ha desencadenado guerras transfronterizas entre Israel y el gobierno de la Franja de Gaza en el pasado, la última en 2021.
Videos publicados en redes sociales muestran lo que se presume son agentes de policía israelíes golpeando a palestinos con porras y con las culatas de fusiles en la mezquita.
La agencia de noticias palestina, Wafa, informó que decenas de feligreses, que pasan toda la noche de ramadán rezando, resultaron heridos cuando la policía allanó la mezquita.
No quedó claro de inmediato qué fue lo que desencadenó la violencia. La policía israelí dijo que utilizó la fuerza para evacuar a los feligreses que estaban atrincherados en la mezquita con fuegos artificiales, piedras y palos. Añadió que un agente resultó herido en una pierna por una piedra y que decenas de “alborotadores” fueron detenidos.
La violencia en Jerusalén desencadenó una oleada de protestas y condenas por parte de los palestinos. En Gaza, el grupo Hamas convocó a grandes protestas y la gente empezó a congregarse en las calles, con llamdos a dirigirse a la frontera entre la Franja de Gaza e Israel para celebrar manifestaciones más violentas.
Los dirigentes palestinos condenaron el ataque contra los feligreses. El portavoz del presidente palestino Mahmud Abás, Nabil Abu Rudeineh, advirtió a Israel que tal acción “sobrepasa todas las líneas rojas y provocará una gran explosión”.