Banco central de Yemen desestima las acusaciones de corrupción de la ONU
El banco central de Yemen ha desestimado las acusaciones de las Naciones Unidas de que el gobierno del país hizo un mal uso de millones de dólares donados por Arabia Saudita para comprar productos básicos esenciales para el pueblo yemení
El banco central de Yemen desestimó las acusaciones de las Naciones Unidas de que el gobierno yemení hizo un mal uso de millones de dólares donados por Arabia Saudita para comprar productos básicos para el pueblo yemení.
Un informe de un panel de expertos de la ONU, publicado a los medios de comunicación esta semana, acusó al gobierno de implementar un plan para desviar ilegalmente a los comerciantes $423 millones en dinero saudí.
El informe dice que los fondos estaban destinados a comprar arroz y otros suministros para los yemeníes que sufren los seis años de guerra civil del país.
"El gobierno de Yemen, en algunos casos, está participando en prácticas de lavado de dinero y corrupción que afectan negativamente el acceso a suministros alimentarios adecuados para los yemeníes, en violación del derecho a la alimentación", dijo el panel.
El Banco Central de Yemen dijo el miércoles que el informe se basaba en "afirmaciones e información engañosas" propagadas por "enemigos de Yemen".
El gobierno yemení no había respondido al informe hasta el jueves por la tarde.
Según el informe de la ONU, el esquema de 423 millones de dólares implicó la transferencia ilegal de dinero público a los comerciantes, y el 48% se destinó a una sola corporación, el Grupo Hayel Saeed Anam, conocido como HSA.
El Grupo HSA dijo en un comunicado que las acusaciones eran "infundadas" y las negó "en los términos más enérgicos".
El CBY dijo que el dinero saudí se desembolsó de acuerdo con "procedimientos altamente transparentes" que cumplían con los estándares internacionales de debida diligencia, según un comunicado oficial.
El banco se comprometió a proporcionar una refutación exhaustiva respaldada por pruebas y documentos en una etapa posterior, según el comunicado.
El conflicto de Yemen, entre una coalición liderada por Arabia Saudita que apoya al gobierno reconocido internacionalmente y los rebeldes hutíes respaldados por Irán ha sido catastrófico, matando a más de 112.000 personas. Ha creado la peor crisis humanitaria del mundo, ha llevado a Yemen al borde de la hambruna y ha destruido la infraestructura.
La guerra comenzó con la toma de posesión del norte por parte de los hutíes en 2014, donde vive la mayoría de los yemeníes, incluida la capital, Saná. Esto provocó una campaña aérea destructiva por parte de la coalición liderada por Arabia Saudita el año siguiente, con el objetivo de restaurar el gobierno.
Los expertos de la ONU también acusaron a los rebeldes hutíes de desviar al menos 1.800 millones de dólares en fondos de ayuda en 2019 que se suponía iban a ir al gobierno para pagar salarios y proporcionar servicios básicos a los ciudadanos.
El informe dijo que los hutíes realizan funciones gubernamentales, incluida la recaudación de impuestos y otros ingresos estatales, "una gran parte de los cuales se utiliza para financiar su esfuerzo de guerra", no para ayudar al pueblo yemení.